IM VETERINARIA #7
63 im veterinaria A lejandro Casasús fundó el Servicio Veterinario de ecografía y ecocardiografía Alejandro Casasús en 1997, una época en la que “ la ecografía estaba en plena expansión, implantándose como técnica de diagnóstico por imagen, complementando a la radiología. Al ser una técnica más operador dependiente, existía una demanda creciente de realización de este servicio de forma ambulante que me llevó a crear un servicio de diagnóstico ecográfico ”, explica. Empezó solo, arriesgándose, pero la cosa salió más que bien y actualmente hay siete veterinarios en el equipo, realizando diagnóstico ecográfico a más de 200 clínicas veterinarias de Madrid y alrededores: “ Algunos lo compaginamos con otras ac- tividades, como servicio de cardiología, o con otras técnicas de imagen, como lectura de radiografías o tomografía computeriza- da ”. Además, nos comenta que “ el servicio cuenta con ecógrafos portátiles de última generación, doppler para ecocardiografía y estudio de flujo vascular y un amplio rango de sondas de distintas frecuencias para obtener la mejor imagen en todas las profundi- dades que debemos explorar en los animales de compañía ”. Pequeñas grandes revoluciones Las técnicas de imagen se basan en la detección de cambios morfológicos, por lo que serán de mayor utilidad en las patolo- gías en las que se produzcan este tipo de alteraciones, que son una gran mayoría.“ La ecografía –explica Casasús– es una herra- mienta perfectamente accesible en cualquier clínica veterinaria para valorar la morfología arquitectura interna de los órganos abdominales, linfonodos, vascularización, estructuras cervicales, tejidos musculoesqueléticos; así como para toma de muestras de tejidos y otors procedimientos ecoguiados ”. El fundador y coordinador del ServicioVeterinario de ecografía y ecocardiografía sigue explicando que “las técnicas de imagen evolucionan de forma paralela a la tecnología” y que, afortuna- damente, “ la mayoría de limitaciones que presentaban la radio- logía y la ecografía se han superado por la tomografía computa- rizada y la resonancia, pudiendo acceder de forma mucho más precisa al sistema nervioso, tórax, zonas del cráneo o pélvicas” . “ Además, las técnicas de contraste permiten valorar anomalías vasculares y la perfusión de órganos” . Así pues, en cuanto a avances, Casasús cree que “ no sólo han supuesto una pequeña revolución la reciente generalización de la tomografía y la resonancia, sino también las mejoras de la radio- logía digital o de los equipos de ecografía con nuevas capacida- des como modo 3D y que prometen seguir avanzando de forma rápida ”. ¿Demasiados TAC? A día de hoy, comenta Casasús, las técnicas de diagnóstico por imagen están totalmente implantadas y “la práctica totalidad de centros veterinarios cuentan con equipo de rayos X y ecógra- fo, o pueden recurrir a servicios que les realizan las ecografías ”. Y es que, “ en los últimos años se han implantando las técnicas de imagen avanzadas y se pasó de realizarlas de manera casi clan- destina en algunas instalaciones de medicina humana, a tener en las grandes ciudades un abanico de posibilidades de realizar tomografías computarizadas o resonancias ”. Aún así, puntuali- za: “ Obviamente, esto todavía no está disponible en poblaciones más reducidas, pero la lógica indica que seguirán apareciendo en los próximos años ”. En el caso de la medicina humana hay estudios que aseguran que el 50% de los TACs son innecesarios. ¿Pasa lo mismo en la medicina veterinaria? Casasús response claramente: “ No. Creo que en medicina veterinaria todavía no hay una cultura muy im- plantada de uso de las técnicas de imagen avanzadas ”. El motivo, según él, es que no hay costumbre “ni en algunos compañeros veterinarios para ofertarlas, ni en algunos propietarios demasco- tas por autorizarlas, por lo que creo que todavía hay más casos en los que no se realizan estos exámenes, aún cuando aportarían información relevante, que casos en los que se hagan sin ser nece- sarios ”. Es por esto que, para Casasús, además, “ los veterinarios generalistas deben estar familiarizados con las limitaciones, los costes y lo que nos pueden aportar las distintas técnicas de ima- gen para elegir la o las más adecuadas en cada cuadro clínico ”. Falta aceptación Si bien es cierto que un mayor acceso a los ecógrafos ha per- mitido una gran incorporación de los mismos a las clínicas ve- terinarias, se ha dejado algo de lado la formación continuada de los veterinarios que tienen que usarlos. Por eso, explica Ca- sasús, desde su centro “ llevamos varios años realizando cursos ‘hechos a medida’ según las necesidades y el nivel que precise el personal de cada clínica. Contienen parte teórica para explicar la técnica y para diferenciar las imágenes normales de las patoló- gicas, así como práctica para conseguir la obtención de la mejor imagen posible ”. En cuanto a la crisis económica, Casasús considera que “ ha mostrado que las mascotas ocupan un lugar más relevante que hace años en la mayoría de hogares, lo que ha permitido que a pesar de las dificultades económicas existentes, en estos últimos años se haya consolidado la presencia de estas técnicas avanza- das de imagen ”. Por ello, es optimista y cree que “ si la situación mejora, se generalizará mucho más su uso” , aunque vuelve a re- cordar que “ todavía hay mucho trabajo informativo por hacer, tanto a los compañeros veterinarios generalistas, como a los pro- pietarios demascotas, especialmente en zonasmenos desarrolla- das y en las que para realizar estas pruebas se necesita remitir los animales a cierta distancia. Pero vamos en la dirección correcta ”. A punto de finalizar la entrevista, Alejandro Casasús quiere hace especial hincapié en una situación que considera que está mermando la profesión: “ A pesar de todos los avances po- sitivos de la profesión, especialmente los asociados a la especia- lización, debemos ser conscientes de que en España actualmen- te se licencian demasiados veterinarios cada año ”. Y es que en España se licencian el doble e incluso el triple de veterinarios que en la mayoría de países europeos y“ esto ha llevado –según Casasús– a ser la licenciatura con la media de remuneración más baja. Si no concienciamos a las autoridades competentes de este grave desequilibrio y se siguen abriendo nuevas facultades, no habrá una compensación económica digna para todo el esfuerzo necesario para ejercer nuestra vocación ”, finaliza.
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