IM VETERINARIA #16

72 im veterinaria muestre interés y deseo de interaccionar con el animal y participar activamente en las actividades”. Las personas pueden acceder a estas terapias de forma particular o a través de los centros a los que acudan. La idea es proponer desarrollar unproyecto comúnque, tras labúsqueda de financia- ción, permita quemuchas personas del centropuedanparticipar enel programa. En cuanto a laduración, lapresidenta explicaque “los programas de terapia tienenunaduraciónmuy variable. Desde unos cuantos meses hasta varios años”. Porque esta modalidad buscaqueel proyectosea “motivadorparalapersonayqueimpulse cambios en ella. Se trata de adaptar los objetivos del tratamiento al momento actual del individuo, ofreciéndole apoyo con la interven- ción para que consiga alcanzar las metas que se haya propuesto”. De esta forma, si el proyecto dejara de ser transformador o los objetivos planteados no se pudieran alcanzar a través de la TAA sería posible finalizar el proceso. Más especies Y aunque siempre se asocia a los perros con el desempeño de las terapias de asistencia, desde la Fundación Acavall comentan que es posible“trabajar”con otro tipo de animales. “Cadaespecie tiene su naturaleza y es importante conocerla. De hecho, cuanto más conozcamosa losanimales con losquevamosa trabajar,mejor sabremos aprovechar el potencial que tienen. Además de asegurar su bienestar antes, durante y después de cada sesión”, confirma Hernández, quien prosigue: “Con los caballos tenemos la posibili- dad de subirnos en ellos y recibir una potente estimulaciónmúscu- lo-esquelética que puede favorecermuchos aspectos del desarrollo psicomotor. Así comopotenciar otrasdimensiones relacionadas con el funcionamiento como lo emocional, sensorial, cognitivo, social, etc”. Los perros, por suparte, ofrecenposibilidades de interacción y relación con el animal, y obtener, gracias a las palabras y los gestos, respuesta del animal, por lo que favorece la dimensión socio-comunicativa y la emocional, por el vínculo tan cercano que se establece con ellos. Finalmente, los pequeños animales ofrecengrandes experiencias sensoriales, “ynospermitenadquirir muchosaprendizajes,detalmaneraquerealizamos,principalmente, actividades de ocio educativo”. Obviamente, no todos ellos pueden ser animales de intervención, sinoque depende de diversos factores y de cada especie. En este sentido, en Fundación Acavall nos comentan que “por lo que res- pectaa losaspectos comunesdebemosdescartar aquellosanimales que seanamenazantes omuestrencomportamientos agresivos, los que se exciten con facilidad o sientan estrés de forma habitual ante muchos estímulos o cambios en su entorno”. De lamismamanera, para cada persona condiversidad funcional su proceso es único. Por ello, la Terapia Asistida con Animales le aporta aquellos beneficios que se hayan buscado conseguir en la fase de planificación de la intervención. ¿Qué quiere decir esto? Pues que a algunas personas les potenciará sus habilidades comunicativas y emocionales,mientras que, paraotras, “la terapia les puede ayudar amejorar su funcionamiento diario, por ejemplo, aprender avestirseellasola, asumirnuevas responsabilidades, orga- nizar mejor sus rutinas, etc.”. Finalmente, para otras, un programa de TAA puede facilitarles el movimiento, “que sean capaces de coger unobjetoen cadamano sin caerse”. Por todos estos factores, la TAA es el fruto de la aplicación de una profesión de la salud y cómo, desde su óptica, se promueven cambios en la vida de una persona. “Se aprovecha lamotivación que genera la presencial del animal y la participación en actividades con él. Como cada vida es única, los beneficios que le aportarán a esa persona también son únicos”.

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