IM VETERINARIA #25

22 im veterinaria Cuando se adopte la decisión de usar un tratamientomediante antibiótico, también señalan que existe una amplia gama que difieren en aspectos como la vía de administración, la rapidez e intensidad de su absorción por el animal o su modo de ac- ción. “La elección del antibiótico por parte del veterinario ha de efectuarse teniendo en cuenta el espectro de agentes patógenos sensibles al mismo, el mecanismo de acción, su farmacocinética, la gravedad de la enfermedad y el grado de resistencia de los agentes patógenos en cuestión” , añaden, indicando que, como norma general, se debe emplear el antibiótico de espectromás restringido y más antiguo de entre los posibles. La guía también recomienda que se lleve a cabo una adecuada supervisión de la evolución de estos tratamientos, con el fin de observar tendencias y evoluciones, que tras ser analizadas, permitirán adoptar decisiones fundamentadas para los próxi- mos casos. Y advierte de que el uso continuado y prolongado en el tiempo de un mismo antibiótico para una misma indica- ción debe hacerse con prudencia, a menos que las pruebas de laboratorio confirmen la sensibilidad de la bacteria implicada. Vacunas En cuanto a las vacunas, se insiste en que es una herramienta valiosa: “ No s o lo protege al animal individual sino que tambi é n otorga una inmunidad de poblaci ó n que minimiza la probabili- dad de un brote de enfermedades infecciosas”. No obstante, su uso debe realizarse de forma responsable y de acuerdo con las instrucciones para garantizar su seguridad y eficacia. Con una particularidad: de forma previa a la administración de una vacuna se debe evaluar la condición, el estatus sanitario y el estado fisiológico del animal, ya que lo recomendable es vacu- nar solamente a los que tienen un correcto estado de salud y se encuentran perfectamente desparasitados. Otrosmedicamentos quemenciona la guía son los antiinflama- torios, los anestésicos o sedantes que se emplean para realizar ciertas pruebas previa exploración completa del animal valo- rando su estado general y de las funciones pulmonar y cardio- vascular, o los antiparasitarios. En estos últimos, la guía recuerda que los veterinarios deben considerar en su uso aspectos como la edad (los animales jóvenes tienen un riesgo superior al de los adultos sanos), el estado fisiólógico (porque por ejemplo las perras gestantes pueden transmitir algunos parásitos a sus cachorros), el estado de salud, el origen y hábitat, la dieta y el historial de viajes. Además, se insiste en que, a pesar de que la probabilidad de padecer algunas parasitosis es mayor en unos animales que en otros, el riesgo es continuo, por lo que debe llevarse a cabo un control antiparasitario adecuado e individualizado en perros y gatos a lo largo de toda su vida. Y, en el caso de los antifúngi- cos, se aconseja desinfectar el medio ambiente y los artículos personales de sus dueños ya que las esporas de los hongos pueden estar presentes en el entorno en el que ha estado un animal infectado. El almacenamiento y la conservación de medicamentos tam- bién es objeto de recomendaciones en la guía de la Fundación Vet+i: “Todos losmedicamentos veterinarios deben almacenarse y conservarse de forma correcta, de acuerdo con las instrucciones facilitadas en los prospectos. El veterinario debe tener en cuenta que las temperaturas de almacenamiento son críticas para algu- nosmedicamentos,mientras que la exposicióna la luz ohumedad puedan dañar a otros”. Otras recomendaciones son mantener la cadena de frío en los que requieran refrigeración e incluso el uso de indicadores tér- micos que permitan unamonitorización y control de las tempe- raturas. En el caso de las vacunas, al ser productos termolábiles vulnerables a los cambios térmicos, durante toda su vida útil es necesario aplicar de manera metódica ciertas normas que aseguren que permanezcan en todo momento dentro de un rango determinado de temperatura que figura en el prospecto y que, en general, está comprendido entre 2 y 8 °C. Asimismo, entre otras buenas prácticas de administracióndel medicamen- to, la guía aconseja que, a efectos de garantizar la seguridad durante la administracióndel tratamiento, el veterinario adopte las medidas necesarias para evitar posibles riesgos tanto para el aplicador como para el animal. Por ejemplo, en el caso de animales problemáticos, se puede establecer un protocolo de sedación o bien la colocación de un bozal y llevar a cabo una buena inmovilización de las extremidades y la cabeza. Y, por supuesto, seguir estrictamente las instrucciones de la ficha técnica y del prospecto del medicamento en relación con las precauciones que debe tomar el aplicador. Siete aspectos básicos en el tratamiento con antibióticos 1. Los antibióticos deben de ser utilizados bajo super- visión veterinaria. 2. Los antibióticos únicamente se deben aplicar de acuerdo con sus características técnicas. 3. El antibiótico de primera elección siempre debe ser el de espectro más restringido. 4. Siempre que sea posible los antibióticos han de utilizarse tras el oportuno diagnóstico y antibio- grama. 5. En la elección del antibiótico se deben tener en cuenta las recomendaciones generales de uso res- ponsable, guías de prescripción nacionales o lista- do de antibióticos críticos en veterinaria. 6. El régimen y la duración de la aplicación deben mi- nimizar el desarrollo de resistencias. 7. Un uso apropiado garantiza la máxima protección para los animales, los consumidores y el medio am- biente

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