IM VETERINARIA #32

44 im veterinaria Tratamiento de los problemas de comportamiento . Se entien- de por problemas de comportamiento aquellas conductas de los animales que pueden ser peligrosas o molestas para las personas, o que pueden provocar una lesión o enferme- dad en el animal. Problemas como los ladridos o la micción en lugares inapropiados, son problemas de comportamien- to, y cada vez es más común que los propietarios pidan ayu- da para cambiarlos. No obstante, no podemos olvidar que los problemas de comportamiento muchas veces suponen motivo de abandono o, incluso, de eutanasia. Los problemas más comunes en el perro son aquellos que están relacionados con la agresividad, la eliminación inade- cuada y las conductas destructivas. En el caso de los gatos, encontramos la micción inadecuada y la agresividad. Reconocimientos y tratamientos clínicos. A la hora de realizar exploraciones, los veterinarios tienen que ser capaces de reconocer el estrés o el miedo en los animales para poder calmarlos y tratarlos de la mejor manera posible. Adiestramiento. La etología también sirve para el adiestra- miento de los perros como animal de trabajo en situaciones como la búsqueda de personas, asistencia a minusválidos o la vigilancia, entre otros. Tratamiento La mayoría de problemas de comportamiento de los anima- les domésticos se pueden resolver. Es importante que los propietarios acudan a un especialista en etología cuanto antes mejor, pues de esta manera será más fácil darle so- lución. El principal objetivo de los tratamientos es mejorar la convivencia entre mascota y propietario, y esto se puede conseguir trabajando en cuatro pilares diferentes. El primero de ellos es el enriquecimiento ambiental. El pro- blema puede residir en el ambiente en el que está el animal: puede ser cómo están dispuestos los objetos en el hogar, cómo se usan o cualquier otro detalle. Por ello, uno de los tratamientos puede consistir en cambiar las características del hábitat del animal para hacerlo más acorde a sus nece- El etograma Para recoger la máxima información del comporta- miento de un animal en su entorno habitual se uti- liza un etograma. Se suele recoger información un mínimo de 15 días, y consiste en anotar aspectos de la vida del animal en situaciones que le gustan, que no le gustan y que le provocan miedo. Así, algunos de los puntos que debe incluir un eto- grama están relacionados con el sueño; cómo se comporta el animal en los paseos y con otros anima- les de su misma raza; su conducta en relación con la comida, y otros aspectos físicos. No hay que olvidar que cuantas más anotaciones se hagan, más conoci- miento sobre el comportamiento del animal, y más posibilidades de que el tratamiento funcione. Fue en 1969, en un artículo en el British Veterinary Journal, cuando se usó por primera vez el término etología clínica sidades y que, de esta manera, se garantice su adaptación y bienestar. El siguiente aspecto puede ser la modificación de la con- ducta tanto del animal como del propietario. En este pun- to, se usan una serie de técnicas basadas en el aprendizaje y ejercicios marcados por el especialista para conseguir la modificación de la conducta del animal. Pueden realizarse en casa, en el entorno habitual del animal. Asimismo, tam- bién está la opción de que sea el propietario el que tenga que modificar alguna conducta relacionada con su animal. La psicofarmacología es otro de los tratamientos que se usa en etología clínica. Así, aparte de usar ejercicios y técnicas, en algunos casos se necesita contar con el apoyo de medi- cación u otros productos (feromonas, ansiolíticos, hormo- nas, estimulantes del sistema nervioso central, hormonas o antidepresivos, entre otros) para favorecer el cambio de conducta. Finalmente, en algunas ocasiones se tiene que optar por el tratamiento quirúrgico. El que se realiza con más asiduidad es la esterilización para casos de agresividad. Pese a la diferenciación de cada uno de ellos, en la mayo- ría de problemas se combinan diferentes opciones de tra- tamiento para conseguir unos mejores resultados. Sin em- bargo, la modificación de la conducta y el enriquecimiento personal suelen ser los más usados. Con todo, tampoco se puede pasar por alto el compromiso del propietario, clave para conseguir buenos resultados. Los problemas A menudo, los propietarios que acuden al centro ve- terinario lo hacen para solucionar alguno de estos problemas: • Agresividad y destructividad • Eliminación inadecuada • Marcaje con orina o con las uñas • Ladrido o maullido excesivo • Hiperactividad, conductas repetitivas • Miedos y fobias • Ansiedad • Trastornos por la separación del propietario • Falta de control en el paseo y en el juego

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