74 ción, que eliminan la placa y el cálculo en áreas que son inaccesibles para la lengua, como el PM4 maxilar. La forma de la dieta es crucial; las dietas blandas (incluso si son nutricionalmente balanceadas) se asocian con una mayor acumulación de placa en caninos. Se ha demostrado que masticar huesos -particularmente el hueso epifisario o esponjoso (SB)- reduce el cálculo dental en casi un 90 % en 13 días, más eficazmente que el hueso cortical (CB). De manera notable, la masticación de hueso esponjoso durante solo 13 días normalizó el microbioma oral de los perros, aumentando las bacterias comensales y reduciendo las patógenas en la saliva y el surco gingival. Salud digestiva y el eje intestino-cerebro La masticación es un paso clave en la digestión: aumenta el área de superficie del alimento y facilita la exposición a enzimas digestivas y saliva. La saliva canina posee un pH alto (promedio de 7.7) y contiene iones de bicarbonato y mucinas que amortiguan el ácido gástrico y protegen la mucosa GIT. La masticación lenta activa el sistema nervioso parasimpático (SNP) peri- y postalimentación, un estimulador esencial de la digestión. Además, los alimentos fibrosos y enteros que requieren masticación promueven un microbioma colónico saludable y optimizan la producción de ácidos grasos de cadena corta (AGCC), los cuales son vitales para la motilidad intestinal y están implicados en la regulación de procesos cognitivos y emocionales a través del eje bidireccional intestino-cerebro. Beneficios psicológicos: modulación del estrés La masticación funciona como una estrategia de afrontamiento y enriquecimiento que reduce la estimulación del eje hipotalámico-pituitario-adrenal (HPA) y el Sistema Nervioso Simpático (SNS). • Afrontamiento y calma. La masticación puede mitigar los estados afectivos negativos, como la frustración, el aburrimiento y la ansiedad por separación. La capacidad de un perro para realizar una tarea cognitiva (memoria espacial) mejoró inmediatamente después de masticar un artículo no comestible, especialmente en perros categorizados como temerosos, sugiriendo que la masticación puede mitigar la temerosidad que de otro modo obstaculizaría la memoria. • Osteopenia. Incluso en modelos animales, la masticación ha demostrado reducir las concentraciones de cortisol durante el estrés crónico, previniendo condiciones deletéreas como la osteopenia. La negación de oportunidades adecuadas para masticar puede dejar insatisfecha la motivación apetitiva, lo que puede resultar en frustración, un mayor riesgo de comportamientos destructivos dirigidos a artículos inapropiados (muebles, ropa de cama) y, potencialmente, en estereotipias orales. El comportamiento destructivo es una queja conductual frecuente, siendo más prevalente en perros menores de un año. Aunque los beneficios de la masticación superan con creces las consecuencias negativas, el riesgo de lesiones no debe ignorarse. Los huesos cocidos y los sustratos duros, lisos o poco disolubles representan un riesgo de obstrucción esofágica o intestinal, especialmente en razas pequeñas (<8 kg). El riesgo de fractura dental se relaciona a menudo con fuerzas laterales. ¿Qué papel juega el veterinario? 1. Evaluación morfológica y dental. Las razas braquicéfalas y pequeñas requieren una consideración especial debido a los riesgos de fractura mandibular y enfermedad periodontal. La elección del material debe adaptarse a la edad, la experiencia y el estado de salud dental del paciente. 2. Selección del sustrato. Los propietarios deben ser educados sobre la importancia de evitar huesos cocidos y seleccionar materiales cuya dureza no comprometa la dentición del perro. Los estudios sugieren que la forma y la dureza (como el hueso esponjoso) son cruciales tanto para la eliminación mecánica de sarro como para la salud del microbioma. 3. Provisión y bienestar. La masticación es una forma de enriquecimiento ambiental que debe proporcionarse regularmente para satisfacer el telos canino. Proporcionar acceso ad libitum a sustratos apropiados promueve un estado mental positivo. 4. Monitoreo del comportamiento. Si existe conflicto grave por los recursos en entornos con múltiples perros, los chews de consumo rápido pueden ser preferibles a los huesos grandes de larga duración. Si se observa hipervigilancia o agresividad protectora, el manejo ambiental es crucial para reducir el estrés asociado al recurso. En conclusión, la oportunidad de masticar es un pilar del bienestar canino que afecta positivamente su salud física y psicológica. Al integrar esta perspectiva biológica y de bienestar, el veterinario moderno puede guiar a los propietarios para que sus perros no solo estén libres de sufrimiento, sino que también puedan florecer a través de la expresión de un comportamiento natural y esencial. Fuente: Quinn Rimini, Masters Sophie, Starling Melissa, White Peter John, Mills Kathryn, Raubenheimer David, McGreevy Paul. Functional significance and welfare implications of chewing in dogs (Canis familiaris). Frontiers in Veterinary Science. Volume 12 – 2025. https://www.frontiersin.org/journals/veterinary-science/articles/10.3389/fvets.2025.1499933 AUNQUE LOS BENEFICIOS DE LA MASTICACIÓN SUPERAN CON CRECES LAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS, EL RIESGO DE LESIONES NO DEBE IGNORARSE
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