IM VETERINARIA #47

57 im veterinaria Los medicamentos antiparasitarios, independientemente de su formato, como tratamientos orales, tópicos o inyectables, son utilizados por los veterinarios para tratar la salud de una amplia gama de animales, desde el ganado y los equinos hasta las mascotas y la vida silvestre. Pero, en los últimos años, se ha dado la voz de alarma respecto a que algunos de estos productos podrían estar contaminando el medioambiente, llegando a los ríos a través de las aguas residuales de los hogares u otras instalaciones donde hay animales, o por medio de la orina o las heces que las mascotas depositan en parques o espacios abiertos, y que son absorbidas por el suelo. De tal manera que podría resultar muy perjudicial para la vida silvestre, los ecosistemas y, por ende, suponer un impacto negativo en la salud pública, con el consiguiente riesgo para la salud humana derivado de las amenazas zoonóticas asociadas. Por ello, desde la British Veterinary Association (BVA) y la British Small Animal Veterinary Association (BSAVA), junto con la BVZS, se ha publicado un informe en que se pone de manifiesto su posición respecto al uso responsable de parasiticidas para perros y gatos. Entre otros aspectos, se revela la existencia de numerosas lagunas de conocimiento en relación con los parásitos y el uso de los productos antiparasitarios. Lo que dificulta el análisis de los riesgos a tener en cuenta, a la vez que se aboga por mantener enfoques responsables a la hora de recetar este tipo de medicamentos. De ahí que esta declaración ponga el acento en los antecedentes del conflicto que existe entre las necesidades de la salud animal, la salud humana y la salud del ecosistema en general. Sobre todo porque los parásitos son comunes en gatos, perros y otros animales de compañía pequeños, estando clasificados como externos o ectoparásitos (entre ellos, pulgas, garrapatas y ácaros), e internos o endoparásitos (tenias, lombrices intestinales y protozoos). Algunos de esos parásitos pueden suponer un riesgo para la salud humana, particularmente en personas muy jóvenes, ancianas o inmunodeprimidas. Además de que los riesgos zoonóticos pueden aumentar por el hecho de que los dueños, por lo general, están en contacto muy cercano con sus mascotas. Aun así, es importante recordar que los seres humanos también pueden infectarse directamente con los parásitos de fuentes ambientales, por lo que el tratamiento profiláctico de las mascotas puede no reducir la incidencia de algunas enfermedades en los seres humanos. Mientras que en el caso de los animales habría que prestar especial atención a que, entre otras lesiones, los ectoparásitos pueden provocar infecciones en la piel del animal; reacciones alérgicas, potencialmente graves o debilitantes; causar molestias como picor y rascado; o anemia, debido a la alimentación de sangre por cargas intensas, especialmente en animales jóvenes o debilitados. Salud pública Por lo general, los parasiticidas se administran por vía oral, tópica o por inyección, dependiendo del producto y del parásito objetivo. En el caso de los medicamentos tópicos, los productos químicos que incluyen se extienden sobre la superficie de la piel y se liberan lentamente a través de los folículos pilosos, lo cual significa que los pesticidas de estos productos pueden dispersarse por todo el entorno doméstico a través del pelo de las mascotas, el desprendimiento de la piel y la transferencia directa después de la aplicación. Por su parte, los tratamientos tópicos sistémicos se absorben a través de la piel en el cuerpo, por lo que es probable que gran parte del producto se excrete a través de las heces o la orina, pudiendo llegar al medioambiente. Asimismo, el lavado de manos después del tratamiento, la eliminación inadecuada de los envases y la mala manipulación de las heces y las bandejas de arena de los gatos también podrían provocar una contaminación ambiental. En este sentido, los potenciales riesgos de estos productos parasitarios deberían considerarse con atención. De ahí la necesidad de tener en cuenta una serie de consejos sobre el uso de estos tratamientos, tales como asegurarse de que los clientes usen la dosis correcta y puedan aplicar un producto correctamente; no lavar al animal y no permitirle nadar durante un cierto número de días después del tratamiento; o desechar de manera responsable los productos, envases, heces y bandejas de arena para gatos. El informe de la BVA, la BSAVA y la BVZS también pone de manifiesto el desconocimiento sobre la seguridad con la que los propietarios usan los productos antiparasitarios, especialmente cuando se compran sin asesoramiento profesional en tiendas de mascotas o a través de Internet. De hecho, recientemente, ha habido una tendencia a que los parasiticidas se reclasifiquen de La BSAVA recomienda que los animales de compañía sean tratados regularmente contra los parásitos en interés de la salud y el bienestar del animal

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