IM VETERINARIA #29
15 im veterinaria La necesidad de preservar la salud animal en tiempos de pandemia, la ampliación de las medidas de vigilancia y control que promuevan el bienestar animal, y el trabajo colaborativo entre profesionales, las señas de identidad más señeras de Extremadura y Castilla y León. EXTREMADURA Se calcula que el gasto anual de un perro oscila entre los 670 y 1.200 euros en función del tamaño y de las necesidades específicas. Por lo que la tenencia responsable debe ser una constante y se debe sopesar muy bien la decisión de tener una mascota. Así lo advertía el pasado año la Unión de Consumidores de Extremadura, que estima que lo largo de la vida de un perro -unos 13 años aproximadamente- el gasto medio se sitúa en- tre los 8.935 euros para uno de tamaño pequeño, y los 15.532 euros uno de los grandes. Y es que parte de este gasto se destina a los servicios veteri- narios como son identificación mediante microchip, vacunas, desparasitación, esterilización y otras consultas extraordina- rias. Regulación profesión De ahí la necesidad de una regulación actual y adaptada a las circunstancias de la profesión veterinaria en un país como Es- paña en el que la mitad de la población posee animales de compañía, con las implicaciones que el tratamiento adecua- do de los mismos (preventivo y curativo) tiene para la salud y bienestar de los animales y, por ende, para la higiene y salud públicas. Por tanto, la ordenación del ejercicio profesional en clínica de animales de compañía repercute en beneficio de la población en general, puesto que está relacionado con el inte- rés general de la sociedad. Precisamente en este punto se profundiza en una región como Extremadura en donde ya hay disponible un Reglamento para el ejercicio profesional en clínicas de pequeños animales que se ampara en la Ley de Colegios Profesionales de 1974. Dicha norma establece los principios básicos del ejercicio de la veterinaria en los centros donde se trata pacientes con pa- tologías que pueden repercutir en la salud no sólo de otros animales, sino además de la población en general. Así pues, la prevención sanitaria como una de las vertientes de la pro- fesión veterinaria ayuda a su vez a evitar la trasmisión de en- fermedades. Centro veterinario La regulación extremeña recoge además las funciones que tiene que desarrollar obligatoriamente un centro veterinario dedicado a los pequeños animales, a saber: custodiar la do- cumentación oficial y velar por su correcto uso; garantizar la veracidad de la información comercial que realiza el estable- cimiento; y velar porque el establecimiento disponga de los procedimientos de trabajo y medios que faciliten y posibiliten a los veterinarios adscritos al mismo el cumplimiento de la normativa actual. El marco normativo también establece una serie de prohibi- ciones como es la de realizar el ejercicio clínico en tiendas de animales, criaderos, centros de adiestramiento y residencias de animales, centros de acogida de titularidad pública o priva- da u otros núcleos zoológicos. Junto a ello, está prohibido realizar actividad o ejercicio clínico en la vía pública, y los centros veterinarios deberán tener un acceso independiente y se encontrarán debidamente aislados con el fin de garantizar y preservar la salud y bienestar animal y no poner en riesgo la salud pública. Diferentes tipologías El Reglamento para el ejercicio profesional en clínicas de pe- queños animales de Extremadura también contempla cuatro
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