IM VETERINARIA #26

46 im veterinaria Cabe señalar que, en este sentido, los estudios de laboratorio y los clínicos en los gatos con síndrome de tracto urinario in- ferior muestran que el ambiente juega un papel importante en la presentación de signos, independientemente del tipo de dieta con que se alimente a la mascota. Mientras que, en los perros, una diversidad de situaciones clínicas (tales como com- petencia para comer, coprofagia y obesidad), han sido asocia- das con factores ambientales y con factores relacionados con el animal y la dieta. La evaluación nutricional aquí pasa por determinar cualquier cambio tanto en el manejo de la alimentación como ambien- tal. Mientras que algunos perros y gatos pueden mantener una óptima condición corporal cuando se alimentan según su libre elección, otros requieren una cantidad adecuada de comida para mantener el peso. En este caso concreto será necesaria la utilización de un dispositivo para medir la can- tidad de alimentos y proporcionar comida en las cantidades medidas. A su vez, el enriquecimiento ambiental puede incluir mayores oportunidades de actividad (jugar, hacer ejercicios, más paseos), así como la opción de disminuir la percepción de amenazas de otros animales y reducir la frecuencia de cambios impredecibles en el ambiente del animal. Supervisión, comunicación y entendimiento Respecto a la supervisión en animales saludables, los adultos con buena condición corporal deben ser reevaluados en forma regular, decidiendo de manera individual la frecuencia de las visitas y basándose en aspectos como la edad, especie, raza, salud y ambiente de la mascota. A su vez, las mascotas pre- ñadas, lactantes, mayores y en crecimiento requerirán de una supervisión más frecuente, siendo los dueños quienes deban supervisarlas en casa, atendiendo a factores como la ingesta de alimentos y apetito, el índice de condición corporal (BCS) y peso corporal (BW), los signos gastrointestinales (consistencia y volumen de heces, vómitos), o la apariencia general y activi- dad realizada. En el caso de los animales con condiciones de enfermedad y/o cambios nutricionales recomendados, en el supuesto de que no estén hospitalizados y se les haya indicado una evalua- ción nutricional ampliada, es posible que puedan requerir una supervisión más frecuente de los parámetros de evaluación nutricional. Aquí, la supervisión frecuente del índice de condi- ción corporal (BCS) y del índice de condición muscular (MCS) es importante, ya que muchas enfermedades están asociadas con los índices debajo de los valores óptimos. Por su parte, los animales que no se encuentran en óptimas condiciones cor- porales necesitan una supervisión frecuente, así como el ajus- te de la ingesta para alcanzar y mantener un peso óptimo. La supervisión diaria de los pacientes hospitalizados incluye ítems relacionados con el equilibrio de fluidos, la evaluación de los signos clínicos (cambios en el peso corporal, crujidos pulmonares) o pruebas de diagnóstico (presión venosa cen- tral), la consideración de la ruta óptima de ingesta o la cuan- tificación y documentación de la toma de nutrientes, a través de todas las rutas. Cabe tener en cuenta también que a muchos pacientes hospitalizados se les da de alta antes de darse una solución completa a la enfermedad causante. Por lo que el veterinario deberá documentar y comunicar al cliente el método de ali- mentación, ingesta calórica, dieta, frecuencia y parámetros de supervisión específicos, así como la programación de los nue- vos chequeos y reevaluaciones. También sería interesante que el especialista, en caso de que cualquier asunto pueda limitar el seguimiento de las recomendaciones dietéticas por parte del cliente, prepare un programa específico de seguimiento por teléfono para hacer preguntas y verificar el cumplimiento/ seguimiento. Finalmente, resulta de vital importancia la comunicación y el buen entendimiento con el cliente, con el objetivo de que se alcancen los resultados deseados. De ahí que los técnicos deban participar en el proceso de evaluación de la nutrición cuando cuenten con el conocimiento y las habilidades necesa- rias, tanto en conceptos nutricionales como en comunicación. Asimismo, el cliente ha de participar en la toma de decisiones y la definición de las expectativas, por lo que se aconseja usar diversas técnicas de comunicación, de acuerdo a las preferen- cias del cliente. Estas recomendaciones pueden modificarse según el tiempo del cliente, su estilo de vida y sus limitaciones financieras. Destacar, por último, que la demostración y ense- ñar al cliente sobre cómo evaluar el BCS y MCS son efectivas para que el dueño se involucre en el cuidado de su mascota. Por ello, las expectativas y las metas deben ser específicas, rea- lizables e incluir un seguimiento concreto para supervisar el avance y cumplimiento, así como para ajustar las recomenda- ciones. En este punto se debe informar a los clientes acerca de las comidas específicas, ventajas potenciales, riesgos y preo- cupaciones; recomendaciones sobre la cantidad y frecuencia de la dieta, golosinas, comida de la mesa, alimentos utilizados para la administración de medicamentos, así como sobre los complementos dietéticos. Todo ello con el objetivo de que los clientes puedan enriquecer la experiencia nutricional de sus mascotas si interactúan con ellas cuando son alimentadas, proporcionándoles juguetes que sirven para su alimentación, jugando y haciendo ejercicios con ellas.

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