Desde que se licenció en 1999, Ricardo Ruano ejerce su profesión en el H.V Mediterráneo. Comenzó como veterinario de urgencias y después pasó a trabajar en la consulta de día. Aunque finalmente, se decidió por especializarse en oncología. Se trata de una especialidad que algunos podrían considerar emergente, pero que lleva ya unos años consolidándose, estando al mismo nivel que otras como radiología o dermatología. De hecho, cada vez más veterinarios confían en esta especialidad. La prueba de ello está en que hace unos años, muchos animales por razones del propietario o de los clínicos no iban más allá del simple diagnóstico cuando se encontraban con enfermedades complejas. En la actualidad, esta situación ha cambiado. "Ahora ya hay más intenciones de tratar. Los mismos propietarios de las mascotas exigen más tratamientos. Los veterinarios clínicos cada vez creen más en ellos. Y como consecuencia, cada vez remiten más mascotas a centros especializados para poder hacer terapias complejas. Se abordan cada vez más diagnósticos complejos con pruebas que antes no se hacían. Ahora también tenemos más herramientas y se realizan más diagnósticos, que hace diez años eran impensables", afirma Ricardo Ruano, responsable del servicio de oncología de H.V. Mediterráneo, miembro de AMVAC, ESVONC y miembro fundador de GEVONC-AVEPA.

"En España, la enfermedad que más se suele detectar mediante estos diagnósticos es el tumor de mamas en perras. Una de las principales razones es porque tendemos a no castrar a los animales jóvenes", apunta Ricardo Ruano. Es un hecho que los tumores mamarios son más frecuentes en perras no esterilizadas o que fueron esterilizadas después de los dos años de edad. Según el American College of Veterinary Surgeons, si se esteriliza una perra antes del primer celo (aproximadamente a los seis meses de edad), el riesgo de que una perra padezca un tumor mamario es del 0,5%. Este porcentaje se incrementa al 8% después del primer celo y el 26% después del segundo celo.

"Otras enfermedades que suelen ser habituales son los linfomas, con síntomas sistémicos o no. Cada vez vemos más positomas. Es verdad que últimamente hay una mayor presencia de razas como el Bulldog Francés, el Bóxer o el Carlino, que tienen más disposición a tener este tipo de enfermedades", subraya Ricardo Ruano. Esta enfermedad por lo general afecta a perros adultos de entre cinco a 11 años de edad y en algunos casos hay predisposición racial (Bóxer, Golden Retriever, Basset Hound o San Bernardo). Asimismo, puede afectar de diferentes formas multicéntrico (la más común), mediastínico, alimentario o gastrointestintal o extranodal.

Una de las razones por las que se diagnostican estas enfermedades es porque cada vez se analiza y se investiga más. Ricardo Ruano se muestra muy optimista ante el futuro de la especialidad: "Es un campo en el que se está progresando y se seguirán dando más pasos para igualar a otros países más avanzados", asegura, y añade: "Cada vez tenemos más centros en España para realizar una citometría de flujo como elemento diagnóstico o también es más habitual obtener muestras para realizar citologías. Sin duda, vamos a mejor, aunque todavía nos queda bastante".

Carencias

A pesar de este futuro prometedor en oncología veterinaria, esta sigue adoleciendo de carencias. Aún hoy en día, sigue habiendo muchos profesionales de clínicas y atención primaria que son reacios a remitir a un animal con un tumor a un especialista. Por ejemplo, si ven un animal con una enfermedad cardiaca o con una cardiopatía compleja, llaman a un cardiografista especializado en eletrocardios y después un cardiólogo lo evalúa. Sin embargo, cuando se trata de una enfermedad oncológica, esto cambia. "Creo que nos complicamos la existencia cuando existen compañeros de enfermedades que también se dedican a esta especialidad pero no se les remiten". Esta es la principal carencia que observa Ricardo Ruano en la especialidad. "No estoy diciendo que se remitan a los especialistas aquellos animales que padezcan una enfermedad en bajo grado, pero sí cuando esta es más compleja. Creo que el principal problema es el saber decidir cuándo hay que derivar el animal al especialista", puntualiza.

Otra carencia que detecta es la falta de medios teraupéuticos. A modo de ejemplo, como los aparatos de radioterapia son econó micamente costosos, hasta hace poco se empleaba un centro destinado a humanos, pero que se terminó utilizando en mascotas por evitar su cierre. Al final, este centro cerró porque el arreglar el aparato suponía un coste mayor. "Lo ideal sería mejorar en recursos y que llegaran a España nuevos fármacos. Estas son dos de las razones por las que estamos a mitad de camino de países de nuestro entorno".

Avances en oncología veterinaria

Una forma de trabajo que se está realizando en oncología es aunar esfuerzos entre medicina humana y medicina veterinaria. Esto significa que se aprovecha mutuamente los recursos de ambos tipos de medicina. De hecho, es habitual que los veterinarios participen en investigaciones destinadas a estudios en humanos. A nivel farmacológico, en oncología veterinaria se están usando medicinas que se utilizan o se han empleado en humanos.

Por otro lado, hay más formación. También es más habitual que en congresos veterinarios especialistas en oncología cuenten sus experiencias. A nivel terapéutico, hay diagnósticos preventivos cada vez más precoces, que es el objetivo en cualquier patología. Además, ya se están probando terapias menos agresivas para el paciente, "pero vamos por detrás de la medicina humana", matiza.

La situación de los profesionales

Una de las demandas de los veterinarios continua siendo ser reconocidos como personal sanitario. "A pesar de que muchos veterinarios estamos vinculados a la salud humana de manera indirecta, esto no se valora". Cabe recordar que no existen ayudas públicas en ninguna de las ramas de la veterinaria, aunque estos profesionales tomen parte en investigaciones para humanos. Por lo general, suelen ser los laboratorios privados los que promueven la labor investigadora.

Asimismo, otra de las demandas que realiza Ricardo Ruano es que los veterinarios puedan participar en los controles de colonias que se hacen desde los ayuntamientos. Habitualmente, estas son llevadas a cabo por técnicos municipales con una formación insuficiente. Por otro lado, otra de las demandas recurrentes de este sector es la rebaja del IVA en las facturas de los dueños de las mascotas.

A pesar de estas barreras, el futuro de la veterinaria es muy prometedor. Cada vez hay más centros y más veterinarios formándose en especialidades. Pero aún falta que el veterinario sepa cuándo acudir a un especialista. "Los propietarios de mascotas cada vez nos piden más la intervención de un especialista porque están más comprometidos en la calidad de vida a su animal. Sobre todo, esta implicación de los dueños es mucho mayor en aquellos que tienen animales exóticos".

La mayor implicación de los propietarios con las mascotas, y el auge de otras mascotas, son parte de ese cambio de mentalidad de los propietarios. Cada vez hay más conejos, hurones, hámsteres, etc. "Hace años los dueños de roedores ni los llevaban al veterinario. Esto ha cambiado. En el caso de los hámsteres, aunque tienen una vida corta (tres años), los dueños se preocupan por llevarlos al veterinario. Esto hace que cada vez haya más especializaciones. Es por ello que, sin duda, la cultura veterinaria está cambiando de una manera positiva", concluye.

Para leer el artículo completo descarga el PDF adjunto.