IM VETERINARIA #21

59 im veterinaria S i bien es cierto que hay grandes diferencias según las razas, tanto en el momento en que se considera que un perro es ya mayor, como con las enfermedades que puede padecer, podemos encontrar una serie de enfermedades comunes a todos relacionadas con la edad. Así, encontraríamos los problemas relacionados con las funciones cognitivas, el comportamiento, la piel, el tracto digestivo, el sistema cardiovascular, las vías respiratorias, las enfermedades degenerativas de las articulaciones y el esqueleto, las enfer- medades urinarias y endocrinas. Todas estas enfermedades son relevantes para la alimentación, pues suponen unos determinados requisitos de energía y nu- trientes. Un claro ejemplo son las enfermedades degenerativas de las articulaciones que provocan una menor actividad del pe- rro y, por tanto, una menor necesidad de aporte calórico. Tracto digestivo y metabolismo energético Uno de los cambios principales que puede vivir el animal está relacionado con el sistema digestivo, especialmente la pérdi- da de dientes y la enfermedad de las encías. Ambas, pueden provocar la dificultad de ingesta de alimentos. Por otra parte, el animal también puede perder, incluso por completo, el sen- tido del gusto y/o el olfato. En este caso, se recomienda que ingieran alimentos más apetecibles para, de esta manera, ga- rantizar una ingesta adecuada de energía y nutrientes, toman- do especial importancia la textura. Destacan en la guía que la disminución general a menudo asu- mida en la capacidad digestiva, como se aprecia en los gatos, no parece ocurrir en los canes. La composición de la micro- biota intestinal en los perros más viejos tiene una tendencia a la reducción de los recuentos de Lactobacilli y una mayor in- cidencia de Clostridia en comparación con los animales más jóvenes. Sin embargo, señalan que las implicaciones de estos cambios y el impacto del envejecimiento en la diversidad mi- crobiana requieren una mayor investigación. Especial importancia tienen también las limitaciones funcio- nales de varios sistemas orgánicos, la actividad física reducida, la mayor o la menor grasa corporal, la menor masa corporal magra y los cambios endocrinos. De hecho, el incremento de edad se asocia con una necesidad de energía reducida, pero también puede ser mayor debido a disfunciones hormonales o en algunos cánceres. Además, se puede esperar que los lími- tes de energía restrictivos de por vida tengan un efecto positi- vo en la vida, así como en los cambios metabólicos relaciona- dos con la edad y en los problemas de salud. En un estudio en Labrador retrievers, los resultados indicaron que el 25% de res- tricción en la ingesta de alimentos aumentó la duración media de la vida y retrasó la aparición de los signos de la enfermedad crónica. De esta manera, más que nunca es importante ser consciente de ajustar los límites diarios de alimentación para mantener una condición corporal óptima. Recomendaciones Llegados a este punto, pese a que no existen datos experi- mentales que tengan que ver con la energía o los requisitos nutricionales para perros mayores, FEDIAF hace una serie de recomendaciones en cuanto a energía, proteínas, grasas, fi- bras, minerales, elementos traza, vitaminas, cantidad, horario, y agua. l Energía. Tiene que ajustarse para mantener una condición corporal óptima, y el incremento o reducción tienen que de- finirse en función de los puntajes de la condición corporal. La Asociación Mundial de Veterinarios de Pequeños Animales proporciona ayudas prácticas para la evaluación nutricional, que incluye un formulario de historia de la dieta, tablas de puntuación de la condición corporal y recomendaciones de energía para perros y gatos. Los perros mayores corren el riesgo de tener sobrepeso y ser obesos con todos los problemas de salud relacionados. Los cambios en la actividad pueden afectar a los requisitos de energía. La ingesta moderada de energía y la condición corpo- ral óptima a una edad más temprana se asocia con una mejor salud y una menor prevalencia y gravedad de los trastornos metabólicos en la vejez. l Proteína. Tiene que corresponder a las recomendaciones para perros adultos para el metabolismo de mantenimiento y debe minimizar la pérdida de masa corporal magra. Cuan- do la ingesta de alimentos es menor en perros mayores, las dietas deben contener una mayor concentración de proteínas para satisfacer sus necesidades y retrasar la pérdida de masa corporal magra relacionada con la edad, excepto cuando en- fermedades específicas (en etapas avanzadas) requieren ajus- tes cuantitativos o cualitativos del suministro de proteína. La proteína debe suministrar niveles suficientes de aminoácidos esenciales. l Grasa . El ácido linoleico, el ácido graso n-6 dominante, es esencial para los perros. Existe una creciente evidencia de que los ácidos grasos n-3 tienen una función importante para los perros. El ácido docosahexaenoico tiene un papel específico para las membranas neuronales, el desarrollo neurológico y la agudeza visual; es más probable que sea esencial que el áci- do eicosapentanoico. Se ha demostrado que los ácidos grasos n-3 y los ácidos grasos n-6 afectan a los perfiles de ácidos gra- sos en plasma de los perros, las reacciones inmunológicas y el comportamiento. Sin embargo, hasta ahora, no hay recomen- daciones específicas disponibles para los perros mayores, y al menos se deben garantizar los requisitos mínimos de mante- nimiento definidos por FEDIAF. l Fibra. Tienen que contener suficiente fibra cruda para ase- gurar una motilidad intestinal adecuada. Tanto las fibras fer- mentables como las no fermentables tienen efectos positivos Si bien hay grandes diferencias según las razas, encontramos enfermedades comunes a todos los perros relacionadas con la edad

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