IM VETERINARIA #65 ANUARIO 2025

59 Un paso importante “En cuanto a AVEDE, ha sido un año de consolidación y crecimiento”, señala. La asociación ha ampliado socios, reforzado su presencia institucional y sigue trabajando para lograr el reconocimiento legal de las especialidades veterinarias. La presidenta subraya que “la evolución en el reconocimiento de los veterinarios diplomados en nuestro país es constante, aunque todavía queda mucho camino por recorrer”. Hoy hay cerca de 400 diplomados españoles, pero más de la mitad trabajan fuera, lo que refleja un entorno poco favorable para retener talento. Matiza que, en la mayoría de los países europeos, los diplomados están reconocidos como especialistas y que en España se avanzó cuando la Organización Colegial Veterinaria (OCV) los reconoció como máximo nivel de especialización. Considera que “fue un paso importante, pero aún falta la definición legal del término ‘especialista’, algo esencial para evitar confusión y consolidar la especialización dentro del sistema profesional veterinario”. Comenta que ser diplomado es una decisión de vida: “Implica esfuerzo, dedicación y un compromiso constante con la mejora y la transmisión del conocimiento”. Y ese espíritu es el que pretenden seguir impulsando desde AVEDE. Su gran reto es “alcanzar el reconocimiento legal y operativo de las especialidades veterinarias en España, en línea con el resto de Europa”. La presidenta destaca también que “los diplomados participan activamente en la formación continua, impartiendo ponencias y contribuyendo Reconocimiento La Dra. Lorente Méndez considera que un paso fundamental es que la veterinaria sea reconocida plenamente como profesión sanitaria, bajo la coordinación del Ministerio de Sanidad, y que las diplomaturas europeas y americanas se equiparen a las especialidades del modelo MIR/FIR. Remarca que “la formación de un diplomado es rigurosa, exigente y reglada” y que requiere una residencia acreditada de tres a cuatro años, publicaciones científicas, experiencia clínica y un examen final internacional supervisado por su College y auditado por el European Board of Veterinary Specialisation (EBVS), un proceso equiparable al de la formación especializada en medicina. La presidenta de AVEDE asegura que este modelo garantiza un nivel de competencia similar al de otras profesiones sanitarias reconocidas. Añade que, “mientras que en la mayoría de los países europeos los diplomados están legalmente reconocidos como especialistas, en España todavía falta ese marco administrativo”. Considera que el reconocimiento de la OCV en 2024 fue un paso histórico, pero insiste en la necesidad de que el Estado lo incorpore a la legislación mediante un registro oficial de especialistas y un sistema nacional de residencias alineado con los estándares europeos. Desde AVEDE trabajan para que ese reconocimiento se haga realidad, impulsando el diálogo con instituciones, universidades y administraciones y defendiendo un modelo que integre a los diplomados en el sistema sanitario y educativo español. Su objetivo es alcanzar “una veterinaria regulada, reconocida y alineada con Europa, en la que la excelencia profesional sea aprovechada en beneficio de la sociedad y de los animales que cuidamos”. con su experiencia a la actualización científica de la profesión”, lo que confirma que “la veterinaria en España valora el conocimiento y la aportación de los especialistas como una pieza clave en la mejora continua del ejercicio clínico”. En formación especializada, el crecimiento de programas de residencia facilita que los nuevos profesionales se preparen bajo supervisión directa de diplomados. Más fluida y enriquecedora La interacción entre los diplomados y el resto de los profesionales es cada vez “más fluida y enriquecedora”. Según la Dra. Lorente Méndez, “la colaboración entre clínicos generalistas y especialistas crece año tras año”, especialmente en casos complejos que requieren un enfoque multidisciplinar. Defiende que este modelo cooperativo aporta un valor enorme al paciente, al propietario y al propio veterinario, que puede ofrecer una atención más completa y precisa. No obstante, insiste en que queda mucho por hacer. Critica que, a pesar de que las universidades reconocen la importancia de contar con diplomados en sus claustros, esta figura no está adecuadamente valorada en los baremos de acceso a plazas de profesorado ni en los criterios de evaluación de la ANECA. Es un punto que requiere “un cambio estructural”. Un año después de la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal Preguntada sobre el balance de la Ley de Bienestar Animal, un año después de su implantación, responde que “representa un paso importante hacia una mayor protección y sensibilización social, aunque su aplicación práctica sigue siendo desigual y necesita un desarrollo reglamentario más sólido. Los veterinarios diplomados pueden desempeñar un papel clave en este ámbito. Su formación avanzada, su visión científica y su experiencia en salud animal y pública los sitúan en una posición privilegiada para asesorar, formar y participar en la evaluación técnica de las medidas de bienestar, integrando además el enfoque One Health’, que une la salud animal, humana y ambiental”.

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