La resistencia a los antimicrobianos (RAM) amenaza la sanidad de los animales, la salud de las personas, las plantas y del medio ambiente que todos compartimos. Con demasiada frecuencia, los antimicrobianos se utilizan de forma inadecuada o en exceso en distintos sectores, lo que crea condiciones aptas para el desarrollo ...
La resistencia a los antimicrobianos (RAM) amenaza la sanidad de los animales, la salud de las personas, las plantas y del medio ambiente que todos compartimos. Con demasiada frecuencia, los antimicrobianos se utilizan de forma inadecuada o en exceso en distintos sectores, lo que crea condiciones aptas para el desarrollo de este fenómeno. Si bien la mayoría de los Miembros de la OMSA han tomado medidas radicales en los últimos años con el fin de reducir su uso en los animales, es necesario redoblar los esfuerzos, debido a que en algunos países estos productos médicos se siguen utilizando de forma incorrecta= como promotores de crecimiento.
Evaluar el uso de antimicrobianos como promotores de crecimiento
En 2016, todos los Miembros de la OMSA se comprometieron a prohibir definitivamente el uso de antimicrobianos de prioridad alta para las personas y a eliminar de forma gradual el uso de antimicrobianos en animales con fines de promoción del crecimiento en ausencia de un análisis del riesgo. Hasta la fecha, ¿cómo se ha puesto en práctica este compromiso?
Estas prácticas no se ajustan a las normas internacionales de la OMSA ni al Plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos.
Las autoridades competentes y la industria ganadera deberán asumir sus responsabilidades, con el fin de eliminar progresivamente el uso de antimicrobianos destinados a la promoción del crecimiento en animales.
Las normas de la OMSA hacen una clara distinción entre el uso médico-veterinario de los antimicrobianos –limitado al tratamiento, el control y la prevención de enfermedades infecciosas- y el uso no médico-veterinario. La administración a los animales de antimicrobianos destinados a la promoción del crecimiento se considera un uso no médico-veterinario y no se asimila al uso destinado a la prevención de enfermedades, en los que se ha demostrado un riesgo de enfermedad de no administrarse el medicamento.
La OMSA insta a sus Miembros a limitar el uso de antimicrobianos destinados exclusivamente al uso médico-veterinario y a entablar un diálogo activo con los sectores interesados, a fin de lograr la prohibición total del uso de antimicrobianos como promotores de crecimiento, empezando por aquellos que son de importancia crítica para la salud humana.
Las autoridades competentes deberán promulgar la legislación pertinente, y explorar y promover alternativas orientadas a mejorar la productividad animal, según corresponda. Las mismas pueden incluir programas de sanidad animal centrados en la prevención de enfermedades (por ejemplo, desparasitación y vacunación), la bioseguridad y las buenas prácticas ganaderas.
El uso inadecuado de los agentes antimicrobianos en los distintos sectores acelera la resistencia a los antimicrobianos. El sector de la sanidad animal deberá adoptar prácticas sostenibles y desempeñar una función preponderante a la hora de frenar este problema mundial que amenaza la sanidad animal y la salud de los seres humanos y de las plantas.