IM VETERINARIA #66

11 quieran que participen de forma activa en la despedida de su ser querido”, asegura el directivo. Cómo se realiza la despedida El proceso de acompañamiento se lleva a cabo siguiendo una serie de protocolos para garantizar el bienestar de los animales y las familias. En concreto, “cuando una familia solicita este servicio, acordamos con ella un momento tranquilo dentro del periodo de velatorio para evitar interferencias con otras familias y garantizar la comodidad de todos”. En ese intervalo reservado, la mascota accede a la sala acompañada tanto por la familia como por un profesional del tanatorio. “La despedida es breve -entre cinco y diez minutos- y se realiza siempre bajo supervisión”, señala el experto. En este sentido, el personal ha recibido amplia formación específica impartida por veterinarios profesionales facilitados por la certificadora especializada en entornos petfriendly ITVET, “que nos ha ayudado a establecer protocolos de acceso y convivencia seguros y respetuosos”. “El objetivo es doble: preservar el bienestar del animal y, al mismo tiempo, respetar las sensibilidades de todas las personas presentes en el tanatorio, sobre todo de aquellas familias que se están despidiendo de sus familiares y quieren preservar su espacio e intimidad sin interactuar con ninguna mascota”, prosigue explicando Oller. Igualmente, en caso de que un tanatorio desee implementar este servicio, “el primer paso es desarrollar un protocolo específico de acceso que permita llevar a cabo este servicio de forma correcta y respetuosa, garantizando tanto la seguridad y el bienestar del animal como el de todas las familias que acogemos en nuestros tanatorios”. En esta línea, sostiene Oller, “es fundamental contar con el asesoramiento profesional de entidades especializadas, como en nuestro caso la certificadora ITVET, que nos ha ayudado a validar el circuito, el uso de los espacios y las medidas preventivas”. “También es esencial establecer franjas horarias reservadas para evitar interacciones no deseadas y formar al personal en la gestión de animales en situaciones emocionales intensas. La clave es equilibrar sensibilidad, seguridad y bienestar”, detalla. Aunque el servicio se ofrece formalmente desde este otoño pasado, Oller explica que ya habían atendido solicitudes puntuales anteriormente. En cuanto a la acogida del servicio, apunta, “está siendo muy positiva. Desde que lo hemos dado a conocer, más familias se interesan por esta posibilidad, y ya hemos realizado una veintena de servicios, lo que confirma que estamos respondiendo a una necesidad real. Estamos observando un incremento progresivo en las peticiones, especialmente cuando el difunto tenía un vínculo muy estrecho con su mascota”. “EXISTE EVIDENCIA CIENTÍFICA QUE INDICA QUE MUCHOS ANIMALES PUEDEN EXPERIMENTAR PROCESOS SIMILARES AL DUELO” El duelo animal existe En cuanto a la reacción de los animales, el portavoz de PFB Serveis Funeraris cuenta que cada despedida es distinta, igual que ocurre con las personas. “Algunos se limitan a olfatear suavemente al difunto; otros se acercan repetidas veces, se muestran inquietos o incluso lloran. También hay casos en los que la mascota permanece en silencio, pero muy próxima a la familia, buscando su confort”. En todos los casos, no obstante, “percibimos un momento en que el animal parece comprender la pérdida y ajustar su conducta”. “Este breve ritual puede ayudarles a procesar la situación y, a su vez, aporta tranquilidad a la familia, que siente que su animal ha podido participar del último adiós”, añade Oller. Y es que la pérdida de un animal de compañía es muy dolorosa, pero al revés ocurre lo mismo. “Existe evidencia científica que indica que muchos animales pueden experimentar procesos similares al duelo tras la muerte de un ser querido, ya sea humano o animal”, afirma el experto. Cambios en el comportamiento -apatía, búsqueda, disminución del apetito, alteración del sueño o mayor necesidad de afecto- son reacciones habituales. Por ese motivo, “permitirles despedirse puede ayudar a reducir ese desconcierto y facilitar su adaptación emocional”. Desde PFB lo observan en el propio comportamiento de los animales durante estas visitas: “Suelen mostrar una pauta de reconocimiento y, tras ella, una cierta calma”. En resumidas cuentas, el objetivo de la empresa funeraria es ofrecer una atención integral y humana del duelo. Así las cosas, “nos gustaría subrayar que este servicio no supone ningún coste adicional para las familias y no se concibe como una prestación extraordinaria, sino como una opción natural para aquellas personas que consideran necesario vivir este momento junto a su mascota”. Es una parte más del servicio de acompañamiento, “con el objetivo de cuidar emocionalmente a todos los miembros de la familia”, concluye Oller.

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