IM VETERINARIA #31

40 im veterinaria Actuación En el momento del estudio (2017) el besilato de amlodipino es el tratamiento de elección para controlar la hipertensión felina y es eficaz en la mayoría de los gatos, pero la dosis necesaria para controlar con éxito la hipertensión varía de un individuo a otro. Algunos gatos requieren terapia adyu- vante a largo plazo y, ocasionalmente, es necesaria una te- rapia adicional para el manejo de emergencia de las crisis hipertensivas. Ante un gato hipertenso hay que realizarle las pruebas diagnósticas necesarias para saber si hay alguna enferme- dad causante de la hipertensión. En algunos casos, como en el hipertiroidismo, el tratamiento de la enfermedad subya- cente hace desaparecer la hipertensión. Asimismo, hay que valorar las complicaciones de la hipertensión en cada caso concreto, para, de esta manera, llevar un correcto segui- miento de las mismas una vez comenzado el tratamiento para la hipertensión. La respuesta al tratamiento cambiará según cada paciente, y en algunos casos estabilizar la tensión puede llegar a ne- cesitar un tiempo relativamente largo. En algunas ocasiones también se deberá de probar con diferentes fármacos. Para llevar un correcto control es necesario realizar mediciones frecuentes de la presión arterial y vigilar la evolución de las otras posibles lesiones que pueda tener el gato. Por otra parte, explican los expertos que las dietas con bajo conte- nido en sal pueden ser beneficiosas, pero no como única medida para controlar la enfermedad. Asimismo, no es re- comendable que los gatos afectados se alimenten con go- losinas o premios, ya que suelen incorporar altas cantidades de sal. Si bien por norma general se puede alimentar a los gatos con alimentos convencionales, en algunas ocasiones se puede recomendar la alimentación con dietas específi- cas de prescripción, como en los gatos con insuficiencia re- nal crónica, en los que las dietas bajas en proteínas y fósforo a menudo resultan beneficiosas. Fuentes: 1. ISFM Consensus Guidelines on the Diagnosis and Management of Hyper- tension in Cats. Samantha S Taylor, Andrew H Sparkes, Katherine Briscoe, Jenny Carter, Salva Cervantes Sala, Rosanne E Jepson, Brice S Reynolds and Brian A Scansen. J Feline Med Surg 2017; 19: 288–303 2. Hipertensión (elevación de la presión arterial) en el gato. GEMFE. https:// www.avepa.org/articulos/hipertension.html En el cerebro y el sistema nervioso, puede desembocar en la encefalopatía hipertensiva, que ocurre cuando la presión arterial es lo suficientemente alta y sostenida durante el tiempo suficiente para superar la capacidad autorreguladora de la vasculatura cerebral. Se han descrito edema cerebral y arteriosclerosis en gatos con encefalopatía hipertensiva. Los estudios han informado signos neurológicos en el 15-46% de los casos de gatos hipertensos, incluyendo desorientación, convulsiones, ataxia, depresión y signos vestibulares. La con- firmación de que los signos clínicos se deben a la hiperten- sión rara vez se logra sin imágenes avanzadas, pero se puede hacer un diagnóstico presuntivo si los signos mejoran des- pués de la normalización de la presión arterial. Del corazón, indican en la guía ISFM Consensus Guidelines on the Diagnosis and Management of Hypertension in Cats , pue- de aumentar el estrés de la pared del ventrículo izquierdo y producir hipertrofia concéntrica del ventrículo izquierdo (HVI). Esto puede producir comúnmente anomalías auscultatorias como ruidos de galope, y quizás con menos frecuencia soplos y arritmias en gatos hipertensos. La ecocardiografía revela con frecuencia HVI, aunque el grado de hipertrofia no se correla- ciona con la magnitud de la hipertensión. Ocasionalmente se han reportado complicaciones graves como insuficiencia car- díaca o disección aórtica en gatos afectados. Monitorización La hipertensión es mucho más común en gatos mayores de diez años y se calcula que la mediana de edad en el diagnós- tico se sitúa entre los 13 y los 15 años, aunque algunos gatos jóvenes (entre 5 y 7 años) también han sido diagnosticados con hipertensión. Pese a que es una enfermedad bastante común, lo cierto es que la monitorización rutinaria de la presión arterial (PA) se suele realizar con poca frecuencia. Esto, sin duda, supone un infradiagnóstico de la misma en la práctica clínica. Por ello, en el estudio detallan que es necesario asegurar que la PA se mide con la mayor precisión posible con una técnica repro- ducible; identificar y monitorear a los pacientes en riesgo de desarrollar hipertensión; establecer criterios adecuados para la intervención terapéutica; y establecer dianas terapéuticas adecuadas. Para medir la presión arterial existen diferentes técnicas y equipos. Afortunadamente, hoy en día la mayoría de clínicas cuentan con medios para poder realizar esa monitorización. El equipo que se usa, como explican en GEMFE, es parecido al que se usa en la medicina humana, con un manguito inflable que se coloca alrededor de una pata delantera o en la cola. La toma de la tensión arterial suele requerir pocos minutos, es absolutamente indolora y la mayoría de los gatos la tole- ra perfectamente. Importante también es hacer un examen detallado del ojo, pues los gatos hipertensos suelen tener afectada la visión. La hipertensión es mucho más común en gatos mayores de diez años

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=