61 desarrollo tecnológico y adaptación de los equipos de diagnóstico a la veterinaria”. Asimismo, sostiene Gómez que “el nivel de especialización ha crecido mucho; al igual que en el resto de las especialidades, cada vez hay más profesionales dedicados exclusivamente al diagnóstico por imagen, y existen certificaciones oficiales americanas y europeas (como la diplomatura del ECVDI) que garantizan un alto nivel de formación y experiencia”. Otro factor que ha influido en el desarrollo del diagnóstico por imagen es que el perfil de los propietarios también ha cambiado, considerando a su animal uno más de la familia. “Los tutores buscan ofrecer el mejor cuidado posible a sus animales, y eso se traduce en una mayor demanda de pruebas diagnósticas avanzadas. Están cada vez más informados y valoran un diagnóstico preciso que permita un tratamiento adecuado y eficaz; además, son conscientes de que necesitan las mismas pruebas que los humanos para llegar a un diagnóstico definitivo”, asegura. De igual modo, como coordinadora de un departamento de diagnóstico por imagen, la especialista tiene claras cuáles han sido las técnicas más importantes en la práctica clínica. Así, asegura que “la resonancia magnética (RM) y la tomografía computarizada (TC) han sido grandes revoluciones en la veterinaria”. “Nos permiten obtener imágenes detalladas en cortes muy precisos del cuerpo del paciente, así como estudio minucioso de los tejidos blandos (en el caso de la RM) y del hueso (en el caso del TC) lo que facilita enormemente el diagnóstico, sobre todo en neurología, oncología o traumatología”, especifica. Asimismo, en el caso de la TC, “podemos obtener imágenes de varias regiones anatómica en cuestión de minutos”. En este sentido, la Diplomada Europea en Diagnóstico por Imagen revela qué métodos son los más utilizados en su día a día, los de primera elección. “En nuestra clínica, como se enfocan los casos, es con la realización de radiografía y ecografía, que siguen siendo las herramientas de primera elección por su rapidez, accesibilidad y gran utilidad diagnóstica”. La ecografía, en particular, “nos da muchísima información en tiempo real, esencial para casos de dolor abdominal agudo, muy frecuente en la clínica diaria”, apunta. A partir de ahí, si el caso lo requiere, recurren a pruebas avanzadas como la resonancia magnética y la tomografía computarizada. Pero, ¿hasta qué punto son importantes las técnicas de diagnóstico por imagen en la mejora de la calidad de vida y la supervivencia de los pacientes el desarrollo de estas técnicas? “Son fundamentales”, afirma la especialista. No en balde, aportan beneficios como que “permiten detectar patologías en fases tempranas, valorar la extensión de procesos tumorales, entre otros, realizar toma de muestra de forma poco invasiva, guiar tratamientos e incluso monitorizar la evolución”. Todo ello, resume la veterinaria, “contribuye a tomar decisiones clínicas más acertadas y a mejorar tanto la calidad como la esperanza de vida de los pacientes”. Colaboración multidisciplinar No obstante, hay que tener en cuenta que el diagnóstico por imagen es una especialidad “completamente transversal” y por ello requiere una importante interrelación del servicio con otras especialidades de la clínica. “Colaboramos estrechamente con medicina interna, cirugía, neurología, oncología, cuidados intensivos, oftalmología, etc.”, sostiene Noemí Gómez. De hecho, hace hincapié en que “el trabajo multidisciplinar es esencial para un buen enfoque diagnóstico, y así elegir las pruebas necesarias, siendo el diagnóstico por imagen una herramienta que complementa y orienta el trabajo de todas las demás áreas, hacia un diagnóstico más certero”. Eso sí, aunque fundamentalmente son tecnologías utilizadas para el diagnóstico, la experta comenta que “cada vez más” tienen utilidad en el manejo “UTILIZAMOS LA IMAGEN PARA GUIAR PROCEDIMIENTOS COMO BIOPSIAS, DRENAJES O INCLUSO ALGUNOS TRATAMIENTOS INTERVENCIONISTAS” terapéutico. En este sentido, cuenta que “utilizamos la imagen para guiar procedimientos como biopsias, drenajes o incluso algunos tratamientos intervencionistas. Además, permite monitorizar la respuesta a tratamientos, por ejemplo, en casos oncológicos o pacientes con patologías infecciosas”. Por contra, al hablar de asignaturas pendientes la especialista pone sobre la mesa que “una de las principales limitaciones sigue siendo el acceso a ciertas tecnologías avanzadas por su coste”. También opina que es fundamental seguir impulsando la formación especializada, “tanto de especialistas como de veterinarios generalistas, para que sepan cuándo y cómo utilizar estas herramientas de forma adecuada”. Igualmente, apunta que se necesitan más estudios, “entre otras cosas, acerca de las características por imagen en tumores, para estadiaje y pronóstico”. “Son necesarios más estudios que relacionen el diagnóstico por imagen con las características histopatológicas. También hay que adecuar más los protocolos a pacientes de pequeño tamaño, de cara a la calidad diagnóstica de las pruebas”, esgrime. Y por lo que se refiere a la situación de la especialidad en España en comparación con otros países, la veterinaria comenta que “ha avanzado mucho en los últimos años”, dado que “hay un número creciente de especialistas formados en centros europeos y americanos, y los hospitales veterinarios están invirtiendo en equipamiento de última generación”. Aun así, “todavía hay camino por recorrer en cuanto a presencia y/o contacto de especialistas en general en los centros”, matiza. Para finalizar, la especialista destaca la importancia de trabajar en equipo y de seguir apostando por la formación continua. “El diagnóstico por imagen no solo mejora la medicina veterinaria, sino que también fortalece la relación entre veterinarios y familias, al ofrecer respuestas claras y fundamentadas sobre la salud de sus animales”, concluye.
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