IM VETERINARIA #15

dentes en el gato y que dan signos cuando ya han avanzado bastante” . Pone como ejemplo que, en la enfermedad renal, son signos la aparición de poliuria y polidipsia. “Los gatos empiezan a comer un pocomenos, hay pérdidas de peso…Con el hipertiroidismo es prácticamente lo mismo. El gato bebe y orina más de lo normal ya que sus riñones han perdido la capacidad de concentración de la orina. Este signo también puede darse con otras enfermedades como la diabetes ”, explica Vallejo, que asume que en muchas ocasiones los diagnósticos pueden retrasarse. “Como son enfermedades que no se notan de la noche a la ma- ñana, es complicado” , dice, insistiendo de nuevo en la impor- tancia de la medicina preventiva. “Un gato que vive en casa, que no está en la calle, no sabes si se fatiga o no, lleva una vida tran- quila. Una cardiopatía en un perro se detecta enseguida, pero en un gato es mucho más complicado diagnosticarla” , pone como ejemplo. Casos complejos Pérdida de peso, diarreas intermitentes o vómitos son también otros signos de que un gato puede estar sufriendo alguna do- lencia que debe ser tratada: “ Un gato vomita una vez cada cier- to tiempo y no es motivo de preocupación, pero un vómito una vez cada quince días o una vez a la semana es preocupante y hay que estudiarlo para saber por qué está vomitando”. No pasa por alto que los casos más complejos son los más fascinantes. “Ahora estamos viendo la incidencia de la comor- bilidad. Casos de enfermedades que no vienen solas. Hace poco hemos tenido el caso de una gatita que llegó con una pancreati- tis que, en realidad, era la punta del iceberg de todo lo que tiene dentro”, dice. Menciona también el caso de otra gata con diabetes, pancrea- titis y “en la que todo se complica con una enfermedad silente como es el hipotiroidismo. Lo que fascina es la capacidad de aguante que tiene un gato frente a muchos procesos y el hecho de que tienes que tener siempre un pensamiento muy dual”. Vallejo recomienda a los propietarios de gatos que, sobre todo, sean conscientes de este tipo de signos clínicos. “Aun- que piensen que es inespecífico, que pregunten y echen mano del veterinario con el que siempre han trabajado o con uno de su confianza. Hay muchas cosas que asumimos como normales y no lo son. Tenemos que estar pendientes porque la patología, cuando empieza, es en muchas ocasiones bastante ladina y por ello hay que insistir en la medicina preventiva”. También conce- de importancia a que deben conocerse las enfermedades que afectan a cada grupo de edad. “En un perro no es así, pero con un gato debemos ser conscientes de que cada rango de edad es completamente distinto”. Pautas de trabajo De los avances de la medicina felina, destaca principalmente el hecho de que cada proceso tenga su tratamiento y sus pro- tocolos de acción. Y vuelve a recalcar que, al tratarse de otra especie diferente al perro, tiene sus propios protocolos. “Lo más importante es que tenemos en nuestras manos animales de unas características y unas particularidades concretas. Una de las cuestiones en las que más se ha avanzando es en el concepto de entender, por ejemplo, la enfermedad hepática primaria”, indica, respecto al hecho de que ahora se conoce que las pancreatitis están relacionadas con estos procesos del hígado . “El origen de la hepatitis periportal linfocitaria, que ahora se lla- ma colangitis linfocitoica, empieza en el sistema biliar y no en el hepatocito y eso es un cambio importantísimo”, considera. Tam- biénmenciona el trabajo que, desde la International Renal Inte- rest Society (IRIS), se está realizando en torno a la estadificación de los procesos de riñón en los gatos “para saber qué pronósti- co vamos a tener y qué tratamientos son los más adecuados para un animal en un momento concreto”. Otro avance que considera fundamental para la practica de la medicina felina es la existencia de nuevas alternativas espe- cíficas para gatos, sobre todo fármacos, mencionando como ejemplos la insulina o el semintra, que se emplea en la enfer- medad renal crónica felina. “Sin embargo, más que terapéutica y fármacos específicos para gatos, lo más importante han sido los nuevos protocolos y las pautas, muy individualizadas y preparadas para gatos, para tra- bajar en determinados procesos” , dice, refiriéndose sobre todo al guideline de la International Society of Feline Medicine (ISFM). “Son guías maestras para trabajar tanto con la enfermedad renal o con la diabetes en cuanto a su duración o a su seguridad. Ya no son en sí los descubrimientos, sino cómo trabajamos con lo que ya tenemos” , valora. Sin titulación oficial La medicina felina no tiene formación oficial en España. “No existe absolutamente ninguna. Tampoco existen cátedras de me- dicina felina. Esto es una formación personal de cada uno de no- sotros. De cuántas horas al fía dedicas a la medicina felina en tu clínica, cuántos animales ves, a cuántos congresos asistes o a qué asociaciones perteneces”, explica. Sí existen algunos certificados en Europa, pero son de insti- tuciones privadas, e internacionales, aunque no todos están reconocidos en Europa. “ En España no hay nada ni va a verlo, aunque sí tenemos formación continua desde las asociaciones con iniciativas para que todo el mundo pueda formarse cada vez más. Con suerte, desde que yo empecé a trabajar en medicina felina la situación ha cambiado mucho” , sostiene Vallejo, que asesora a otras clínicas veterinarias en medicina felina y que también tiene una página web con este mismo fin ( www.me - dicinafelina.com) . “Cada día nos damos cuenta de que es más complicada la labor con nuestros compañeros que con nuestros clientes” 38 im veterinaria

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