La relación de BD Rowa con el veterinario es la de facilitarle el acceso al control del medicamento y a que disponga de él rápidamente, para que el usuario de mascotas pueda tener su servicio cubierto en el menor tiempo posible. BD Rowa acerca la gestión automatizada e in tegral del medicamento veterinario, tanto el normal como el refrigerado, tanto a las clínicas como a los almacenes veterinarios.

Entrevistamos a Pablo Arenas, Key Account Manager PDCSpain y director de Grandes Cuentas de Rowa Technologies. Destaca que hasta ahora no existía ningún sistema de control automático del medicamento veterinario como el de BD Rowa. Éste conlleva una trazabilidad completa del medicamento, desde que se pide hasta que es administrado al animal de compañía. Su robot, que lo fabrican a medida, está vinculado al software de la clínica, o del almacén. Se integra para, por ejemplo, que el pedido se pueda realizar de una manera correcta. Para que no haya una duplicidad de pedido o sobre-stock. De esta manera, se facilita un control exacto del stock. Una vez que está registrado cada medicamento dentro del sistema del robot, se sabrá, sin ningún tipo de error, lo que se tiene. "Lo que no aparece reflejado no va a estar. No habrá ningún problema en saber si necesitan ese medicamento. Si lo tienen, de manera automática, al solicitarlo, el pedido saldrá por una ventana asignada por el usuario, con lo que no hay que ir a buscarlo. No se pierde tiempo", defiende Arenas. No hay que olvidar que, en muchas ocasiones, cuando se lleva a la mascota al veterinario, es por una urgencia. En BD Rowa no quieren que se pierda tiempo en búsqueda de un medicamento y que se pueda administrar rápidamente. Una vez que sale del robot, se controla toda la trazabilidad, registrando a quién se ha suministrado y de qué manera.

Controlar y administrar

En clínicas veterinarias, el robot cubre una labor de necesidad, con la intención de controlar y administrar ese medicamento. El tamaño suele ser más pequeño que el empleado en farma cias comunitarias, porque es necesario almacenar menos medicamentos que en una botica. Por esto, BD Rowa fabrica los robots para adaptarse a cualquier clínica veterinaria o almacén distribuidor. Sus profesionales realizan un estudio pormenorizado de cada proyecto; de las condiciones de la clínica, tanto físicas como de facturación como del objeto del negocio que tiene, dependiendo del tipo de medicamentos, para recomen- dar la mejor solución. Lo normal es que haya un retorno de la inversión en un período comprendido entre tres y cinco años, dependiendo del nivel de facturación que se tenga. "No vamos a intentar vender un robot a un cliente que no lo necesite", asegura Arenas. Una experiencia de más de 15 años en nuestro país les avala. Ésta es una tecnología que llama mucho la atención. Repasamos con Arenas las principales ventajas que suponen la gestión automatizada e integral del medicamento veterinario. "En cuanto a la recepción, vamos a hacer una gestión sencilla. Vamos a ahorrar tiempo y la vamos a hacer de una manera exacta. Si ganamos en tiempo, estamos ganando en control y en seguridad para tener buenas prácticas en la clínica. Estamos perdiendo la posibilidad de duplicar un pedido. No pediremos aquello que creemos que no tenemos y que tenemos realmente. No hay falta de control cuando tenemos un medicamento que no sabemos dónde está", explica. Insiste en la recepción automática de los pedidos y en el error "0" en control de stock.

Se detiene en el control automático de caducidades: "Este tema es muy importante, principalmente por las vacunas. Sanidad obliga a que no se administren fuera de tiempo. No queremos que el veterinario se vea envuelto en un problema porque no dispone de un control. Le ayudamos a hacer las cosas bien en ese aspecto. El que el robot pueda contar con un módulo de refrigeración en el que esté todo controlado al detalle, dentro del sistema automático que es, es muy necesario", asevera. Tanto el control de temperatura como de caducidad es absoluto con sus sistemas. No hay errores.

Respecto a la preparación automática del pedido, Arenas aclara que está pensado para clínicas y para almacenes, para la preparación automática del pedido que luego éstos van a enviar a las clínicas. Estos almacenes suelen tener una cantidad de productos muy amplia, entre 25.000 y 30.000 referencias. Muchas de ellas no son medicamentos. "El control del medicamento, que suele ser de alto valor dentro del stock que tienen, es fundamental para ellos. Si preparan el pedido de manera sencilla y fiable, mucho mejor", recuerda. Así, se reducen de forma considerable los errores en envíos y las faltas.

Hay un aumento de la competitividad en servicio. "A nivel de gestión, se obtiene una mayor efectividad. Eso se proyecta de cara al paciente para que vea que el servicio es de mayor calidad. Hay una diferenciación. Si vas a una clínica veterinaria que está automatizada, pensarás que es diferente a las demás, que el control y el servicio son diferentes. Y lo transmitirás", expone Arenas. Eso es porque hay más tiempo para dedicar al paciente y darle mayor atención. Se obtiene una mayor fidelización de cara a la gestión de la clínica.

¿Qué barreras se encuentran a la hora de implementar nuevas tecnologías? Responde que el primer impulso del cliente suele ser positivo. El segundo es preguntar por el precio. "El coste de los sistemas, a priori, se puede ver como una barrera, pero cuando saben cuáles son los beneficios, la usabilidad y cómo se va amortizar, deciden considerar su implantación muy seriamente", señala. Son conscientes del valor de aplicar las nuevas tecnologías.

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