IM VETERINARIA #42

53 im veterinaria una evolución social evidente en la preocupación y concienciación por el bienestar animal, repercutiendo esto a nivel global en el sector y en particular en la traumatología y la ortopedia, ya que son cada vez más familias las que se encuentran dispuestas a hacer frente a complejos diagnósticos y tratamientos de sus mascotas”. Envejecimiento y patologías degenerativas, cada vez más frecuentes En cuanto a las enfermedades más prevalentes en el día a día de la clínica, el experto hace distinciones. A nivel del miembro torácico, además de las fracturas de radio-cúbito, húmero y metacarpianos, “encontramos como patologías ortopédicas más comunes la displasia de codo, la osteocondrosis de hombro y codo, o las luxaciones de carpo”. En el miembro pelviano, continúa, “tratamos con frecuencia fracturas de pelvis, fémur, tibia-peroné y metatarsianos”. A nivel ortopédico, la lesión más prevalente en este caso es la rotura del ligamento cruzado anterior, seguida de la luxación de rótula y la displasia de cadera. “Otras condiciones comunes serían, a su vez, la luxación de cadera y de tarso”, agrega. Afortunadamente, añade, “cada vez nuestros pacientes viven más años, y con ello encontramos mayor prevalencia de patologías degenerativas, siendo la osteoartrosis la principal representante en este sentido”. De la misma forma, los avances que han aparecido en los últimos años tanto a nivel terapéutico como tecnológico son muy numerosos. Por un lado, aparte de tener a su disposición métodos diagnósticos de última generación como sofisticados tomógrafos, resonancias magnéticas de alto campo o artroscopios, entre otros, destaca la aparición en el sector de la bioingeniería. “Esta nos permite un extenso abanico de posibilidades, desde la impresión de modelos anatómicos en resina 3D con las características exactas del paciente, hasta la fabricación de implantes customizados para cada individuo”. A todo esto, hay que añadir el desarrollo de nuevos métodos de osteosíntesis como son las placas de bloqueo, o la democratización del empleo del titanio en estos sistemas, “aspectos que potencian más si cabe la evolución de la traumatología y ortopedia veterinaria, acercándola en gran medida a la medicina humana”. Gracias a todo lo expuesto anteriormente, apunta Moratalla, “nuestros pacientes viven más y mejor”. Y es que no solo a nivel técnico y quirúrgico ha habido avances, también se han sucedido, y mucho, a nivel farmacológico, “diseñándose nuevos y mejores analgésicos, que permiten terapias más prolongadas y seguras”. Del mismo modo, “se están abriendo nuevos horizontes en el control del dolor derivado de patologías ortopédicas crónicas como la osteoartrosis citada anteriormente, y un buen ejemplo de ello es el diseño reciente de vacunas capaces de bloquear la señal dolorosa en articulaciones afectadas por osteoartrosis”. Ahora bien, la otra cara de la moneda de este escenario es que la elevada prevalencia de enfermedades como la displasia de cadera o de codo, la rotura del ligamento cruzado anterior o la luxación medial de rótula, unida a las consecuencias de las mismas (osteoartrosis), sobre todo teniendo en cuenta el aumento de la esperanza de vida que comentaba, “obliga a establecer protocolos de diagnóstico temprano de estas enfermedades, no solo para minimizar la morbilidad del paciente en el corto plazo, sino también para reducir los efectos a largo plazo de estas patologías”. Herramientas para la prevención y la detección precoz en enfermedades multifactoriales No solo la detección precoz juega un papel esencial en el pronóstico, por supuesto también la prevención. De hecho, se pueden prevenir, como explica el traumatólogo. “Muchas patologías tienen un origen multifactorial, siendo el factor genético uno de los más importantes”. Por ello, “se recomienda a pacientes de razas predispuestas, o mestizos de características similares, someterse a programas de detección precoz de estas enfermedades (estudios radiológicos y tomográficos, tests genéticos, etc.) como pueden ser los diferentes tipos de displasia”. Los progenitores de los pacientes afectados deberían desaconsejarse para la reproducción. En tanto, otras estrategias serían atender a factores como el nutricional o el ambiental. “A nivel nutricional en pacientes en crecimiento de talla grande, interesaría conseguir un crecimiento musculoesquelético compensado y puede ser interesante suplementar la dieta con condroprotectores”. Respecto al factor ambiental, señala Moratalla, convendría en pacientes predispuestos a estas patologías “minimizar ejercicios de alta intensidad y de impacto, al menos durante la fase de crecimiento”. Así pues, señala, podría ser de ayuda a su vez, diseñar un plan de fisioterapia y control de la actividad física para favorecer el desarrollo muscular. Sin embargo, sea cual sea la enfermedad que padece el animal, las ventajas son múltiples en dobles sentidos, según lo ve el especialista. “Al paciente le permite beneficiarse de diagnósticos precoces minimizando las consecuencias a largo plazo, así como de tratamientos más precisos y cortos, reduciendo de esta manera la probabilidad de sufrir complicaciones”. En cuanto al especialista, la posibilidad de disponer de nuevos y mejores métodos diagnósticos (tomografía computerizada avanzada, ecografía, resonancia magnética, artroscopia), y el soporte de ingenieros médicos, “permiten llevar a cabo un estudio más exhaustivo de cada paciente”. Así pues, concluye, “la posibilidad de imprimir moldes anatómicos donde realizar in vitro la cirugía de forma previa, permite, por ejemplo, acortar los tiempos quirúrgicos con todas las ventajas que ello conlleva, así como ejecutar el procedimiento definitivo conmayor precisión”. “Ha habido una evolución social en la preocupación y concienciación por el bienestar animal, repercutiendo en el sector y en particular, en la traumatología y la ortopedia”

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