El 60% de las enfermedades humanas transmisibles son zoonóticas; el 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes tienen un origen animal y cada año aparecen cinco nuevas enfermedades en los humanos, de las cuales tres tienen un origen animal. Es con el objetivo de poner de relieve ...
El 60% de las enfermedades humanas transmisibles son zoonóticas; el 75% de los agentes patógenos de las enfermedades infecciosas emergentes tienen un origen animal y cada año aparecen cinco nuevas enfermedades en los humanos, de las cuales tres tienen un origen animal. Es con el objetivo de poner de relieve las zoonosis emergentes y los riesgos asociados a éstas que el Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña (CCVC) conmemoró el Día Mundial One Health, 3 de noviembre, con una jornada sobre el presente y el futuro de las zoonosis emergentes. En la jornada se habló sobre el cambio climático y las enfermedades transmitidas por vectores; sobre el programa de vigilancia y control del Virus del Nilo Occidental; de los retos que conllevan las zoonosis emergentes en la medicina humana; y de la situación actual de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Y también, de la necesidad de abordar las zoonosis desde la visión de Una Salut, es decir, partiendo de la idea de que la sanidad animal, la de los ecosistemas y la salud pública y la humana están conectadas. Inauguró la jornada Ramon Cedó , vicepresidente del CCVC.
El primero en intervenir fue Tomàs Montalvo , del Servicio de Vigilancia y Control de Plagas Urbanas de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) e investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), que ofreció una panorámica de el estado actual de las zoonosis, los motivos que las provocan ―el incremento de la población, la destrucción de los hábitats y el transporte y la globalización, entre otros―, y los principales vectores de estas enfermedades: los mosquitos. Provocan más de 700.000 muertes en el mundo, y, como alertó Montalvo, «el cambio climático está acortando su ciclo de vida y alargando el período en el que son activos». Así, encontramos mosquitos en épocas que ya no deberíamos tener, como diciembre o enero, por lo que «hay que adaptar los sistemas de vigilancia y control a esta nueva situación». «Para construir un sistema resiliente al cambio climático, debemos aplicar indicadores de salud humana, animal y del medio», apuntó Montalvo, que cerró su intervención con un mensaje esperanzador y destacando la importancia del enfoque One Health: «Estamos a tiempo de revertir esta situación, y para ello debemos trabajar juntos».
Una de estas enfermedades emergentes transmitidas es el Virus del Nilo Occidental, en este caso transmitida por el mosquito común ( Culex pipiens ). A raíz del brote del 2020 en Andalucía, en el que se notificaron 71 casos en humanos, de los que ocho murieron, se puso en marcha un plan de vigilancia y control de estos mosquitos. Desde entonces, cada año se detectan más casos, encontrándose el virus en las provincias de Cáceres, Valencia, Barcelona y Toledo. Del plan de vigilancia y control habló Carolina Sánchez , del Servicio de Salud Ambiental de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, que resaltó su importancia por el hecho de que «la enfermedad ha venido para quedarse , y porque no hay vacuna para los humanos». Sobre lo que ocurrirá en los próximos años, Sánchez dijo: «No lo sabemos, pero hay que seguir trabajando porque cada año es una sorpresa». Lo que sí sabe es que hay que hacerlo desde el enfoque de Una Salut, y que para que esto sea posible se necesitan elementos clave como «la voluntad política y el apoyo logístico, formación e investigación, la organización y la coordinación de los actores implicados y la comunicación a la ciudadanía».
El punto de vista desde la salud humana lo aportó Pau Bosch , médico adjunto de la Unidad de Salud Internacional y Medicina Tropical del Hospital Vall d´Hebron (Barcelona), que enumeró y describió las principales enfermedades emergentes -como la brucelosis o la COVID―, las enfermedades emergentes controladas ―Hidatidosis y Cisticercosis―, las enfermedades endémicas con posibilidad de reemergencia ―como son la Leptospirosis, la fiebre Q o la Leishmaniasis―, y las enfermedades zoonóticas emergentes ―el Virus del Nilo Occidental , la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, la gripe aviar de alta patogenicidad, y las resistencias a los antibióticos. Bosch admitió que «los profesionales de la salud humana tenemos poca información de lo que ocurre en veterinaria; hay pocas charlas en las que compartimos conocimientos», y concluyó su intervención diciendo: «Hay que creerse el One Health, participar en iniciativas conjuntas, y no sólo de prevención, también en charlas o actividades divulgativas».
La última intervención fue la de Arantza Portillo , del Departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San Pedro - CIBIR y del Cnetro de Rickettsiosis y Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores (CRETAV) - One Health Logroño (La Rioja), que va centrar su intervención en hablar de la situación actual de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo. Se trata de la enfermedad transmitida por garrapatas más distribuida en el mundo que la OMS considera una enfermedad a vigilar especialmente. En España, se detectó por primera vez en el 2010 en ciervos de Extremadura y, gracias a los estudios en los que participa el centro en el que trabaja Portillo, el virus se ha identificado en garrapatas de parques urbanos de toda España. "Es fundamental la vigilancia, la investigación epidemiológica y en vacunas; es una carrera de fondo que requiere una mejora continua por parte de todos», dijo Portillo, que, al igual que el resto de ponentes, señaló que la clave es abordar este reto desde el enfoque de Una Salut y «en todos los sentidos, aunque pueda parecer desbaratado; es decir, incorporando a profesionales de fuera del ámbito sanitario, como por ejemplo de la educación, la ingeniería, la arquitectura o los cementerios».