IM VETERINARIA #19

69 im veterinaria U na buena prevención ante los ectoparasitarios es clave, pues si infestan a perros y gatos pueden pro- vocarles graves enfermedades infecciosas. Según la Guía Modular 3. Control de ectoparásitos en perros y gatos, elaborada por la European Scientific Consel Companion Animal Parasites (ESCCAP), en Europa, actualmente, se encuen- tran una gran variedad de ectoparásitos que se pueden dividir en: pulgas, garrapatas, piojos picadores y masticadores, flebo- tomos y mosquitos, y ácaros. La guía hace un análisis exhaus- tivo sobre el diagnóstico de la infestación por ectoparásitos, al igual que las medidas preventivas y el control que se tiene que llevar a cabo. Pulgas Frecuentes en toda Europa, las pulgas (principalmente Cteno- cephalides felis y C. canis ) se alimentan de sangre cuando son adultas y pueden parasitar animales de compañía, como pe- rros y gatos, pero también humanos y otros mamíferos silves- tres. El ciclo de Ctenocephalides spp. se desarrolla en el exterior, principalmente, en las estaciones más cálidas y en el interior si las condiciones de temperatura y humedad son idóneas. Una vez depositada en el cuerpo del animal, y tras 24-28 horas, las hembras empiezan a poner los huevos, hasta 50 por día. Las pulgas adultas son marrones, aplanadas lateralmente y miden entre uno y seis milímetros. Asimismo, tienen que alimentarse de sangre a diario para poder vivir; pese a que pueden hacerlo, no suelen tender a cambiar de hospedador y pueden llegar a permanecer hasta 160 días en el mismo. En cuanto a los signos clínicos, el número de pulgas que ten- ga un animal puede variar de uno a otro, pudiendo influir en ello la higiene de la mascota. Así, la intensidad de los mismos dependerá de la frecuencia y duración de las infestaciones, infecciones secundarias y otras enfermedades y el grado de hipersensibilidad. Hay que tener en cuenta, además, que hay animales alérgicos a las pulgas o que pueden desarrollar una reacción de hipersensibilidad a la saliva de las pulgas. En estos casos, el perro o el gato tendrán síntomas de dermatitis alér- gica a la picadura de este animal (DAPP) que pueden consistir en prurito, alopecia -por el autotraumatismo por el propio la- mido o mordedura-, pelo quebradizo, pápulas y máculas erite- matosas con formación de costras. Estas lesiones suelen estar presentes, principalmente, en la zona lumbosacra, aunque pueden llegar hasta muslos y abdomen. La DAPP es una de las enfermedades dermatológicas más comunes. La manera más sencilla de detectar si un animal tiene pulgas es a través del peinado del pelo del animal sobre un fondo blanco de papel o de tela antes humedecido. De esta manera, es más fácil divisar tanto las pulgas adultas como sus deyeccio- nes -pequeñas motas negras con un halo rojizo alrededor. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en algunos casos, debi- do a la longitud y espesor del pelo del animal, puede ser algo más complicada esta tarea de diagnóstico. La DAPP, asimismo, se puede diagnosticar con un test intradérmico. Según la ESCCAP, “el uso de antiparasitarios altamente eficien- tes frente a pulgas y de larga acción están indicados para el tra- tamiento de infestación por pulgas adultas en los animales ”. De esta manera, según el grado de infestación y el fármaco usa- do, el tratamiento tendrá que aplicarse varias veces hasta su total control. Además, si en el hogar hay más de un animal, el tratamiento tendrá que realizarse a la vez en todos ellos. Es clave hacer un uso regular de los productos que eliminan las pulgas adultas del hospedador, pues de esta manera se contri- buirá a la reducción total de todas las pulgas en el ambiente, incluso las que todavía no han nacido. Sin embargo, para tener el máximo éxito en el control, se debería hacer un protocolo específico para cada caso, pues hay que tener en cuenta el gra- do de infestación, pero también si hay otros animales, dónde reside el animal o si tiene DAPP. “ Los productos de aplicación sobre el animal o en el medio ambiente suelen ser adulticidas y/o inhibidores del crecimiento (IGR). Otras medidas de control como el aspirado de alfombras y la limpieza de la cama de los animales puede ayudar a reducir la presencia de estadios en el medio am- biente”, comentan en la Guía. Garrapatas Las Enfermedades Transmitidas por Garrapatas (ETG) eng- loban una gran variedad, entre las que destacan borreliosis (enfermedad de Lyme), louping-ill (Flavivirus), la encefalitis transmitida por garrapatas en Europa (Virus TBE), babesiosis, ehrlichiosis y anaplasmosis. En la mayoría de nuestro continente las garrapatas son endé- micas, llegando a haber más de 12 especies diferentes que se distribuyen según su biología, el clima y la zona geográfica. Las infestaciones suelen ser, principalmente, en primavera y verano. En cuanto al ciclo biológico, explican en la ESCCAP, “las garrapatas presentan un ciclo con tres hospedadores. En cada estadio de su ciclo biológico se alimentan sobre un nuevo hospe- dador después de buscarlos activamente subiendo a las hojas de pequeñas plantas o la hierba”. Las garrapatas, principalmente, se sitúan en zonas sin pelo como la cara, orejas, axilas, espacios interdigitales, región in- guinal y perianal. Sin embargo, pueden encontrarse en toda la superficie corporal. De hecho, las hembras grávidas son fáciles de divisar, pero no tanto los machos, las hembras no alimenta- das, las ninfas o las larvas. Al igual que con las pulgas, las garrapatas pueden provocar reacciones cutáneas localizadas o microabscesos. Cuando se divisa una, hay que retirarla rápidamente para que no transmi- tan patógenos. Para ello, se pueden usar unas pinzas concretas y no es recomendable utilizar aceites, alcohol o éter, al igual que tampoco se tiene que apretar demasiado el abdomen de la garrapata para no favorece la transmisión de las ETGs. Asi- mismo, en cuanto al tratamiento, desde la ESCCAP recomien- dan el tratamiento con un acaricida registrado, “ya que podría haber garrapatas que no se han detectado, en concreto las larvas y ninfas”. En cuanto al control de las garrapatas, hay que intentar limitar el acceso a zonas peligrosas, principalmente en épocas más cálidas, cuando hay mayor riesgo. Se recomienda también realizar una inspección de los animales después de realizar las

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