"Nuestra filosofía es dar en un mismo centro una atención integral"

Es un hospital grande dentro de Madrid capital. El Centro Veterinario Mediterráneo fue pionero con las Urgencias 24 horas. Aquí ofrecen una atención multidisciplinar y son servicio de referencia para otras clínicas, que les remiten casos de especialidad o les piden un TAC para diagnóstico de imagen.

19/01/2017

Ricardo Ruano, que se licenció en Veterinaria en 1999, trabaja en el Centro Veterinario Mediterráneo, en el número 14 de la Avenida del Mediterráneo de Madrid, desde entonces. Es el responsable de su laboratorio y de la consulta de Hematología y Oncología. Narra que la historia de la clínica comenzó hace muchos años en el Paseo ...

Ricardo Ruano, que se licenció en Veterinaria en 1999, trabaja en el Centro Veterinario Mediterráneo, en el número 14 de la Avenida del Mediterráneo de Madrid, desde entonces. Es el responsable de su laboratorio y de la consulta de Hematología y Oncología. Narra que la historia de la clínica comenzó hace muchos años en el Paseo de las Delicias, con un pequeño consultorio fundado por Miguel Ruíz. Luego la trasladaron a su ubicación actual y se fue ampliando poco a poco el local hasta alcanzar los 890 metros cuadrados que tiene de instalaciones ahora. La propietaria en estos momentos es Margot Ruíz, junto con sus padres. El equipo lo integran unos 15 veterinarios y otros 15 auxiliares. En total, hay unos 37 empleados.

El Centro Veterinario Mediterráneo fue pionero con las Urgencias 24 horas. Ruano señala que su filosofía es “dar en un mismo centro una atención integral”, desde la primera consulta de un cachorro a una de su especialidad. “Me viene un perro con una masa, con un tumor, y se lo puedo analizar a nivel citológico. Le puedo hacer unas placas de control, una ecografía, un TAC. Le puedo operar aquí. Salvo resonancia magnética y biopsia, prácticamente hacemos todo”, detalla. Añade que el secreto de su éxito se encuentra en “el trabajo, y el trabajo bien hecho”. 

Cubren casi todas las especialidades, desde animales exóticos a Oncología, Neurología y Odontología. Tienen servicio 24 horas permanentes y son servicio de referencia para otras clínicas, que les remiten casos de especialidad o les piden un TAC para diagnóstico de imagen. En su línea de mejorar y abarcar todos los servicios que demanda la medicina veterinaria, en 2011 incorporaron el citado TAC. Las imágenes obtenidas con él son procesadas y valoradas por un veterinario diplomado en Diagnóstico por Imagen, que emite un informe detallando los hallazgos del estudio. Del mismo modo, tienen equipos de ecografía, de ecografía doppler y de radiografía digital. Con el laboratorio, cubren las necesidades del día a día. Por otro lado, los clientes del Centro Veterinario Mediterráneo disponen de servicio de transporte para llevar a sus mascotas, muy útil sobre todo para las más voluminosas.

Ruano considera que hay una evolución positiva de la implicación de los propietarios desde que inició su carrera profesional. “Ahora operas hasta tumores de hámsteres y efectúas TACs a conejos. La gente se implica muchísimo. Si la crisis económica que hemos padecido llega hace 20 años, se hubiera notado más el bajón. En la urgencia, normalmente el dueño se implica. En Oncología, por ejemplo, se busca la vida para tratar a su mascota. Se cuida más a los animales; en la alimentación, en las vacunas, en las desparasitaciones”, manifiesta.

¿En qué ha cambiado la práctica veterinaria en los últimos años? “En la especialización”, contesta Ruano sin dudar. “Cada vez tendemos más a especializarnos. A poder dar al dueño un tratamiento más completo”, justifica. Si al centro llega un problema de consulta general que es Neurología, se le pasa al neurólogo. La tendencia es a la especialización, a dedicarse mucho más a una rama en concreto. Otro servicio del Centro Veterinario Mediterráneo es su Unidad de Dolor, para pacientes oncológicos o para ortopedias complejas. Es decir, se dirige a los pacientes con problemas gordos: “Con esto, con fisioterapia para ciertos pacientes, por ejemplo, aumentas la supervivencia y mejoras la calidad de vida. El perro está más contento y vive más”.

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