La etología es la gran aliada de veterinarios y propietarios

El conocimiento es poder. Conscientes de ello, la etología se convierte en una ayuda más que bienvenida para tratar problemas de conducta en las mascotas. Unos problemas que, muchas veces, terminan con la paciencia de sus propietarios.

07/01/2020

Entender a nuestra mascota. Este es el objetivo primordial de la etología, la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales. Lo hace para solucionar ciertos problemas como pueden ser la agresividad, los trastornos por separación, los ladridos o los maullidos excesivos, ...

Entender a nuestra mascota. Este es el objetivo primordial de la etología, la rama de la biología y de la psicología experimental que estudia el comportamiento de los animales. Lo hace para solucionar ciertos problemas como pueden ser la agresividad, los trastornos por separación, los ladridos o los maullidos excesivos, la ansiedad, los miedos y las fobias, la falta de control en el paseo o en el juego, la hiperactividad o el marcaje con orina o con las uñas, entre otros. Lo que se consigue a través del experto etólogo es conocer el origen de estas conductas, descubriendo cuáles son las causas que lo provocan. A partir de aquí, se van a poder llevar a cabo una serie de acciones para modificar la conducta del animal.

En general, los problemas por los que los propietarios acuden a un etólogo se pueden dividir en tres principales conductas. La primera de ellas serían aquellas que se engloban dentro de las conductas normales de animales pero que, por una cosa u otra, el propietario no acepta en su convivencia. Así, muchas veces, algunos propietarios no son conscientes (o involuntariamente se olvidan) de que su mascota es un animal que ha sido domesticado pero que, al fin y al cabo, es un animal y que, por ende, se va a comportar como tal. Luego, podemos encontrar las conductas anormales o alteradas. Estas se producen debido al intento de la modificación de la conducta del animal en situaciones en el ambiente en el que vive. Finalmente, existen las conductas patológicas, las cuales están relacionadas con la alteración del organismo del animal (tanto una alteración física como psíquica).

Sea cual sea el motivo del comportamiento, lo importante es pedir ayuda a un experto profesional cuando el animal presenta los primeros síntomas. De esta manera, un rápido diagnóstico va a permitir un mayor éxito del tratamiento, a la par que va a evitar que el animal viva con estrés mucho tiempo o que, al contrario, sea el propietario el que pierda la paciencia.

Este es un aspecto en el cual se debería de incidir, pues no se tiene que olvidar que el comportamiento indeseable suele ser el principal motivo por el que los propietarios abandonan o sacrifican a sus mascotas. Algunos estudios, además, han asegurado que una gran parte de los propietarios que acuden a la consulta del veterinario lo hacen por algún problema relacionado con el comportamiento. Entre ellos, las quejas más frecuentes están relacionadas con la agresividad de los animales (15%), los problemas de micción y defecación (13%) y las conductas destructivas (12%).

Los tratamientos

Para el propietario, consultar a un etólogo puede ayudar a orientarle para resolver problemas más cotidianos como la obediencia, los juegos adecuados y los prohibidos. El objetivo de los tratamientos es conseguir mejorar la convivencia entre la mascota y el propietario y se puede conseguir actuando de diferentes formas:

Modificar la conducta del propietario. En este caso, en vez de intentar cambiar el comportamiento del animal directamente, se busca que sea el mismo propietario el que cambia la suya. El objetivo es que, de esta manera, el animal reaprenda a comportarse.

Modificación de la conducta del animal. Aquí, en lugar de apostar por el cambio de conducta del propietario, se intenta que sea el animal que modifique su comportamiento. Se realiza a través de ejercicios marcados por el especialista. Pueden llevarse a cabo en casa por el propietario.

Modificar el hábitat. A veces el origen de los problemas reside en nuestro hogar, en cómo están dispuestos los objetos y en cómo se usan ellos. Por esto, en algunas ocasiones puede ser interesante cambiar o recoger objetos que pueden alterar el comportamiento de la mascota.

Medicación. En algunos casos, aparte de los ejercicios es necesario contar con el apoyo de medicación o de otro tipo de productos (feromonas, hormonas, estimulantes del sistema nervioso central, hormonas o antidepresivos, entre otros).

Esterilización. Según qué casos, puede ser necesario optar por la esterilización del animal para modificar según qué comportamientos.

Asimismo, varias serán las estrategias que pueden seguirse, aunque la mayoría de las veces suele combinarse varios de estos elementos para conseguir mejores resultados. A todo ello, además, hay que añadir la importancia del compromiso del propietario, pues si este se compromete con el tratamiento, hay más posibilidades para que se termine solucionando el problema.

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