IM VETERINARIA #11

54 im veterinaria Patologías zoonósicas Algunas de las enfermedades parasitarias que afectan a las mascotas son zoonósicas, es decir, se transmiten a los huma- nos, pero, tal y como indica Ana Montoya, “no todas se trans- miten igual ni tienen la misma importancia desde el punto de vista de salud pública”. En este sentido, destaca que las hay, como el complejo larva migrans visceral y ocular, toxoplas- mosis, giardiosis e hidatidosis, que se transmiten mediante la ingestión de alimentos (agua no potable y vegetales) o a través de la arena de parques infantiles contaminadas con formas parasitarias excretadas con heces de animales; otras vía percutánea, como el complejo larva migrans cutánea por ancilostómidos y estrongiloidosis por Strongyloides stercola- ris; y , por último, están las zoonosis transmitidas por vecto- res, donde las condiciones medioambientales son favorables para el desarrollo y la supervivencia del vector, como la leish- maniosis y la dirofilariosis. Educación en la prevención Para evitar el contagio y también para prevenir estas enfer- medades en general en los animales, Ana Montoya tiene cla- ra la solución: “Es importante que el veterinario eduque a los propietarios en la prevención y control de las enfermedades pa- rasitarias”. Y ello pasa, a su parecer, por la realización de una exhaustiva anamnesis al propietario para determinar cuáles son los riesgos potenciales de su mascota. Así, señala que es necesario conocer la procedencia del animal, el tipo de dieta que sigue, el tipo de hábitat donde vive, su aptitud principal (caza, compañía, trabajo, guarda) y el historial de viajes, “ya que la pauta de desparasitación que estableceríamos a un perro que vive en un piso en Madrid, pasea siempre con correa y come dieta seca no sería la misma que la de otro que, viviendo tam- bién en Madrid, sale los fines de semana al campo donde el pro- pietario lo deja campar a sus anchas, y veranea en alguna pro- vincia andaluza por ejemplo”. En este ámbito de la educación y la concienciación, para Montoya hay un aspecto esencial, y es “llegar a comprender y poner en práctica la importancia del concepto ‘one health’ o ‘una única salud’, donde todos, desde nuestra posición, promovamos y defendamos la salud pública, animal y medioambiental”. Por otra parte, considera que, en general, si bien es impor- tante que se acuda de forma regular al veterinario, la fre- cuencia va a depender “del riesgo de exposición, las medidas preventivas empleadas, la edad del animal y momento del ci- clo reproductivo, entre otros factores”. Por otra parte, como las medidas preventivas no son completamente eficaces, cree Patologías asociadas a signos clínicos Las enfermedades parasitarias que afectan a los ani- males de compañía son muy variadas, lo mismo que los cuadros clínicos que producen, por eso, para la doctora Ana Montoya es primordial “conocer todos los datos epidemiológicos posibles mediante una buena anamnesis para establecer un diagnóstico diferencial adecuado”. Entre las principales de estas patologías destaca: • Muchas de estas enfermedades cursan con signos clínicos inespecíficos, como el caso de la leishma- niosis canina, donde observamos animales asinto- máticos con lesiones cutáneas, cuadros digestivos, neurológicos, oculares, vasculares, etc. • En otras patologías, los signos clínicos se asocian a la presencia del parásito, como sucede en los cua- dros digestivos causados por Giardia duodenalis y Cystoisospora spp. • Los signos cardiorrespiratorios suelen estar origi- nados por vermes que se localizan en el aparato traqueobronquial, como Dirofilaria immitis , respon- sable de cuadros que varían desde asintomáticos (sobre todo en los primeros estadios de la enfer- medad) hasta más graves, comprometiendo la vida del animal. Angiostrongylus vasorum en el perro y Aelurostrongylus abstrusus en el gato también pro- ducen signos respiratorios. Y en la toxocariosis y ancilostomidosis también se observan signos res- piratorios debido a la migración de las larvas por el árbol traqueobronquial. • Los signos cutáneos suelen estar asociados a las ar- tropodosis cutáneas (sarnas, pulicosis), pero algu- nos signos cutáneos (prurito y eritema) también se observan en otras enfermedades como la ancilos- tomidosis y estrongiloidosis si las larvas penetran por vía subcutánea. • Otros cuadros menos frecuentes, como los neuro- lógicos y oculares, pueden observarse en la toxo- plasmosis, neosporosis, algunos casos aislados con infección por L. infantum , o por migraciones erráti- cas de algunos parásitos. “Es importante que el veterinario eduque a los propietarios en la prevención y control” oportuno que los animales que han viajado o viven en zonas endémicas para las diferentes enfermedades vectoriales se hagan un mínimo de un análisis anual. “Esto es algo que ya se ha introducido de forma rutinaria en la mayoría de las clínicas veterinarias para el control y prevención de la leishmaniosis”, manifiesta la doctora.

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