Aunque no nos lo parezca, el ambiente está lleno de virus muy peligrosos frente a los cuales nuestro perrito no está protegido, por eso, es muy importante llevarlo al veterinario para que le pueda realizar una exploración general y administrarle las vacunas que son necesarias antes de que lo llevemos a pasear y entre en contacto con el exterior.

La primera vacuna que se le debe administrar, aproximadamente a las 8 semanas de vida, es la vacuna frente al parvovirus. Se trata de una enfermedad vírica muy contagiosa que cursa con vómitos, diarreas severas y decaimiento del animal. Los cachorros menores de 6 meses son los más susceptibles y en los cachorros muy jóvenes puede afectar al musculo cardíaco, causando una grave inflamación del mismo. No existe un fármaco que cure esta enfermedad, el único tratamiento es sintomático, por lo que unas vacunas correctamente aplicadas son la mejor protección.

Posteriormente, a las 12 semanas de vida, se le debe aplicar una vacuna combinada frente a:

-        Parvovirus

-        Hepatitis infecciosa canina: Es una patología vírica que suele afectar a los perros menores de 1 año. Cursa con fiebre, falta de apetito, conjuntivitis, secreción nasal y ocular, edemas, dolor abdominal, hepatomegalia, vómitos y diarreas.

-        Moquillo: Es un virus muy grave y contagioso, que puede causar distintos cuadros, desde respiratorios o cutáneos a digestivos o nerviosos. Los síntomas más comunes son: Fiebre, conjuntivitis, descarga nasal con tos y estornudos, falta de apetito, decaimiento, vómitos y diarreas y en estados avanzados, síntomas nerviosos cómo convulsiones o espasmos.

-        Leptospirosis: Se trata de una patología contagiosa que progresa muy rápidamente. Cursa con fiebre, vómitos y diarreas, orina oscura, deshidratación, insuficiencia renal aguda, y coloración amarillenta de las mucosas.

-        Parainfluenza canina: E virus de la Parainfluenza es uno de los causantes de la tos de las perras, una patología contagiosa que cursa con hipertermia y episodios de tos seca y ronca que puede acabar provocando vómitos. Aunque no es una enfermedad muy grave suele afectar de forma más severa a los cachorros menores de 6 meses.

Todas estas patologías únicamente se pueden tratar de forma sintomática, por lo que es muy importante que las vacunas estén correctamente aplicadas y con las revacunaciones necesarias, así nuestro perro estará protegido.

Unas 3 semanas después de haber aplicado la vacuna, se debe administrar un recordatorio para reforzar la inmunidad del animal. Pasada ésta, un recordatorio anual es suficiente.

A partir de los 6 meses de vida podemos vacunar a nuestro perro frente la enfermedad de la Rabia, sobre todo si viajamos mucho, ya que en algunos países y comunidades autónomas es obligatoria. Además, también a partir de los 6 meses podemos vacunar a nuestro perro frente a la Leishmania.

Siempre debemos tener en cuenta que estas vacunas deben ser aplicadas por un veterinario y que bajo su criterio éste protocolo puede ser modificado.