IM VETERINARIA #32

59 im veterinaria En los perros, los signos de artrosis pueden no ser muy específi- cos, aunque destacan el dolor en la manipulación, provocando cambios de comportamiento como agresividad o molestias; y el deterioro de la actividad, es decir, reticencia por parte del perro a hacer ejercicios, disminución de la actividad general, rigidez, co- jera, incapacidad de saltar o cambios en la marcha. En el caso de los felinos, los signos clínicos suelen ser menos claros que en los perros, aunque también puede observarse cojera o cambios en la manera de caminar, y también cambios en el nivel de la actividad del gato. Diagnóstico La artrosis se diagnostica a través de una combinación de exa- men físico, estudio de los antecedentes y a través de la obtención de imágenes. En el caso del examen físico, permite una primera orientación so- bre la articulación o articulaciones afectadas. Para ello, el veteri- nario palpa las extremidades y articulaciones del animal y evalúa la respuesta al dolor, el engrosamiento de la cápsula articular, la acumulaciónde líquido articular (efusión) o, algunas veces, osteo- fitos y atrofia muscular (pérdida). La radiografía suele ser el método de diagnóstico por imagen más usado, aunque, tal y como indican desde el ACVS, tiene un uso limitado: “ Solo proporciona información sobre los cambios de la estructura ósea (osteofitosis) y solo muestran cambios limitados en los tejidos blandos; por ello, deben combinarse con los resultados del examen físico ”. También se pueden usar otras herramientas de diagnóstico como la resonancia magnética, que puede pro- porcionar información sobre las estructuras de tejidos blandos (ligamentos, meniscos), y la tomografía computarizada (TC) que resulta útil para evaluar los cambios de la estructura ósea en las articulaciones con una anatomíamás compleja, como codos, car- pos (muñecas) o tarsos (tobillos). En los gatos, a causa de su rechazo a ser manipulados y sujeta- dos, es más difícil el diagnostico. Por eso, también se usan diver- sas pruebas de desempeño para poder evaluar su movilidad. En el ACVS indican que los cambios radiográficos de la artrosis se aprecian en hasta un 90% de los gatos, mientras que se calcula que solo un 50%de estos presentan signos clínicos de afectación debido al dolor articular. Tratamiento La osteoartritis es una enfermedad incapacitante, no curable y progresiva que, en un primer momento, afecta a las articulacio- nes, para luego, afectar a la salud general de todo el animal. Por ello, el tratamiento de la osteoartritis debe ser multimodal con la finalidad de frenar la progresión, controlar la inflamación y aliviar el dolor. Así, los tratamientos pueden ser conservadores, quirúrgi- cos o una combinación de ellos. Como en los humanos, el control del peso es clave para el trata- miento de la artrosis. La grasa produce mediadores inflamatorios que perpetúan el proceso de inflamación y el aumento del peso corporal somete a un esfuerzo adicional a las articulaciones, pro- vocando cambios pronunciados relacionados con la artrosis y puede, en última instancia, resultar dolorosa y con una movilidad limitada. También es importante modificar las actividades del animal, li- mitando aquellas que suponen un alto impacto (correr o saltar), pues pueden provocar más inflamación y dolor. Eso no quiere decir que se tenga que limitar totalmente la actividad del animal, sino que hay que reemplazarlas por actividades más controla- das, como pueden ser los paseos con correa. El ejercicio regular de bajo impacto es bueno a la hora de ayudar a desarrollar los músculos que rodean las articulaciones y, a la larga, favorecerá la estabilidad articular. La rehabilitación es de gran ayuda para mejorar la movilidad arti- cular, aumentar la masa muscular y mejorar la resistencia. Asimis- mo, también se puede recomendar la acupuntura, la terapia con láser y otras modalidades de rehabilitación. Para controlar el dolor, se usan medicamentos antiinflamatorios no esteroides. Carprofeno, meloxicam, deracoxib, ketoprofeno, etc. son los medicamentos usados con mayor frecuencia para el control del dolor de la artrosis. En el caso de que los pacientes no puedan tolerar los medicamentos antiinflamatorios no este- roideos, recomiendan desde el American College of Veterinary Sur- geons usar analgésicos complementarios (amantadina, gabapen- tina, tramadol, codeína, corticosteroides). Por otra parte, los agentes moduladores de la enfermedad se pueden administrar como una inyecciónmuscular (PSGAG) o una inyección dentro de la articulación (corticosteroides, plasma rico en plaquetas, ácido hialurónico y células madre). Sin embargo, explican desde el ACVS que es necesario realizar más investiga- ción para constatar el beneficio de los agentes moduladores de la enfermedad. Asimismo, los suplementos articulares también pueden ayudar a aliviar el dolor provocado por la artrosis. El sulfato de condroiti- na, el sulfato de glucosamina y los suplementos de ácidos grasos Omega-3 son los suplementos articulares recomendados con mayor frecuencia. Finalmente, también puede estar indicado el tratamiento quirúr- gico, siendo en algunos casos la mejor elección. Las cirugías que se realizarían son un tratamiento de la causa primaria, como téc- nicas basadas en suturas o basadas en osteotomía para la ruptura del ligamento cruzado anterior de la rodilla, o un procedimiento de rescate para eliminar los componentes articulares dolorosos, como la excisión de la cabeza y el cuello femorales, la artrodesis (fusiónde las articulaciones) o la cirugíade reemplazo articular to- tal (en lamayoría de los casos caderas, babillas, codos). La ci rugía para tratar la artrosis es menos frecuente en gatos que en perros, pero puede ser muy útil en algunos casos. Incluye el reemplazo articular y la artrodesis (fusión de una articulación dolorosa). Fuente: American College of Veterinary Surgeons Para controlar el dolor, se usan medicamentos antiinflamatorios no esteroides

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