IM VETERINARIA #42

61 im veterinaria Plan concreto Pero no solo es fundamental el trabajo que lleva a cabo un profesional rehabilitador respecto a la dolencia que tenga el animal. El dueño o responsable de dicha mascota también tiene un papel protagonista en este tipo de tratamientos y los ejercicios que debe realizar el paciente. Porque, como señala Nira Fariña, “en función del tipo de lesión que tenga cada animal, de cómo sea ese paciente, de las posibilidades de trabajar que tenga su familia con ellos, pues nosotros diseñamos unos ejercicios, tanto pasivos como activos, para que puedan realizarlos en casa. Sobre todo, porque nuestra filosofía de trabajo es que si podemos trabajar en equipo, es decir, el veterinario habitual, la familia del paciente (perro o gato) y nosotros, los resultados serán mejores y se notarán en menos tiempo”, concluye. Y como la veterinaria rehabilitadora hablaba de pacientes perros o gatos, aprovechamos la ocasión para preguntarle por las dolencias en unos y otros pacientes, qué patologías afectan más a unos y otros, qué similitudes existen, principales diferencias... “Sí, las dolencias son frecuentes tanto en perros como en gatos, si bien existen diferentes tipos de patologías, claro está: ortopédicas (óseas) y neurológicas causadas por un traumatismo o bien con componente genético; alteraciones de tejidos blandos (músculos, ligamentos, tendones)…Pero, sin duda, la principal diferencia es cómo tratar a un perro o a un gato para que se sienta cómodo y relajado, de tal manera que acepte las terapias ymanipulaciones que le hagamos”, destaca. En el caso concreto de las patologías articulares, la veterinaria rehabilitadora y fundadora de En Movimiento Rehabilitación y Medicina Deportiva Veterinaria concluye que existen muchos tipos de patologías, tanto en perros como en gatos, aunque se apresura a matizar que, en el caso de los felinos, quizás la más infra diagnosticada y, por lo tanto, la menos tratada sea la osteoartrosis felina. Mientras que en el caso de los canes, la osteoartrosis es otra de las patologías articulares muy frecuente, junto con displasia de cadera/codo, además de lesiones en los ligamentos de la rodilla. Por último, queremos saber cuál es el caso más complicado al que han tenido que hacer frente. “Cada caso es único y tiene sus complicaciones. No trabajamos con protocolos preestablecidos, sino que nosotros evaluamos a cada paciente y diseñamos el plan de rehabilitación que mejor se adecúe a su situación y su patología en concreto”. A pesar de ello, conseguimos que Nira Fariña eche la vista atrás y nos relate el caso de Daddy. “Me viene a la cabeza el caso de este paciente, un perro de cuatro años que sufrió una inflamación en la médula espinal debido a un traumatismo, por lo que la lesión no era operable. No era capaz de caminar, pero tenía reflejos y sensibilidad, de ahí que nos pusimos manos a la obra. Tras ocho meses de trabajo y de combinar diferentes técnicas y terapias, Daddy volvió a ser un perro independiente, subía y bajaba escaleras, salía de paseo y volvió a disfrutar de su vida”, nos cuenta con una sonrisa.

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