IM VETERINARIA #62

56 para valorar la visión y el drenaje ocular. Descartamos así pacientes para los que esta cirugía no tiene utilidad, porque no les devolverá la visión. En otros casos, estamos preparados para los tratamientos posquirúrgicos, como es el caso de hipertensión posquirúrgica, por ejemplo”. En definitiva, la cirugía ocular en animales suele considerarse un reto. Según opina, sin embargo, “la tecnología es cada vez más precisa y exacta. Los facoemulsificadores son más precisos y delicados, más seguros”. Trabajo multidisciplinario: clave en casos complejos Según apunta Eduardo Huguet, “nosotros somos muy conscientes de la importancia del veterinario generalista, y no me canso de declarar mi admiración por su trabajo, que me parece más complejo que el de un especialista por la cantidad de frentes que implica y la variedad de sus conocimientos. Trabajamos codo con codo con los veterinarios remisores, y creemos que es fundamental la comunicación. Por ello intentamos informarles al salir de la consulta con su/nuestro paciente o en un máximo de 24 horas. Para evitar malentendidos, y crear una continuidad entre nuestro centro y sus clínicas, sin que se pierda información importante para la recuperación del paciente”. Consejos a los veterinarios jóvenes Como aconseja, “si crees que te gusta la oftalmología, intenta hacer unas prácticas para asegurarte que es así. Además, tendrás un mentor que te puede guiar en tu vida profesional. Lo siguiente será hacer un curso de posgrado. Yo no dudaría en absoluto en optar por uno presencial. Soy profesor en algunos cursos presenciales y otros online, y no tengo ninguna duda al respecto. También es importante que tenga prácticas. Desde el manejo de una lámpara de hendidura, con alguien que te lo explique, a las prácticas quirúrgicas con ojos”. Además, recalca que existen diferencias entre casi todas las especies: “El gato no se parece en mucho a un perro. Es más agradecido en oftalmología. El caballo es una especie muy sensible, compleja también en oftalmología. Trabajar en parques te da la opción de hacer oftalmología de aves o de peces, o de operar cataratas en leones marinos. Y ninguna de estas especies se parece en sus ojos. Hay que estudiar mucha anatomía, e ir aprendiendo, poco a poco”, opina. La IA en el sector En la clínica, piensa que uno de los primeros avances que traerá la inteligencia artificial (IA) será la redacción de informes y la asistencia informática. “Aunque, como para todo, habrá que estudiar, y habrá que entrenar y formar a la IA para que pueda ayudarnos”, considera. En oftalmología, la IA contribuirá esencialmente al diagnóstico, por lo menos en una primera etapa. “Ya existen programas que valoran la retina por comparativa con otras imágenes ya referenciadas, y permiten establecer un primer diagnóstico, ‘escaneando’ el fondo de ojo con una retinografía. El problema de una fotografía en oftalmología es que no se ve en 3D, y eso puede llevar a errores de interpretación. Pero seguro que inventarán algo que contribuya a facilitar el diagnóstico”, señala. Asimismo, para concluir, destaca “la importancia de la creación de la Sociedad Española de Oftalmología Veterinaria (SEOVET), hace ya 15 años”. Y es que, en sus palabras, esta sociedad “ha sido un motor que ha impulsado la oftalmología veterinaria en nuestro país, aunando esfuerzos y diferencias, gracias a la colaboración y generosidad de sus socios que han contribuido durante todos estos años a generar un ambiente de amistad y colaboración entre profesionales de esta especialidad”. “NO EVOLUCIONAMOS TAN RÁPIDO COMO LA OFTALMOLOGÍA HUMANA, PERO VAMOS JUSTO DETRÁS DE LOS MÉDICOS”

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