IM VETERINARIA #21

33 im veterinaria E l Máster en Clínica de Pequeños Animales de la Uni- versidad de Zaragoza es a la vez profesionalizador y de especialización. Para su coordinadora , Mari Carmen Aceña , los principales objetivos de la formación son “ la adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas preci- sos para el ejercicio eficaz y de alto nivel de la veterinaria como clínico de pequeños animales ”. Aceña destaca asimismo que persigue “la capacidad de diagnosticar, pronosticar y tratar pa- tologías que afectan a los pequeños animales”. Para ello, prosi- gue, “ se profundiza en el conocimiento de su etiología, fisiopato- logía y diagnóstico diferencial, siendo fundamental saber indicar, realizar e interpretar pruebas diagnósticas complementarias de laboratorio, imagen, etc. ” En opinión de Aceña, los alumnos aprenden asimismo “ a tra- tar tanto médica como quirúrgicamente a los pacientes, conoci- endo para ello la terapéutica, la cirugía y la anestesiología; ad- quieren también conocimientos sobre la medicina de urgencias y los cuidados al paciente hospitalizado, incluidos los cuidados intensivos, así como de las principales especialidades médi- co-quirúrgicas como cardiología, neurología, etología, oftalmo- logía, dermatología, traumatología, endocrinología, oncología, odontología, reproducción y medicina de animales exóticos, sin olvidar la ética profesional”. La comunicación, elemento clave Tal como señala la coordinadora del máster, a lo largo de la formación los estudiantes aprenden también “ a comunicarse con los propietarios de sus pacientes, obteniendo de ellos infor- mación clínica relevante e informándoles del diagnóstico, pro- nóstico y opciones de tratamiento ”. Finalmente se pretende Panel docente al frente del máster La mayoría de los profesores que participan en el Máster en Clínica de Pequeños Animales son profeso- res de la Universidad de Zaragoza. Hay algún catedrá- tico, muchos profesores titulares y algunos Asocia- dos). “Todos estamos vinculados al HVUZ, es decir que realizamos labor asistencial en el Hospital más allá de nuestras obligaciones puramente docentes en el grado de Veterinaria, ya que el hospital está abierto las 24 ho- ras, los 365 días del año” , señala su coordinadora, Mari Carmen Aceña. Así mismo, forman parte del equipo docente, de administración y servicios de la Universi- dad de Zaragoza técnicos superiores veterinarios, en- tre los que hay varios diplomados y acreditados por AVEPA en diferentes especialidades. “Todos los años contamos también con la participación puntual de es- pecialistas externos de reconocido prestigio que vienen invitados a impartir charlas o talleres”, concluye Aceña. también que estos sean capaces de comunicarse verbalmente y por escrito con otros compañeros, “transmitiendo de forma ordenada y eficiente la información clínica en informes, congre- sos, reuniones, artículos clínicos...” Además -prosigue Acena-, “ deberán saber usar las fuentes de información que les permitan seguir formándose a lo largo de toda su vida profesional ”. El máster cuenta en cada edición con 11 plazas, todas reser- vadas para licenciados o graduados en Veterinaria. A esas 11 plazas de primer curso hay que sumarles las 11 de segundo, lo que da un total de 22 alumnos. El máster ha contado casi to- dos los años con alumnos procedentes de otras CCAA españo- las, pero no así de otros países, ya que, como apunta Aceña “ aunque bastantes estudiantes iberoamericanos han mostrado interés, la necesidad de homologación de estudios y colegiación profesional y el sistema de selección totalmente presencial lo di- ficulta bastante ”. Responsable del bienestar animal Preguntada acerca de qué responsabilidades tiene un veteri- nario de pequeños animales, más allá de que el propietario de la mascota siga el calendario de vacunación y desparasitación o resuelva posibles problemas y/o enfermedades, Aceña des- taca la “ responsabilidad sobre el bienestar y el mantenimiento de la calidad de vida de nuestros pacientes ”. “ En ocasiones -señala-, la posibilidad de tratar una enfermedad puede pasar por pruebas e intenciones de tratamiento que conlleven el deterioro de la ca- lidad de vida del animal que deben transmitirse y plantearse con honestidad al propietario”. Además, prosigue , “el clínico debe ser muy consciente de la necesidad de formación continuada y, en la medida de lo posible, de la especialización para prestar la mejor

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