Laboratorio de Análisis Veterinarios LAV comenzó como un laboratorio de referencia para el sector veterinario en el año 1992. Desde entonces, únicamente realiza análisis de tipo veterinario, ya que, según los principios fundacionales de la compañía, las extrapolaciones de la medicina humana en la mayoría de los casos no resultan útiles a la medicina de animales. Su director, Gustavo Sánchez, entiende que los laboratorios de referencia para veterinaria deben ser especialistas en diagnóstico veterinario, ya que "su labor es dar apoyo a las clínicas que no puedan o no quieran adquirir pequeños laboratorios, y a los centros que no posean la tecnología para determinar todo tipo de pruebas diagnósticas". Otra de las funciones de los laboratorios veterinarios es "comparar resultados dudosos", añade.

Precisamente el apoyo analítico al diagnóstico, así como la exactitud en los resultados son las principales señas de identidad de LAV. En este sentido, Gustavo Sánchez indica que el procedimiento que siguen como laboratorio de referencia conlleva un control estricto en la realización de los análisis mediante calibraciones diarias de todos los parámetros y controles individuales para cada serie de muestras a analizar. "Toda nuestra labor se orienta a conseguir resultados exactos, rápidos y precisos para ayudar a un buen diagnóstico clínico", dice el director de LAV, quien afirma que, en el caso de LAV, "trabajan para muchos centros veterinarios, organismos oficiales y ensayos clínicos, al tiempo que es laboratorio de referencia autorizado por el gobierno de Castilla-La Mancha para el análisis de leishmaniosis".

Leishmaniosis, lo más demandado

Sánchez Visconti señala que otros servicios que presta la compañía que dirige se refieren a los análisis clínicos en general: hematología, bioquímica, microbiología (cultivos), parasitología, examen de orina, hormonas, proteínogramas y fármacos. Además, realiza análisis de leishmaniosis, ehrlichiosis, toxoplasmosis y, en general, todos los agentes infecciosos más comunes en animales. "Sin duda, las pruebas de leishmaniosis y los perfiles bioquímicos son en la actualidad los servicios de análisis más demandados, aunque los de hormonas, los antibiogramas y los proteinogramas van siendo cada vez más solicitados", apunta.

Las pruebas de alergia, otro servicio de gran demanda, "se remiten a un laboratorio de Estados Unidos, y las biopsias y citologías, a un laboratorio especialista en España". Tal y como explica, "tenemos un servicio de recogida de muestras contratado y un buzón en la fachada del local para entrega de muestras".

Apuesta por la automatización

En cuanto a los avances más importantes experimentados en concreto en LAV, comenta su director que "siempre hemos apostado por la automatización del laboratorio para garantizar una mejor estandarización de los resultados y minimizar los errores". En este sentido, anifiesta que todos los instrumentos que emplean tienen la tecnología de los grandes hospitales de medicina humana, "pero se han adaptado, por medio de programas informáticos específicos y de la elaboración de rangos de normalidad propios, para distintas especies animales". Recientemente, incluso, han adquirido un instrumento que "automatiza la microbiología, informando del tipo de bacteria de cualquier cultivo y enfrentándola a los antibióticos más idóneos para combatir a esa especie bacteriana".

A nivel general, en su opinión, si bien la PCR o prueba que determina ADN o ARN de los agentes infecciosos empezó con mucho auge, en el momento actual ya no está tan de moda "al comprobarse que no es una prueba diagnóstica que desplace a otras. No obstante, es útil como complemento en algunos casos". Como novedad destacada apunta al hecho de que "muchas clínicas veterinarias cuenten ya con pequeños equipos de diagnóstico y kits para determinar un número variado de patologías, infecciosas u hormonales", apostilla.

El gran problema de todo esto, según cuenta, es que, a pesar de que cada día aparecen nuevas tecnologías que determinan más patologías que afectan a animales, "en los análisis veterinarios, a diferencia de los de medicina humana, no hay reactivos o tecnología para determinar todas las enfermedades de los animales (infecciosas u orgánicas), y ya se sabe que lo que no es muy común resulta caro".

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