IM VETERINARIA #63

6 CONVERSANDO CON… “Prestar atención a tu perro, si lo haces bien, es prestar atención al momento presente” CUANDO UNA PERSONA ACUDE A TERAPIA, POR LO GENERAL, HABLA DE COSAS MUY DOLOROSAS O DE MOMENTOS TRAUMÁTICOS. Y AUNQUE EL TERAPEUTA NO PUEDE DARLES UN ABRAZO, UN PERRO, SÍ. EN TERAPIA CON.TACTO SABEN BIEN A QUÉ NOS ESTAMOS REFIRIENDO. Tener un perro es algo más que tener un animal de compañía o una mascota. Tener un perro significa establecer un vínculo personal y emocional con un ser viviente que siente, sufre, padece y, a la vez, ayuda y apoya de una manera imperceptible e incondicional. El contacto cotidiano con un animal ayuda a disminuir los niveles de ansiedad y a desconectarse del ritmo acelerado del trabajo y de la sociedad en la que vivimos. Porque tener un perro te obliga a salir a pasear varias veces al día y a prestarle atención. “Y prestar atención a tu perro, si lo haces bien, es prestar atención al momento presente, y eso, al final, es la base del famoso ‘mindfulness’ que esta tan de moda en la actualidad”, comenta Iris Vidal, directora de terapia Con.tacto, y psicóloga en el mismo centro. Y si algo caracteriza a este centro de psicología de Vigo son sus terapias con animales, concretamente perros y gatos. “Inicialmente fue una decisión personal. Yo estudié psicología, porque me encanta ayudar a las personas, y mi otra gran pasión son los animales. Cuando descubrí que estas dos pasiones se podían unir, fue claramente un “click”. Y seguimos manteniendo esta decisión de incorporarlos en nuestro trabajo porque, realmente, observamos una gran diferencia respecto a las sesiones de psicología más tradicional”, matiza. Porque cuando uno va por primera vez a un psicólogo es cierto que la primera sesión suele ser un poco tensa, la persona está nerviosa y no sabe muy bien qué decir o cómo empezar a hablar de lo que le ha traído hasta allí. “En las sesiones individuales, lo que más notamos es el clima cercano que generan los animales desde el primer momento. Es cierto que nuestro papel como profesionales es facilitarles a los pacientes ese entorno cálido, amigable, pero los perros lo hacen de una manera supernatural”. Y es que, la sola presencia del perro suaviza mucho el ambiente e, incluso, le otorga a la persona que acude a consulta un tema de conversación inicial o un distractor sobre el que centrar la atención unos minutos, mientras se relaja. “En muchas otras ocasiones, los perros nos ayudan como catalizadores emocionales o incluso como soporte cercano. ¡Si supieseis cuántas lágrimas han secado nuestros perros con un lametazo!”. Y si esta situación es así con los adultos, con los

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