Un estudio confirma que los gatos no dañan la salud mental de los niños

Una nueva investigación trae buenas noticias para los amantes de los gatos. Contrariamente a estudios anteriores, los investigadores no han encontrado ninguna relación entre la propiedad de un gato en la infancia y un mayor riesgo de enfermedad mental.

28/03/2017

Un grupo de investigadores ha confirmado que Los gatos no dañan la salud mental de los niños. La autora principal del estudio, la Dra. Francesca Solmi, de la División de Psiquiatría de la Universidad College de Londres (UCL) en el Reino Unido, ha informado recientemente sobre sus hallazgos en la ...

Un grupo de investigadores ha confirmado que Los gatos no dañan la salud mental de los niños. La autora principal del estudio, la Dra. Francesca Solmi, de la División de Psiquiatría de la Universidad College de Londres (UCL) en el Reino Unido, ha informado recientemente sobre sus hallazgos en la revista Psychological Medicine.

Los gatos se encuentran entre las mascotas más populares en los Estados Unidos, con más de un 30% de los hogares que poseen al menos un amigo felino. Además de ser amados compañeros, diversos estudios han demostrado que los gatos y otros animales pueden beneficiar a la salud mental, ayudando a reducir la ansiedad y el estrés y mejorando el bienestar psicológico general.

Algunas investigaciones, sin embargo, han sugerido lo contrario. Un estudio publicado por el Medical News Today en 2015, por ejemplo, aseguraba que tener un gato en la infancia se podía asociar con un mayor riesgo de esquizofrenia, trastorno bipolar y otros trastornos de salud mental en la edad adulta.

Pero según la doctora Solmi y sus colegas, hay evidencia insuficiente para sugerir que este sea el caso. El nuevo estudio apunta a que crecer con un gato simplemente deja como poco probable que aumente el riesgo de enfermedad mental. “No hay evidencia de que los gatos representen un riesgo para la salud mental de los niños”. Inicialmente, los investigadores encontraron un pequeño vínculo entre la propiedad del gato en la infancia y los síntomas psicóticos a la edad de 13 años. Sin embargo, esta asociación desapareció cuando el equipo describió y analizó otros factores.

"Una vez que controlamos factores como el “hacinamiento” familiar y el estatus socioeconómico, los datos mostraron que los gatos no tenían la culpa", explica el Dr. Solmi. "Estudios previos que informaban de vínculos entre la propiedad de los gatos y la psicosis simplemente no controlaban adecuadamente otras posibles explicaciones".

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