El estrés, una pandemia que afecta a más del 90% de los veterinarios en Europa

La brecha salarial entre hombres y mujeres, así como las dificultades para conciliar la vida familiar y laboral son dos de los grandes problemas a los que se enfrentan los profesionales veterinarios en el continente europeo.

03/01/2024

La Federation of Veterinarians of Europe (FVE), con el apoyo de CM Research, ha dado a conocer los resultados de la tercera edición de la `Encuesta sobre la profesión veterinaria en Europa´, un estudio que sucede a los publicados en 2015 y 2018 y actualiza cómo ha impactado la pandemia ...

La Federation of Veterinarians of Europe (FVE), con el apoyo de CM Research, ha dado a conocer los resultados de la tercera edición de la `Encuesta sobre la profesión veterinaria en Europa´, un estudio que sucede a los publicados en 2015 y 2018 y actualiza cómo ha impactado la pandemia en la veterinaria europea. Entre otra variables, la publicación elaborada entre octubre de 2022 y abril de 2023 entre los miembros de la FVE de 37 países europeos y con las respuestas de 12.397 voluntarios, radiografía qué significa trabajar como veterinario en el continente.

De él se desprende que la mayoría de los veterinarios europeos (67%) trabaja en el sector privado, principalmente en la práctica veterinaria independiente, donde se aúna la mayor proporción de veterinarios con experiencia. Y aunque dos ercios de los participantes (66%) trabajan a tiempo completo en la práctica, el trabajo flexible resulta cada vez más atractivo para los profesionales más jóvenes: el 49% de los veterinarios que trabajan a tiempo parcial tienen 39 años o menos.

En toda Europa, poco más de una cuarta parte (27%) de los veterinarios son propietarios o socios de empresas. A su vez, el número de pequeñas consultas veterinarias está disminuyendo: en 2018, los consultorios compuestos por uno o dos empleados representaban el 43% del total, pero a día de hoy suponen el 32%. Por el contrario, ha habido un ligero aumento (2%) en el número de empresas con entre 11 y 30 empleados, que ahora equivalen al 12% de todas las empresas, y un aumento del 3% en el número de centros con 31 y 50 empleados.

Suspenso en formación

De acuerdo a la encuesta, el primer engranaje que falla en la profesión veterinaria europea sigue siendo la formación. Según la opinión de los participantes, las escuelas de veterinaria no están haciendo un buen trabajo a la hora de preparar a los nuevos graduados para el mundo laboral. Cuando se les pidió que los calificaran, los resultados sugieren que los veterinarios europeos piensan que "podrían hacerlo mejor".

De la misma forma, los veterinarios que se han incorporado al mundo laboral en los últimos cinco años se sienten insuficientemente capacitados: el 52% dice que carecen de habilidades clínicas suficientes y el 19% considera que les faltan habilidades de comunicación para tratar con clientes y compañeros. También influye que se necesiten casi dos años para que los veterinarios alcancen la independencia económica después de incorporarse al mercado laboral tras graduarse.

Asimismo, de media, los veterinarios en Europa dedican 45 horas al año al desarrollo profesional continuo (DPC). Esto representa un aumento con respecto al promedio de 40 horas identificado en la encuesta de 2018. El tiempo y los honorarios son los mayores obstáculos que enfrentan los veterinarios al participar en esta preparación. Como curiosidad, una proporción destacable de veterinarios que empiezan su carrera lo hacen creyendo que no será para siempre. El 9% piensa que no dedicará toda su vida laboral a la profesión y alrededor del 19% no está seguro.

El salario y la falta de conciliación, lo peor de ser veterinario

Aunque una vez que empiezan a trabajar, los veterinarios europeos valoran positivamente su elección de profesión: le otorgan una puntuación media de 7 (siendo 10 la más alta). Suiza, Dinamarca y Finlandia son los más satisfechos con su elección de profesión. Eso sí, están menos felices con la conciliación de su vida personal y laboral (5/10) y sus ingresos (5,5/10).

Económicamente hablando, la media de los ingresos que percibe un veterinario en Europa es de 48.000 euros al año. Sin embargo, el sueldo varía considerablemente según cada país. Los suizos e irlandeses casi duplican el salario medio y disfrutan de las ganancias más altas de Europa (más de 85.000 euros al año), mientras que los de Serbia y Rumanía registran los ingresos más bajos del continente (menos de 14.500 euros).

Además de por países, el tamaño de los centros influye también en las ganancias. En concreto, el salario medio anual de quienes trabajan en consultorios con entre 31 y 50 empleados es el más elevado: 72.000 euros. Seguido de los profesionales que ejercen en consultas con entre 51 y 100 empleados (60.000 euros).

Sin embargo, los veterinarios mejor pagados trabajan en educación e investigación (salario medio anual 59.000 euros), seguidos por los veterinarios del gobierno o del servicio público (57.600 euros) y en la práctica veterinaria corporativa (52.490 euros). Asimismo, el sector con mayor proporción de veterinarios (16%) que ganan más de 100.000 euros es el de otro tipo de consultas (telemedicina, asesoramiento exclusivo y servicios exclusivos de atención de urgencias).

La edad también es un grado, como se deduce de que hasta el 38% de los veterinarios de 40 años o más perciban más de 70.000 euros, en comparación con solo el 13% de los veterinarios menores de 40 años. El salario medio anual de los veterinarios de este grupo de mayor edad es de 60.000 euros, mientras que el equivalente para los veterinarios menores de 40 años es de 38.400 euros.

Y por desgracia, las diferencias salariales también son evidentes todavía entre géneros (incluso cuando se ajustan al equivalente a tiempo completo): el sueldo medio de un veterinario es de 55.360 euros, mientras que las veterinarias perciben casi 10.000 euros menos, 46.400 euros. Hasta el 35% de los hombres ganan más de 70.000 euros, frente al 22% de las mujeres. Del mismo modo, hay más féminas que ganan 40.000 euros o menos que los veterinarios varones: 41% frente a 34%.

Igual que no están satisfechos con sus ingresos, los veterinarios europeos se quejan de tener que hacer malabares para conciliar su vida personal y profesional, pese a que la semana laboral se ha reducido desde 2015. Por lo general, se les contrata para trabajar 36,9 horas por semana y normalmente trabajan 42,4 horas. Hace ocho años, habitualmente eran contratados para trabajar 40,2 horas por semana, pero normalmente trabajaban 46,8 horas. Sin embargo, dos tercios de los veterinarios trabajan fuera de horario. Respecto a los días libres, los veterinarios europeos tienen contratos de trabajo que normalmente les conceden 24,4 días de vacaciones al año; sin embargo, en promedio, solo toman 21,4.

Muy poco descanso, si se tiene en cuenta que la inmensa mayoría de los veterinarios en Europa (91%) se describen a sí mismos como estresados, con distintos niveles; casi una quinta parte (19%) califica sus picos de estrés como "muy estresados". En específico, los veterinarios de Lituania, Grecia e Italia son los más estresados (38%, 37% y 32% consideran su estado mental como "muy estresado").

Esto contrasta con los Países Bajos, donde más de una cuarta parte de los veterinarios (26%) dicen no estar "nada estresados".La consecuencia de esta sobrecarga de trabajo es que casi una cuarta parte (23%) de los profesionales veterinarios tuvo que ausentarse del trabajo más de dos semanas debido a depresión, agotamiento, o fatiga en los últimos tres años. Además, cuando se les preguntó sobre la probabilidad de abandonar el sector veterinario por otro, un 25% de los encuestados afirmó que es probable que lo hagan, y otro 18% cree que tal decisión es "algo probable".

El impacto de la Covid-19

A todos los efectos, el informe hace hincapié en que la Covid-19 ha impactado significativamente en las prácticas veterinarias, aumentando la carga de trabajo y exacerbando problemas como la retención del personal.

Más de la mitad de los veterinarios (56%) ha visto un aumento en la carga de trabajo desde que se desató la pandemia y casi la mitad (46%) necesita contratar más personal para hacer frente. Reino Unido se enfrenta especialmente a este desafío, ya que el 76% de los veterinarios informan de un aumento en la demanda de personal. El reto de retener al personal sigue siendo una batalla importante, y casi todos los veterinarios respondieron (96%) diciendo que este desafío ha continuado o se ha vuelto aún mayor. Una vez más, se trata de un problema notable en el país anglosajón, donde el 66% de los veterinarios informan de esta dificultad.

En este sentido, el informe señala indicios de que el impacto de seguir brindando servicios durante las restricciones de la pandemia ha generado cargas adicionales para los profesionales: el 33% informó un aumento en el acoso o los conflictos con los clientes. Pero también hubo resultados positivos: el 11% de los veterinarios cree que su profesión se ha beneficiado de una mejora de su imagen. Clínicamente también ha habido cambios en la prestación de servicios, con un aumento del 30% en el uso de la telemedicina. Este fue particularmente tangible en el caso de Reino Unido, donde su uso se incrementó un 46%.

Al respecto, la pandemia parece haber afectado con más fuerza a los veterinarios que trabajan en la práctica veterinaria corporativa. Al examinar el impacto solo en aquellos países con corporaciones, aproximadamente dos tercios de las empresas (65%) vieron un aumento en su carga de trabajo y el 67% informó la correspondiente necesidad de aumentar los niveles de personal. Esto contrasta con un aumento del 57% en la carga de trabajo para las prácticas independientes y una necesidad del 42% de aumentar la dotación de personal.

El futuro de la veterinaria

Por último, a tenor de los datos recogidos y las opiniones de los veterinarios, el informe desgrana una serie de predicciones para los próximos cinco años.

Las altas cargas de trabajo y la escasez de personal son los principales desafíos que enfrenta la profesión veterinaria. Hasta el 59% de los veterinarios europeos encuestados en 2023 vieron "demasiado trabajo" como un desafío clave y el 49% citó dificultades de contratación o escasez de personal. Cuando se les pidió que eligieran sus tres principales retos, el 20% seleccionó los crecientes costes de los productos y medicamentos, mientras que el 18% eligió clientes que no pueden pagar sus facturas. El siguiente en la lista de desafíos fue la administración: el 15% de los veterinarios lo señala, seguido por la intimidación, el acoso o las quejas de los clientes (9%). La nueva legislación y el personal descontento también son factores negativos (9%).

Al margen de los retos, ¿cómo creen los veterinarios que cambiará el mercado en los próximos cinco años? En primer lugar, esperan una mayor demanda de sus servicios en el cuidado de animales de compañía y exóticos, pero una disminución en la demanda de atención y tratamiento veterinario para equinos, cabras y ovejas.

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