IM VETERINARIA #9

81 im veterinaria D esde su creación en el año 1987, la Fundación Affinity, perteneciente a la empresa de alimentos para perros y gatos Affinity Petcare, ha tratado de difundir los beneficios de los animales de compa- ñía en nuestra sociedad. “Junto a nuestros colaboradores, he- mos realizado multitud de investigaciones destinadas a conocer más sobre el vínculo que se crea entre humanos y mascotas” , comenta Laura Rodríguez , responsable de Fundación Affinity en España. Desde la Fundación también emplean sus fuerzas y recursos para erradicar el abandono de los animales e investigar y di- vulgar los beneficios que conllevan la Terapia y Educación Asistida con Animales de Compañía. “ Así pues, podríamos decir que desde la Fundación trabajamos en tres prioridades: la inves- tigación, los programas sociales y la comunicación ”. Terapias asistidas Uno de los pilares básicos de la Fundación se encuentra en las Terapias Asistidas con Animales (TEAAC). “ Todo empezó en el año 1993, cuando iniciamos el programa “Perro residencial”, que consistía en donar una pareja de cachorros a diferentes centros de salud mental, centros geriátricos, centros de educación espe- cial, centros penitenciarios o de menores ”, recuerda Laura Rodrí- guez, y añade que el objetivo del proyecto era “ normalizar las instituciones, por un lado, y por el otro utilizar los animales como un recurso terapéutico ”. Aunque hoy en día las Terapias Asisti- das con Animales en centros geriátricos, con personas mayo- res o con niños con déficit de atención son ya más comunes, “en nuestros inicios todavía eran bastante desconocidas ”. A través del programa “Perro Residencial”, la Fundación Affini- ty llegó a tener más de 130 perros repartidos por 94 centros de toda España. “ En el año 2011 este programa finalizó y desde entonces damos impulso a nuevos programas, todavía descono- cidos en España, donde un equipo de profesionales lleva a sus propios perros para trabajar en diferentes colectivos” . Es en este contexto, señala la responsable de Fundación Affi- nity en España, que han desarrollado “Buddies”, un programa con jóvenes tutelados por la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (GAIA) de la Generalitat de Cata- luña. A través de “Buddies”, los menores aprenden a educar a los perros y, a medida que pasan los días, el vínculo es mayor, favoreciendo una actitud positiva de los adolescentes ante la sociedad, una mejora física y mental y su capacidad de auto- control, entre otros. TEAAC en prisiones Probablemente, uno de los programas que ha cosechado más éxito ha sido el programa de TEAAC en prisiones, que tienen como objetivo “ facilitar a los internos su integración en la socie- dad, puesto que una de las finalidades primordiales de la pena de prisión es la rehabilitación y la reinserción social de las per- sonas privadas de la libertad ”. Estos programas principalmente se destinan a internos con problemas de afectividad y autoes- tima, ya que el cuidado de un animal proporciona un mayor sentido de sí mismo y de los otros. De esta manera, se consi- “Más de la mitad de los perros que participan en nuestras terapias son de refugios” Un futuro esperanzador En sus 30 años de trayectoria, la Fundación Affinity ha tenido entre sus objetivos primordiales abrir puertas en el mundo animal. “Nuestro futuro pasa por intentar cambiar la ley para que los animales dejen de ser consi- derados cosas en España” , explica Laura Rodríguez , responsable de Fundación Affinity en España. En ese sen- tido, Fundación Affinity y el Observatorio de Justicia y Defensa Animal se han unido para impulsar la campa- ña #AnimalesNoSonCosas, que pretende garantizar que se modifica el código Civil para que los animales pasen a ser considerados seres vivos con sentimientos. “ También es nuestro objetivo desarrollar nuevos progra- mas que aun no se realicen en España”, detalla Laura Ro- dríguez. gue que el interno se integre más fácilmente en la dinámica, y que mejore su cuidado personal y su relación con la sociedad. A partir de aquí, en cada uno de los programas se establecen unos objetivos concretos y medibles en el tiempo. “Normal- mente, cada programa cuenta con dos perros, suelen ser perros labradores, que viven en el centro penitenciario de forma perma- nente. Los funcionarios, profesionales e internos son su familia y, al mismo tiempo, son quienes se benefician de manera directa e indirecta de la presencia y el contacto de los animales ”, señala Laura Rodríguez. El tiempo que los perros intervienen en las terapias está controlado para que no exceda su capacidad de trabajo, “ y el resto del tiempo lo disfrutan como si fuesen cual- quier otro perro, ya sea descansando o jugando ”, detalla. Los internos que participan en el programa “Perro Asistencial,” que son seleccionados tras una evaluación psicosocial y tras la realización de un plan individualizado de intervención en el que se señalan los objetivos que se esperan conseguir con la terapia, se comprometen a través del Contrato terapéutico a “participar de manera totalmente voluntaria en el programa y también a cuidar y a respetar a los animales ”. A partir de este momento, y después de recibir por parte de un experto nociones básicas sobre el manejo de los perros, los internos se hacen responsables directos de los animales . “De esta manera, son los propios internos los que se encargan de las tareas diarias: desde el cuidado hasta la alimentación, pasando por la higiene, los pases o las actividades lúdicas . En algunos cen-

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=