IM VETERINARIA #26

22 im veterinaria empresarios veterinarios que tienen problemas para encontrar veterinarios para cubrir puestos, y por otro lado haya jóvenes ve- terinarios que dicen que no hay trabajo. Eso se debe a la falta de un punto de encuentro en salarios y horarios”. También urge profesionalizar el sector de los ATV, que exis- ta una formación reglada y homologada y la unificación del colectivo. “Debemos remar todos en la misma dirección y hacer oír nuestras peticiones en los distintos estamentos”. Junto a ello, Margot Ruiz echa en falta mayor presencia de los profesio- nales veterinarios en las decisiones que toma el gobierno. “El Consejo de veterinarios, los Colegios de veterinarios, las asocia- ciones de veterinaria, deberíamos estar presentes como aseso- res en cada movimiento que haga el gobierno relacionado con animales”. Para terminar y en relación a la sostenibilidad de la clínica de pequeños animales, Margot Ruiz lo tiene claro: “Debemos ade- lantarnos al futuro, para lo cual solo tenemos que ver cómo ha evolucionado el mercado de EE UU y Reino Unido. Deberíamos copiar lo bueno de ellos, pero no repetir sus equivocaciones”. Mayor profesionalidad y cuidado en el trato con el cliente es el gran reto para seguir adelante. “Los propietarios quieren para sus mascotas lo mismo que para ellos mismos: que un profesio- nal les atienda con cariño y comprensión, sabiendo lo que hace y ofreciéndoles alternativas reales al problema de su mascota”. Margot Ruiz (Hospital Veterinario Mediterráneo, Madrid) “Debemos remar todos en la misma dirección y hacer oír nuestras peticiones en los distintos estamentos” Nuestra siguiente protagonista desciende de una familia dedicada por completo a la profesión, Mar- got Ruiz vive día a día con gran entrega y vocación. Y es que así lo aprendió de su padre, fundador del Hospital Veterinario Mediterráneo. “Me licencié en veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid en 1997, aunque antes de acabar la carrera ya ayudaba en la clínica como ATV algunos fines de semana y veranos. Desde el principio me dediqué en exclusiva a cirugía”. Una pasión que no ha dejado de crecer, con una meta muy clara: la formación y la especialización. “Continúo realizando estancias en hospitales de Estados Unidos y de España para me- jorar la práctica quirúrgica y en definitiva mi especialidad”. Claro está, también hay una parte de gestión esencial. “Dedico gran parte de mi tiempo a gestionar el hospital”. Los avances en cirugía representan un salto cuantitativo y cualitativo en la especialidad. Así vemos cómo la cirugía on- cológica “evoluciona a un ritmo vertiginoso, porque los pro- pietarios cada día están más concienciados y por desgracia fa- miliarizados con el cáncer” . La cirugía mínimamente invasiva como las esterilizaciones por laparoscopia o toma de biopsia hepática, por ejemplo, por este método, “se está consolidando en los quirófanos veterinarios, ya que muchas veces es el propio propietario quien lo demanda”. En cuanto a la cirugía ortopédica, “la mejora del diseño de los implantes y la posibilidad de hacerlos a medida, diseñados por ingenieros, permiten que surjan también nuevas técnicas”. Todo ello se materializa en mejores resultados clínicos, que es al fin y al cabo lo que hace feliz al propietario. Por tanto, excelencia en las técnicas y en el trato con el cliente es la filosofía del Hospital Veterinario Mediterráneo. De ello se encarga un equipo de 10 veterinarios de jornada diurna y cin- co de urgencias, “cada uno de los 10 primeros, especializados en una disciplina, por lo que todos aportamos lo mismo: mucho más conocimiento de nuestra especialidad”. Trabajo en equipo que requiere también sueldos dignos. De ahí que cuando preguntamos a Margot Ruiz sobre las nece- sidades más urgentes del sector: “La regulación de los sueldos y de los horarios. Y es que resulta curioso que, por un lado, haya

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