IM VETERINARIA #47

31 im veterinaria Desde que se licenciara en 1992, Carla Taboada ha desarrollado varias labores dentro del sector veterinario. “Empecé prácticas y luego estuve trabajando con caballos en medicina deportiva. A partir del 1995, me especialicé en medicina y cirugía de tejidos blandos en pequeños animales”. Actualmente ejerce como veterinaria autónoma y a domicilio. “Las novedades en la medicina veterinaria son constantes: desde la asistencia a congresos como el de AMVAC hasta webinars y seminarios presenciales. Es una profesión en continua evolución”. El trabajo diario de Carla Taboada consiste en “ayudar a una correcta relación entre mis pacientes y sus dueños -ahora llamados tutores-, que sus animales estén sanos y que no supongan un riesgo para su salud”. Considera que, durante la pandemia, la sociedad valoró mucho la actuación de los veterinarios, no así el Gobierno. “Para empezar, no nos considera sanitarios, nos grava con un IVA abusivo y no cuenta con nosotros en los comités científicos creados ante una pandemia vírica”. En definitiva, no dan voz al colectivo ante decisiones políticas tan relevantes como la salud de la población. Y es que si por algo se caracteriza la profesión veterinaria es por apostar por el concepto One Health, que engloba tanto la salud humana como animal y medioambiental. “Si no cuidamos nosotros a nuestros animales, los humanos se verán afectados a todos los niveles: clínica, sector alimentario, etc.” Para Carla Taboada, la mejor forma de ser sostenibles es siendo buenos profesionales. “Y esto pasa por ofrecer información de calidad basada en la evidencia científica y fomentar un trato cercano y empático”. En cuanto a los precios, cree que “no hay que ser abusivos con los precios pero sí justos, y ofrecer un gran servicio de calidad para que el cliente se sienta como en casa y quiera volver a vernos”. La veterinaria habla también sobre la incertidumbre de los fondos privados en el sector. Actualmente solo 380 de los 6.700 centros veterinarios en España están en manos de grandes grupos -lo que supone el 5,5%-, pero representan el 14% en facturación. “Esto es debido a que es un sector en alza, y sus motivos son meramente económicos, olvidando lo más importante: la salud de nuestras mascotas y la buena relación cercana veterinario-tutor”. Así, Carla Taboada se lamenta al respecto: “Anteponen los beneficios obligando a sus profesionales a alcanzar objetivos económicos a cualquier precio y desvirtuando nuestra profesión”. Aun así, ella es optimista: “Espero que esto sea algo pasajero y las clínicas privadas perduren, porque para mí es la forma honesta de practicar nuestra profesión”. Carla Taboada (Veterinaria autónoma, Madrid) “Espero que las clínicas privadas perduren, porque para mí es la forma honesta de practicar nuestra profesión”

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