IM VETERINARIA #28

36 im veterinaria Pilar Mendoza ha cosechado una rica experiencia en centros como el Hospital Veterinario Pamplona de Navarra y el Hos- pital Veterinario Albéitar de La Rioja. Tam- bién ha realizado su labor veterinaria en diversas clínicas profesionales. Actualmen- te forma parte del equipo de profesionales del Centro Veterinario Gallarza. “Está situa- do en el casco urbano, junto al parque Ga- llarza de Logroño, la pequeña gran ciudad en la que nací, y en la que gozamos de una calidad de vida excelente tanto los ciudada- nos como nuestras mascotas”. Se trata de un centro modesto formado por un equipo de veterinarios entregados a su profesión. ¿Cómo se organizan? “Nuestro trabajo tie- ne dos vertientes. Por un lado, la medicina preventiva, que se basa en la comunicación con los propietarios. Por otro lado, la medici- na interna. Un trabajo apasionante, a veces tan sencillo y a veces tan complejo”. Se trata, por ejemplo, del estudio de los casos, historia clínica, la anamnesis, un examen físico minucioso, navegar entre diagnósticos diferenciales, im- prontas y citologías, análisis laboratoriales y pruebas de ima- gen como ecografías. Pero la eficacia de la medicina preventiva no sólo depende del veterinario, sino también y en gran medida del propietario. “Es cierto que los propietarios están poco a poco concienciándose de la relevancia que tiene la medicina preventiva para el bienestar de sus mascotas. Además, la medicina preventiva protege a sus mascotas a nivel individual, al tiempo que les ayuda a disminuir la prevalencia de esas enfermedades infecciosas”. Es fundamental la labor que realizan los veterinarios en la so- ciedad, pero, ¿se reconoce? “Definitivamente, no. Nuestra pro- fesión está poco valorada y poco reconocida por la población en general. Esto da lugar a creencias populares de que ‘somos carí- simos’ o que ‘los veterinarios nos aprovechamos’ de la situación”, lamenta Pilar Mendoza, y añade: “También es un problema el extendidísimo intrusismo laboral donde los criadores, peluque- ros, auxiliares o simplemente los amantes de los animales se convierten en expertos pseudoveterinarios. Y eso se debe al poco valor que representa nuestro trabajo”. Sin duda, un problema a resolver. ¿Cómo hacerlo? “Necesita- mos, por un lado, apoyo por parte del gobierno y de las admi- nistraciones para hacer visible nuestra profesión, su importancia y su reconocimiento a nivel social, se podría hacer, por ejemplo, bajando el IVA veterinario. Por otro lado, necesitamos apoyarnos entre nosotros, clínica y económicamente”. Pero ¿qué quiere de- cir esto? “Mayor comunicación, diálogo y consenso. La cuestión es que en lugar de remar juntos se establecen competencias y ri- validades que finalmente nos perjudican a nosotros mismos”. Y en cuanto al cliente, “lo importante es que el propietario confíe en tu trabajo, y para eso hay que ofrecer un servicio de calidad, con dedicación, una atención individualizada y existiendo una buena comunicación propietario-veterinario”. Pilar Mendoza (Centro Veterinario Gallarza, La Rioja) “Un problema extendidísimo es el intrusismo laboral donde los amantes de los animales se convierten en expertos pseudoveterinarios” “Necesitamos el apoyo del gobierno para hacer visible nuestra profesión, su importancia y su reconocimiento a nivel social”

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