Contaminación farmacéutica en la naturaleza: el impacto de los fármacos en las aves carroñeras

Científicos del Grupo de Investigación en Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC – CSIC, UCLM, JCCM) y la University of the Highlands and Islands (Reino Unido) han estudiado si las poblaciones de buitre leonado (Gyps fulvus) están más expuestas a los fármacos de uso veterinario cuando se alimentan de carroñas provenientes de ganadería intensiva en comparación con ganadería extensiva, así como la relación de los buitres capturados en vertederos y muladares con la exposición a distintos tipos de contaminantes.

31/08/2023

Los fármacos, incluyendo aquellos destinados al tratamiento de animales domésticos, son considerados contaminantes emergentes. Los animales domésticos tratados con antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o antiparasitarios externos, pueden acumular residuos de estos compuestos en sus tejidos, de manera que al morir pueden ser una fuente de exposición a fármacos para ...

Los fármacos, incluyendo aquellos destinados al tratamiento de animales domésticos, son considerados contaminantes emergentes. Los animales domésticos tratados con antibióticos, antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) o antiparasitarios externos, pueden acumular residuos de estos compuestos en sus tejidos, de manera que al morir pueden ser una fuente de exposición a fármacos para la fauna con hábitos carroñeros, como los buitres. Precisamente estas carroñas, en su mayoría procedentes de ganadería intensiva, son frecuentemente utilizadas para suplementar la alimentación de las aves carroñeras en muladares, lo que supone un riesgo de exposición a fármacos con efectos potenciales tan dramáticos como los descritos recientemente con el diclofenaco en buitre negro o el pentobarbital en quebrantahuesos.

En España ya se han descrito efectos adversos de algunos fármacos como AINEs, barbitúricos, antiparasitarios externos y antibióticos en diferentes especies de aves carroñeras, algunos de ellos con resultados letales. A pesar de su extendido uso en medicina veterinaria, sobre todo ligada a explotaciones intensivas de animales, las implicaciones toxicológicas de la mayoría de estos compuestos en las aves carroñeras que consumen frecuentemente estos animales medicados todavía son poco conocidas.

En este estudio se detectaron 18 fármacos diferentes en el 54,1% de las carroñas de ganado aportadas a muladares para alimentar a los buitres (50,3% con antibióticos, 10,8% con AINEs). En la mayoría de los casos, estos compuestos se han detectado a concentraciones bajas, por lo que no supondrían un riesgo de intoxicación aguda para los buitres que consumen estos tejidos. Aun así, cabe destacar que se detectaron en las carroñas varios AINEs altamente tóxicos para estas aves, como diclofenaco, flunixino y ketoprofeno, precisamente en carroñas de porcino, que representan la mayor cantidad de biomasa aportada a estos muladares, siendo por tanto la especie que más contribuye en la exposición a fármacos en los buitres. Además, se ha observado el mal uso de algunos de estos compuestos administrados en especies para las que no está autorizado su uso.

En cuanto a los fármacos de uso veterinario en tejidos y plasma de aves carroñeras, se detectaron 13 fármacos diferentes en el 51,7% y el 28,5% de las muestras, respectivamente. Los antibióticos fueron detectados en el 50,9% de los tejidos y en el 25,3% del plasma de los buitres analizados, mientras que los AINEs estuvieron presentes en el 6,0 % y el 5,5 % de los tejidos y el plasma, respectivamente. Muchos de estos fármacos han sido detectados por primera vez en muestras de aves carroñeras con prevalencias similares en carroñas de ganado y tejidos y plasma de los buitres.

Además, se detectó cafeína en plasma en el 73,7% de los buitres muestreados en los vertederos urbanos, con mayor prevalencia y concentraciones que en aquellos capturados en muladares. Este novedoso hallazgo indica que la cafeína puede ser un buen biomarcador de la ingestión de desechos urbanos en vertederos, de la misma forma que el plomo detectado en sangre es un indicador del consumo de carne de caza por parte de los buitres.

Estos resultados muestran claramente que los buitres están expuestos regularmente a una gran variedad de productos farmacéuticos en España, y especialmente se observa una relación de esta exposición con los aportes de carroñas de cerdo y pollo en los muladares. También se destaca que las normas especificadas en los prospectos de ciertos fármacos, como el diclofenaco y el flunixino, no son suficientes para impedir que estos AINEs entren en las cadenas tróficas de las aves carroñeras. Este trabajo recomienda un control más estricto de las carroñas utilizadas en la alimentación de los buitres, así como evitar que los cadáveres del ganado medicado con fármacos altamente tóxicos en las horas o días previos a su muerte lleguen a los muladares o sean abandonados en el campo.

Resumen gráfico del trabajo de investigación.

Puedes consultar la publicación científica de este trabajo de investigación en:

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