El futuro pasa por pequeñas clínicas veterinarias de barrio, “pequeñas clínicas satélites”, que efectúan Atención Primaria a las mascotas, y que, cuando es necesario, remiten a los grandes centros de referencia. Es lo que prevé José Luis Puchol, fundador y propietario de la Clínica Veterinaria Puerta de Hierro en Madrid. Opina que, hoy en día, las clínicas veterinarias están sobredimensionadas en equipamiento. Señala que “todo el mundo tiene ecógrafo, todo el mundo tiene rayos X” y que “esto, desde el punto de vista económico, no es rentable”.

Puchol está inmerso actualmente en la puesta en marcha de un gran hospital multidisciplinar de 1.600 metros cuadrados (más otros 1.600 de parking, con 46 plazas de aparcamiento), una “ilusión” que tenía desde joven, junto a la sede del BBVA, en la zona de Las Tablas, en Madrid. En él, habrá un buen número de veterinarios especialistas, tanto de España como del extranjero. “El objetivo es crear un grupo de trabajo bien coordinado y bien integrado, con muchas especialidades, donde se pueda hacer un desarrollo de la actividad profesional, no sólo clínica”, aclara.

No se está escatimado en recursos y esfuerzos. Puchol pone un ejemplo: “Hemos comprado una placa de fuerza, la mayor que hay en Europa ahora mismo. Mide unos dos metros de largo. El perro va caminando y, en un ordenador, se refleja cuánto carga en cada pie. Si pisa de lado, si carga más adelante o atrás. Puedes evaluar exactamente si las cosas van bien o mal. Tras un tratamiento, puedes objetivizar los resultados. No vale ya el decir ‘va mejor’ o ‘cojea menos’. No, ‘antes cargaba un 33% y ahora carga un 44%’. Eso es algo objetivo”.

Asimismo, comunica que trabajarán en proyectos de investigación, como es la utilización de células madre. “Son cosas que hasta ahora se realizaban de una manera subjetiva y ahora se harán de una manera objetiva. Ayudarán a objetivizar cómo está un perro y a decidir si requiere un tratamiento o si el tratamiento aplicado ha funcionado o no. No es sólo un hospital clínico. En él, la formación ocupará una parte muy importante. Y habrá una buena parte de investigación”, anuncia este veterinario centrado hoy por hoy sobre todo en la cirugía general y en la traumatología.

Respecto al equipo de imagen, “allí no habrá otro igual en España”. En el hospital, tendrán una resonancia de alto campo, de una tesla y media. Normalmente las que se usan en veterinaria son de bajo campo. “El TAC que se utiliza normalmente en veterinaria es de dos cortes y el nuestro será de 16. Habrá un arco quirúrgico para potenciar la radiología no invasiva. En el futuro, se pretende contar con una unidad de Radioterapia. Todo se hará un poco a lo bruto. La idea es tratar de hacer lo mejor en cada una de las especialidades. Y que se trabaje en equipo. Buscamos grandes personas que además sean buenos especialistas”, subraya. Inicialmente, el equipo estará formado por 20 profesionales entre veterinarios y auxiliares, cifra que se duplicará a medida que vaya alcanzando velocidad de crucero.

Considera que situarlo en Madrid conlleva una ventaja, que son sus seis millones de habitantes y su población periférica. Permite posicionarse en un mercado muy grande. La segunda ventaja que cita es que lo han implementado dentro de Madrid, en Las Tablas, en una zona de bastante proyección. El centro es vertical, con dos plantas de parking y cinco de hospital. “Éste es, quizá, el primer hospital urbano”, declara Puchol. Recalca que el proyecto es hacer una cosa diferente en todo lo que hay en España en estos momentos. Las instalaciones de su Clínica Veterinaria Puerta de Hierro, fundada por él en 1979, permanecerán como clínica del barrio, con un par de veterinarios. Los remitidos se irán al nuevo hospital.

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