IM VETERINARIA #20

53 im veterinaria A sí lo reconoce Jordi López-Álvarez, jefe de servicio de cardiología de la Fundació Hospital Clínic Veteri- nari de la Universitat Autònoma de Barcelona, quien comenta que en veterinaria, está pasando un fenó- meno muy bonito en el que, tanto los propietarios como los propios veterinarios “sentimos la necesidad de poder ahondar más y mejor en el diagnóstico y el tratamiento de las enferme- dades de nuestras mascotas. Es por ello que, hables de la espe- cialidad que hables, en los últimos años se están dando pasos agigantados en el desarrollo de nuevas técnicas y habilidades por tal de poder ofrecer a nuestros pacientes el tratamiento más avanzado posible”. En el campo de la cardiología, esto se traduce en que, si bien el número de enfermedades que se barajan no ha aumentado con el tiempo, “sí que cada vez entendemos mejor su fisiopatología y las sabemos tratar mejor, por no hablar del desarrollo cada vez más habitual de técnicas mínimamente invasivas para la correc- ción de ciertos defectos”, apunta. No obstante, cuando se com- para esta especialidad con la situación en medicina humana, el veterinario reconoce que el camino que queda por recorrer pa- rece enorme. Afirma que todo requiere su tiempo y“ no estoy su- giriendo que necesariamente debamos o podamos equipararnos a esos colegas nuestros que solamente tratan una especie”. Enfermedadesmás comunes La enfermedad cardíaca más común en el perro, sin lugar a duda, es la enfermedad degenerativa de la válvula mitral. “Afecta una proporciónmuy elevada de perros de raza pequeña y cruzados demenos de 15 kilos. Hay razas con una especial predis- posición, como el Cavalier King Charles spaniel, en la que se dice que la prevalencia a partir de los cinco años puede rondar el 50% y a los 10 años es de casi el 100%” , explica Jordi López-Álvarez. Añade que, por suerte, podríamos considerar que, aún y sien- do muy prevalente, es relativamente benigna, puesto que so- lamente entre el 20 y el 40% de los perros, según los estudios, sufrirán signos clínicos debido a ella. “Pero por desgracia, los factores pronósticos que nos permitan saber qué pacientes van a sufrir progresión y padecer la enfermedad y qué pacientes van a quedar en un estadio subclínico el resto de su vida todavía no se han descrito, por lo que no podemos anticipar quién la sufrirá”. A nivel clínico, explica que la otra gran enfermedad adquirida cardíaca en el perro es la cardiomiopatía dilatada. Esta tiene una clara predisposición racial y un patrón de distribución geográfica muy determinada, “pero a no ser que trabajes en una zona con un gran número de perros de razas grandes y gigantes “Sentimos la necesidad de poder ahondar más y mejor en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades de nuestras mascotas” Caso clínico En su labor de itinerante por Mallorca visité un perro cruzado de 10 años debido a la aparición repenti- na de síncopes. Al examen físico la veterinaria re- ferente había detectado que la frecuencia cardíaca era extremadamente baja, de alrededor de 50 lati- dos por minuto. Al electrocardiograma confirmé el diagnóstico de bloqueo atrioventricular de tercer grado. Esta es una patología relativamente frecuen- te en perros de edades avanzadas y suele deberse a la degeneración fibrosa idiopática e irreversible del nodo atrioventricular. Generalmente, en función de las características del electrocardiograma, pode- mos dividir estos en casos en aquellos que poseen un foco de escape estable, cuando la frecuencia de descarga del escape es regular, o sospechosamente inestable, cuando el foco de escape se torna irregu- lar y cambiante. Los casos con focos inestables suelen preocuparnos más puesto que la impresión clínica es que estos pueden sufrir muerte súbita más frecuentemente, aunque no haya un estudio que confirme esta sos- pecha. En el caso que nos ocupa el ritmo era me- tronómicamente estable y el perro, a no ser que quisiera ejercitarse o se pusiera nervioso, tenía un comportamiento completamente normal, pero a la que quería hacer algo más que un paseo a un ritmo lento se desmayaba. Así pues, a recomendación mía, los propietarios decidieron embarcar al perro en el ferri de Palma a Barcelona, y en los días siguientes días tras el diagnóstico le implanté un marcapasos en el Hospital Clínic Veterinari (UAB). Hoy en día, los marcapasos poseen algoritmos muy avanzados que permiten que cuando el paciente está inactivo (durante las horas de sueño, por ejemplo) el marcapasos permita que el corazón lata a 40 latidos por minuto, mientras que cuando el marcapasos de- tecta actividad cuando el paciente esté subiendo unas escaleras o incluso realizando ejercicio físico, pueda subir por encima de los 150 latidos por minuto, con lo que conseguimos devolver lo que llamamos una competencia cronotrópica estupenda a nuestros pa- cientes. Y así fue en este caso, al que hace ya alrededor de un año que le implantamos el marcapasos y sigue estupendamente, libre de signos clínicos y con una ca- lidad de vida inmejorable. Por Jordi López-Álvarez

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=