IM VETERINARIA #14

27 im veterinaria E l agua se considera un nutriente esencial. Por esta ra- zón, en la alimentación de perros y gatos, una reco- mendación básica es que siempre dispongan de agua de bebida fresca. Una ingestión adecuada de agua permite que el perro o gato tenga una correcta hidratación. La falta de hidratación se ha relacionado con alteraciones como la hiperglucemia y progresión de la diabetes, un aumento del riesgo de enfermedad renal crónica, recurrencia de problemas urinarios y, además, puede contribuir a la hipertensión. El agua de bebida y el comportamiento del gato El gato salvaje africano ( F. silvestris lybica ), ancestro del gato doméstico, tiene origen en hábitats desérticos dónde la dis- ponibilidad del agua de bebida es limitada. Este hecho ha pro- vocado que el gato se haya adaptado a obtener el agua que necesita a través de las presas que caza, para reducir así la ne- cesidad de obtener agua por bebida. Además, su metabolismo se ha adaptado a poder reducir el agua excretada por la orina en función de la que consigue en la dieta; así, cuando ingiere menos agua concentra la orina para ahorrar el agua destinada a la excreción de desechos metabólicos. En el caso de los gatos, además de estimular la bebida me- diante el uso de bebederos adecuados (material no plástico, múltiples estaciones, anchura correcta, etc.), la disponibilidad de agua fresca y el uso de fuentes, un manejo efectivo para aumentar la ingestión hídrica es administrar diariamente ali- mento húmedo. Estudios recientes han observado que, en fe- linos, la ingestión de hídrica es mayor cuando se administra exclusivamente alimento húmedo. Por el contrario, cuando se administra alimento seco la ingestión total de agua es menor y se compensa con un aumento en la concentración de la orina (incrementa la densidad). ¿Cómo afecta una mayor ingestión hídrica a la salud del gato? El consumo de agua previene la deshidratación (y sus proble- mas asociados) y, más allá de su efecto hidratante, puede ser útil en el manejo de ciertas alteraciones. Alteraciones de las vías urinarias bajas Este tipo de alteraciones son muy habituales en la clínica dia- ria. La cistitis idiopática felina (CIF) y la urolitiasis son las cau- sas más frecuentes de alteraciones urinarias en gatos. En estos casos, el manejo y tratamiento es multimodal e incluye trata- miento médico, etológico, quirúrgico y dietético. En el caso de la prevención de cálculos urinarios, una de las principales herramientas clínicas es el manejo dietético y la medida más importante, para cualquier alteración urinaria de tipo obstructivo, es la disminución de la densidad urinaria. Una orina más diluida reduce el riesgo de urolitiasis, ya que, independientemente del tipo de cálculo, reduce la concen- tración de los precursores y aumenta su tránsito (micción más frecuente); en consecuencia, la probabilidad de que minerali- cen es menor. En pacientes felinos con historia de urolitiasis, el objetivo es conseguir y mantener una densidad urinaria me- nor o igual a 1.030 g/l. Para ello se recomienda aportar dietas con una humedad del 80 % (figura 1) aunque, para prevenir problemas en casos no recurrentes, el uso de alimentos con un menor contenido en agua puede ser suficiente. Para aumentar la humedad de la dieta se puede administrar alimento húme- do de forma exclusiva o usar alimentación mixta. Otra opción es añadir agua al alimento seco, pero no todos los gatos acep- tan el alimento seco humedecido. En el caso de los gatos, se ha demostrado que la alimentación mixta y, sobre todo, la admi- nistración exclusiva de alimento húmedo (76 % de humedad) es una opción eficaz a la hora de aumentar la ingestión hídrica y, consecuentemente, disminuir la densidad de la orina. Respecto a la CIF, el tratamiento recomendado actualmente es multimodal y también incluye el manejo nutricional. Además, las inclusiones de ciertos cambios en la alimentación pueden ayudar a controlar esta dolencia en muchos casos. La primera aproximación al soporte nutricional de los pacientes con CIF es la administración de alimento húmedo. En un estudio clínico (no controlado) con gatos con CIF no obstructiva, la recurren- cia de los signos clínicos, pasado un año, en los pacientes que habían consumido alimento húmedo fue menor comparada con los gatos alimentados con pienso seco. Existen otras es- trategias dietéticas para el manejo de la CIF relacionadas con el control de la inflamación y reducción del estrés, pero se han publicado pocos estudios al respecto. Figura 1. Beneficios del aumento de la ingestión hídrica en los problemas de vías urinarias de los pacientes felinos. Principal estrategia nutricional 80 % humedad en la dieta Bartges et al.(2006) Disminución de la densidad urinaria <1.030 Menor concentración de precursores Mayor frecuencia micción Disminución probabilidad de precipitación Menor consumo de agua Orina más concentrada Mayor consumo de agua Orina menos concentrada

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