MASCOTING

10 Los animales de compañía ocupan un lugar destacado en la sociedad actual. Está demostrado que tienen efectos beneficios sobre nuestras vidas: proporcionan compañía, ayudan a mejorar el contacto con otras personas, educan y fomentan el sentido de la responsabilidad o promueven la actividad física de sus familias, entre otros. Pero un animal de compañía también puede ser una fuente de conflicto, tanto en el hogar donde vive como fuera de él. Antes de llevar un animal a nuestro hogar, debemos asegurarnos de que se dan las circunstancias adecuadas para ello. Siempre será mejor retrasar la decisión de tener un animal de compañía que engrosar la lista de personas que abandonan al suyo. Una decisión responsable al respecto es comprometerse a cumplir con las obligaciones que se adquieren, que van encaminadas a satisfacer sus necesidades y prevenir las posibles eventualidades que se pudieran presentar para el animal, su relación con las personas, otros animales o el medio ambiente. Un animal va a compartir el hogar con todos los que ya viven en él, será una presencia que acompañará a la familia ocupando un lugar, tanto en el espacio físico como en el emocional. Con él TENENCIA RESPONSABLE: LA BASE DE LA RELACIÓN ENTRE MASCOTAS Y PROPIETARIOS vendrán un conjunto de tareas a asumir, los cuidados y atenciones que necesita, y representará un incremento del esfuerzo a desarrollar en las tareas cotidianas. Si la decisión no es consensuada entre todos, es mejor esperar. Siempre se debe anteponer un razonamiento pausado a la inmediatez del deseo irreflexivo. Para beneficio de todos. Una vez adoptada la decisión de llevar un animal a casa, se debe decidir cuál va a ser el origen del animal. Esta decisión puede marcar la diferencia para el bienestar de otros muchos animales. Pero también puede suponer una colaboración al tráfico ilegal y maltrato de animales o, por el contrario, el apoyo a la cría responsable o a entidades de protección animal. Es tal la cantidad de animales en situación de desamparo que la opción preferible es la adopción de un animal que ha sido abandonado. A causa del abultadísimo número de animales abandonados, se pueden encontrar animales de cualquier edad y carácter, que congenien con todo tipo de estilos de vida de la familia. En la protectora orientarán mejor que nadie sobre todos los aspectos relevantes sobre el animal. Antes de incorporar a un nuevo miembro peludo a nuestra familia, tenemos que asegurarnos de que estamos preparado para ellos. Los animales nos bridan mucho amor, pero también traen consigo ciertas responsabilidades y deberes. Por: Ruth Manzanares Fernández Dirección General de Derechos de los Animales

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