IM VETERINARIA #41

49 im veterinaria me”, explica la veterinaria, quien reconoce que se están viviendo “muchos cambios”. “Y los que se ven venir: por ejemplo, hace quince años nos parecía muy difícil convencer a un propietario para hacer cirugía intervencionista en un cachorro con cardiopatía congénita; sin embargo, ahora es muy raro que nos digan que no. También hay más profesionales y más centros que ofrecen estos procedimientos, y estamos encantados de poder contribuir a mejorar su pronóstico”, reconoce Carrión. Por otro lado, en cierta medida, el sector está mirando también a la forma de trabajar y a los avances que van adquiriendo en otros países. “Me gusta la forma de trabajar en el Reino Unido en cuanto al respeto hacia la profesión veterinaria y a cómo están estructurados los centros y los profesionales en lo relativo a las competencias”, explica la veterinaria, que lamenta que, pese a ello, en España, los avances “siempre han tardado un poco más en llegar”. “Aunque -matiza la veterinaria- cada vez hay más profesionales de alto nivel que se han formado con esos estándares de calidad y que los están importando. En España, lo que deberíamos conservar y exportar es que somos muy vocacionales y la profesión se vivemás como un servicio a la sociedad que como un negocio, y creo que no deberíamos perder ese carisma”. En cuanto a las técnicas, una de las que más ha avanzado es precisamente la ecografía, la cual proporciona mucha información. “Las ecografías son una ventana al interior de nuestros pacientes sin tener que apenas molestarlos. Están en todos los protocolos de diagnóstico y seguimiento de la medicina interna, vemos muchos casos de oncología, enfermos renales y hepáticos crónicos, enfermedades inmunomediadas... Y en el caso de la ecocardiografía, la información no es sólo anatómica, sino también funcional, lo que nos permite entender lo que está sucediendo en cada paciente en cada momento de su enfermedad, para poder adaptar el tratamiento”, detalla la especialista. Enfermedad degenerativa de la válvula mitral La estrella en la consulta de cardiología es la enfermedad degenerativa de la válvula mitral, una patología que padecen aproximadamente el 75% de los pacientes caninos que acuden a consulta por problemas cardíacos. Una dolencia muy prevalente en razas pequeñas y medianas, que suele presentarse a partir de los siete u ocho años de vida del animal. “La progresión de la enfermedad suele ser lenta y cuando tienen síntomas los más frecuentes son los típicos de insuficiencia cardíaca izquierda como intolerancia al ejercicio, taquipnea o disnea”, explica Carrión. La veterinaria señala que otras enfermedades adquiridas son la cardiomiopatía dilatada, que tiene predisposición familiar en Doberman, Bóxer, Perro de aguas portugúes, Gran danés, Terranovas, y otras razas grandes, así como la cardiomiopatía arritmogénica del ventrículo derecho en Bóxer. “También encontramos cardiomiopatías secundarias a miocarditis, arritmias, alteraciones hormonales, electrolíticas o deficiencias nutricionales. Y muchos pacientes con hipertensión pulmonar”, enumera. En cuanto a los gatos, la cardiomiopatía hipertrófica es la enfermedad cardíaca adquirida más frecuente, pero en esta especie las cardiomiopatías pueden pasar desapercibidas hasta que tienen síntomas de insuficiencia cardíaca, ya que no siempre hay cambios en la exploración clínica. “Por eso es importante hacer controles ecocardiográficos en gatos, sobre todo a partir de los nueve años, ya que en geriátricos la prevalencia llega casi al 30%”, apunta la veterinaria. Por último, en cuanto a las cardiopatías congénitas son poco frecuentes en la población canina y felina, siendo las más comunes la estenosis pulmonar, el conducto arterioso persistente y la estenosis subaórtica en perros. Por su parte, en gatos, los defectos del septo interventricular. Nuevas técnicas quirúrgicas Entre todos los cambios que se están experimentando en los últimos años, los avances más interesantes llegan de la mano de la investigación y del desarrollo de nuevas técnicas quirúrgicas. Así lo reconoce Carrión, que explica que “la modernización del sector veterinario, la disponibilidad de tecnología y el acceso a la formación y la comunicación entre los profesionales son puntos fuertes del sector”. En contrapartida, en cuanto a los aspectos más débiles del sector, encontramos que muchas enfermedades “aún se comprenden poco”. “Tenemos la esperanza puesta en que algún fármaco nos ayude a retrasar la progresión de las cardiomiopatías felinas, por ejemplo. Y en tener disponibles técnicas quirúrgicas para la reparación de la válvula mitral que no necesiten circulación extracorpórea”, ejemplifica Carrión. “Cuando lleguen esos avances, podremos ofrecer supervivencias más largas en enfermedades que afectan a muchos animales”. En cuanto a los tratamientos utilizados en pacientes cardiópatas, la mayoría van encaminados “a controlar la insuficiencia cardíaca, fundamentalmente diuréticos, como la furosemida y la torasemida; pimobendan, que tiene efecto inotropo positivo y vasodilatador, y fármacos para inhibir el sistema renina angiotensina aldosterona como IECAS o Espironolactona”. “También antiarrítmicos cuando es necesario, y antiagregantes plaquetarios cuando hay riesgo tromboembólico. Así como procedimientos para estabilizar animales comprometidos por acúmulo de fluidos en el espacio pleural o pericárdico, como toracocentesis y pericardiocentesis”. Hábitos de vida Al igual que han cambiado las técnicas, los tratamientos y los avances científicos en los últimos años, también han cambiado los hábitos de vida. “El cambiomás importante enmi opinión -explica Carrión- es que al tener unamejor alimentación y cuidados, los animales sonmás longevos y, además, acudenmás al veterinario”. Pero a mayor edad, también hay mayores posibilidades de que las patologías crónicas progresen: “Las revisiones en geriátricos nos permiten detectar de forma precoz los problemas y hacer medicina preventiva”. Por último, la veterinaria señala que, pese a esos cambios, no se aprecia “tanta correlación con la alimentación y el estilo de vida en las patologías cardíacas de los animales como en las enfermedades coronarias de los humanos”. Pese a ello, “está claro que una mala alimentación o un grave sobrepeso les van a posicionar en peores condiciones a la hora de afrontar cualquier enfermedad”.

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