Más allá del plato: cómo la salud del dueño afecta al peso del perro

La obesidad es un grave problema de salud, tanto para las personas como para las mascotas, por lo que se necesitan estrategias de prevención innovadoras y atractivas. Un reciente estudio revela la correlación entre la obesidad de los dueños de perros y sus mascotas.

03/06/2025

El estudio titulado Hallazgos preliminares de sobrepeso. Estatus entre los dueños de perros y sus perros, publicado por Frontiers in Veterinary Science, explora la relación entre la obesidad en los dueños de perros y sus mascotas, encontrando una correlación positiva entre el índice de masa corporal de los tutores y ...

El estudio titulado Hallazgos preliminares de sobrepeso. Estatus entre los dueños de perros y sus perros, publicado por Frontiers in Veterinary Science, explora la relación entre la obesidad en los dueños de perros y sus mascotas, encontrando una correlación positiva entre el índice de masa corporal de los tutores y la condición corporal de sus perros. En otras palabras, los perros de dueños con sobrepeso u obesidad tienen más probabilidades de presentar un peso elevado. En este sentido, el estudio utilizó un diseño de correlación transversal para investigar la relación entre el índice de masa corporal (IMC) de los dueños de perros y el estado corporal de sus mascotas.

Los datos se recopilaron de 38 dueños de perros adultos (mayores de 18 años) y sus perros durante la celebración de varios festivales de mascotas en Nueva Inglaterra. Para ello, se midió el IMC de los dueños y las puntuaciones de condición corporal (BCS, por sus siglas en inglés) de los perros en el lugar. Luego, se utilizó la correlación de Spearman para comparar el estado del peso de los perros y sus dueños. La mediana del IMC de los dueños de perros fue de 26 (rango de 17 a 53), mientras que la mediana de BCS de los perros fue de 6 (rango de 4 a 9). A su vez, la frecuencia de sobrepeso (IMC entre 25 y 29,9) de los dueños de perros fue del 31,6 % y del 50 % (BCS 6-7) en los perros. La obesidad (IMC >30) de los dueños de perros fue del 26,3 % y del 13,2 % (BCS 8-9) en los perros. Una prueba de Chi-cuadrado (que se usa para determinar si existe una diferencia estadísticamente significativa entre la frecuencia esperada y la frecuencia observada), en las categorías de peso de sano, sobrepeso y obesidad entre perros y dueños de perros mostró, además, una relación significativa entre el estado de peso de los perros y sus dueños (p = 0,0002). Por su parte, la correlación de Spearman demostró que el IMC de los dueños de perros y el BCS de sus perros tenían una correlación fuerte y positiva (r = 0,60, P < 0,001). En este caso, se realizó un análisis de sensibilidad excluyendo un valor atípico (participante con IMC alto) y se confirmó la robustez con una fuerte correlación estadísticamente significativa, tanto con el análisis primario como con el de sensibilidad.

Con estos datos en la mano, el estudio sugiere que estos hallazgos podrían aprovecharse en futuras intervenciones para promover estilos de vida más saludables y activos, tanto para los dueños como para sus perros, en aras de un enfoque atractivo e innovador para la prevención de la obesidad. Así, según se desprende del estudio, una posible estrategia sería llevar a cabo un enfoque de Una Sola Salud que incorpore a los perros en los programas de prevención. Destacar que, antes del reclutamiento y el inicio del estudio, dicho informe fue revisado tanto por la Junta de Revisión Institucional de la Universidad de Tufts (Estados Unidos), como por el Comité Institucional de Cuidado y Uso de Animales.

Tándem saludable

En Estados Unidos, la obesidad es un problema de salud importante que afecta tanto a adultos como a niños. De hecho, desde la década de los 70, su prevalencia ha aumentado a un ritmo alarmante, por lo que los expertos señalan la necesidad de informar sobre los riesgos de la obesidad para la salud de las personas y sus mascotas.

Un estudio realizado por Nijland et al. en Países Bajos encontró que el sobrepeso en dueños adultos estaba íntimamente relacionado con el sobrepeso de sus mascotas, sobre todo de los perros. Estos hallazgos refuerzan la necesidad de que los dueños se impliquen más en la salud de sus mascotas y apliquen sus propios criterios de salud a sus animales, principalmente en lo que a alimentación sana y ejercicio se refiere.

Por otro lado, otro estudio, en esta ocasión realizado por Delicano et al., identificó una correlación entre la diabetes diagnosticada en perros y la diabetes tipo 2 de sus dueños, tras analizar más de 200.000 parejas de propietario-perro en Suecia. En este caso, los autores plantearon la hipótesis de que los comportamientos de salud compartidos (por ejemplo, la actividad física) y las exposiciones ambientales compartidas podrían explicar dicha correlación.

Del mismo modo, estos hallazgos también han explorado la posibilidad de que el peso tanto de los dueños como de sus mascotas influya en los prejuicios de los veterinarios. Por ejemplo, Pearl et al. encontró que los veterinarios y los estudiantes de veterinaria respondían y actuaban de manera diferente al tratar a perros con sobrepeso, y cuyo dueño también tuviera sobrepeso, en comparación con el tratamiento dado a perros (y dueños) más delgados. Por ello, los investigadores recomendaron llevar a cabo más análisis e investigaciones sobre el impacto del sesgo de peso en la toma de decisiones clínicas, así como de las interacciones con los dueños de mascotas. En concreto, lo que han pedido ha sido un estudio sobre los efectos del lenguaje respetuoso y no estigmatizante relacionado con el peso de las mascotas y sus dueños. Debido al fuerte vínculo y los comportamientos de salud compartidos entre las personas y sus perros, un enfoque más novedoso para abordar la epidemia de obesidad sería incorporar a los perros en las intervenciones de pérdida de peso de los dueños, de tal manera que se pudieran obtener mayores beneficios en la denominada Una Sola Salud, donde tanto perro como dueño pueden poner en práctica hábitos más saludables.

Y aunque se han publicado numerosos estudios que abordan el enfoque de One Health, centrado en aprovechar el vínculo entre humanos y animales para promover la pérdida de peso tanto en personas como en sus perros, la información adicional podría resultar útil para aprovechar estos estudios.

A su vez, el estudio People and Pets Exercise Together (PPET) se centró en parejas de dueños de perros y sus mascotas en Estados Unidos que padecían obesidad. Estos participantes fueron seleccionados específicamente para la investigación, lo que limita el conocimiento sobre la prevalencia de esta correlación en la población general del país. En Europa, se identificó una correlación, si bien no deja claro si los dueños de perros y sus mascotas en Estados Unidos comparten una relación similar en cuanto a composición corporal y obesidad. Por lo que el objetivo de este estudio fue determinar si existe una correlación entre la composición corporal de los perros y la de sus dueños. Llegados a este punto, los investigadores sugieren que información adicional sobre esta posible correlación debería basarse en el conocimiento actual y permitiría futuros programas de intervención más completos y mejor diseñados que promuevan estilos de vida más saludables y activos, tanto para las personas como para sus perros.

Vínculo humano-animal

Hallazgos similares hablaban de una asociación entre el IMC de los dueños de perros y el BCS de sus perros en una investigación que se llevó a cabo entre ciudadanos con mascotas en Nueva Inglaterra. De hecho, los hallazgos son parejos a un estudio previo de Nijland et al. que mostró correlación (r = 0,31) en Europa entre el grado de sobrepeso de los dueños de perros y sus perros. En el estudio anterior, había 47 parejas de propietarios y perros, y los propietarios debían haber tenido a los perros durante, al menos, un año para cumplir con los criterios de inclusión.

Contrariamente a los resultados del estudio actual y del estudio de Nijland y sus colegas, los datos de un cuestionario distribuido en un total de 11 países europeos, a más de 3.000 propietarios de perros, pusieron de manifiesto que no había una correlación directa entre la obesidad de los propietarios y sus perros. Sin embargo, esta discrepancia podría explicarse por la diferencia en la metodología del estudio (es decir, cuestionario de autoinforme frente a un estudio en persona), o bien por la capacidad de los propietarios de evaluar con precisión la condición corporal de su perro. Los hallazgos tanto del estudio actual como del estudio de Nijland y sus colegas indican que existe una posible (y probable) correlación entre la composición corporal de los perros y sus dueños, de tal manera que se evidencia de la presencia de problemas de salud compartidos entre los dueños de perros y sus animales. Debido a que la epidemia de obesidad afecta de manera similar tanto a las personas como a las mascotas, los expertos señalan que disponer de una mayor información sobre estos problemas de salud compartidos podría ayudar a contar con una financiación para enfoques innovadores de tratamiento y prevención en el futuro.

Por otro lado, cabe señalar que la obesidad afecta aún más a la salud pública debido a las comorbilidades que sufren tanto las personas como sus perros, como es el caso de la diabetes y la osteoartritis. Como se ha apuntado en el estudio de Delicano et al., los hallazgos de riesgo compartido de diabetes entre dueños de perros y mascotas pueden apuntar a posibles comportamientos de salud diabetogénicos compartidos o bien a exposiciones ambientales, como posible explicación a estos problemas de salud. En este sentido, apunta a que sería fundamental en estudios futuros investigar más a fondo los posibles mecanismos detrás de las enfermedades de salud compartidas, más allá de comportamientos como comer en exceso y la falta de ejercicio. Y, además de analizar las implicaciones inter-especies de la desinformación, los comportamientos relacionados con la salud, el impacto psicosocial del vínculo humano-animal y las exposiciones ambientales, también es fundamental demostrar la viabilidad de un programa de pérdida de peso dirigido, específicamente, a los propietarios de los perros.

En este contexto, los participantes del estudio pusieron de manifiesto que sus perros significaron un gran apoyo y una fuente de motivación durante todo el programa. Así, durante la puesta en marcha de dicho método, con una duración de 12 meses, los participantes emparejados con perros redujeron su peso en un promedio de 4,7 % (SD = 4,8), mientras que en los perros dicha reducción de peso fue, de media, un 14,9 % [SD = 8,8].

Los dueños también subrayaron la motivación que para ellos suponía el hecho de que su mascota perdiera peso, a la vez que ellos se veían y sentían mucho mejor. Por todo ello, comprender las implicaciones de salud compartidas que los perros tienen con sus dueños también puede afectar, positivamente, a la motivación del dueño. Asimismo, otro estudio reciente sobre el paseo de perros resalta que la relación entre las personas y sus perros, junto con el deseo de mejorar la salud del animal, pueden actuar como factores motivadores clave para incrementar la frecuencia de los paseos Aunque a la hora de poner en marcha el estudio también hubo alguna complicación. Por ejemplo, la inscripción en dicho programa se vio limitada debido a que muchos participantes no consentían (o no estaban de acuerdo) en permitir que se les midiera y pesara en público. Las mediciones se hicieron de forma anónima y privada, pero, aun así, una gran parte de los asistentes al festival se negaron a participar. Otra de las limitaciones observadas en el estudio tiene que ver con el hecho de que el número de propietarios de perros que asiste a festivales de mascotas de este tipo y participa en estudios sobre composición corporal podría no ser representativa del conjunto general de dueños de perros. De ahí que, por ejemplo, aquellos dueños de perros que prefieren no socializar con otros dueños de perros o que sus perros no socialicen con otras mascotas no estarían representados en este estudio. Eso sí, participaron un elevado número de dueños de perros y sus mascotas, abarcando puntuaciones de IMC y BCS en las categorías "saludable", "sobrepeso" y "obesidad", lo que sugiere que la muestra fue representativa de todas las categorías de peso. No obstante, estos son hallazgos preliminares, limitados a la población de perros de Nueva Inglaterra y sus propietarios.

Puedes leer el artículo completo en el PDF adjunto.