IM VETERINARIA #12

23 im veterinaria una mayor regularización del sector. “Existe, por un lado, el problema de las condiciones laborales, pues- to que los sueldos no están a la altura de nuestra for- mación ni de las horas que realmente trabajamos; y, por otro lado, sería interesante –tal y como ocu- rre en otros países– que se hiciera un seguimiento exhaustivo de la práctica de cada veterinario en el que estuvieran bien marcadas las competencias de cada tipo de clínica –es decir, lo que puede hacer o no un consultorio, una clínica algo más grande o un hospital de remisión–. Esto mejoraría mucho las cosas”. En este sentido, hace falta, según María, una ma- yor actuación del Gobierno, sobre todo en aspec- tos tan relevantes como la educación contra el maltrato animal o la necesidad de tener a la mascota en con- diciones adecuadas para garantizar su bienestar. “Los veterina- rios podemos educar a los propietarios en una tenencia respon- sable, pero es el Gobierno el que debe poner los medios actuando desde el ámbito de la educación, endureciendo las leyes y penas por maltrato animal, aportando recursos a las protectoras y dis- minuyendo impuestos como el IVA con el fin de que la salud de las mascotas sea más accesible para todos”. Más apoyo estatal, pero también más formación. María tiene claro que el futuro está en la especialización. “Debemos fide- lizar al cliente aportando calidad a nuestro trabajo mediante una exhaustiva formación continuada y a través de un trato inmejorable”. Pero de nada sirve fidelizar si no se ofrece una imagen de unidad y compañerismo. “Hoy en día, si trabajamos con unos buenos protocolos desde la medicina basada en la evi- dencia y además damos una imagen de compañerismo, no sólo fidelizaremos al cliente, sino que fidelizaremos al cliente adecua- do” , añade, y concluye: “La profesión se encamina a dividirse de forma similar a la medicina humana. Por un lado, los centros de atención básica/primaria, y, por otro, los centros de especialida- des con un equipo multidisciplinar que trabaje en conjunto para la resolución de cada caso clínico”. María Iniesta (Centro Veterinario Trivet, Cuenca) La especialización como bandera. Esta es la premisa de María Iniesta que, pese a su juventud, atesora ya una amplia trayecto- ria profesional. Después de un tiempo de estancia en el extranjero y de su paso por distintos hospitales españoles, esta joven veterinaria decidió volver a su Cuenca natal. Allí comenzó a trabajar en el equipo de Centro Veterinario Trivet. “Todavía el centro no es lo suficien- temente grande como para que cada uno nos dediquemos en exclusiva a una especialidad, así que mi trabajo diario se centra sobre todo en lamedicina preventiva, lamedicina interna canina, la hospitalización y las urgencias”. Defiende que “hay que edu- car al propietario para enseñarle la responsabilidad de tener una mascota, saber cómo leer y comprender a sus animales incidien- do en técnicas de bienestar animal y mínimo estrés”. Esto es es- pecialmente relevante en estos tiempos en los que la mayoría de los propietarios acuden a internet para solucionar sus du- das. “Estar informados es fundamental, por eso parte de mi labor diaria es ofrecer las explicaciones oportunas al propietario para que conozca lo que hacemos, cómo lo hacemos y por qué”. También reclama un mayor reconocimiento del veterinario a nivel social. “Es necesario que se nos valore como guardianes de la salud pública en todas las facetas de nuestra profesión, desde el veterinario que hace inspecciones en restauración, al que lleva una granja de pollos” , advierte María. Pero en la praxis veterinaria en España también entran en jue- go otras cuestiones como el aumento del IVA o la necesidad de “Es necesario que se nos valore como guardianes de la salud pública”

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