La oruga procesionaria puede ser mortal para nuestras mascotas

La procesionaria es un insecto que afecta principalmente a los pinos y cuyo periodo activo se da, sobre todo, durante el comienzo de la primavera. Es en la fase oruga cuando supone un peligro grave para los animales.

29/05/2023

También conocida como haumetopoea pityocampa, la procesionaria debe su nombre al momento cuando descienden de los pinos, formando una procesión en fila india hasta encontrar un suelo blando para enterrarse y realizar la siguiente muda. Los meses más complicados van de febrero a abril, mientras que durante los meses de ...

También conocida como haumetopoea pityocampa, la procesionaria debe su nombre al momento cuando descienden de los pinos, formando una procesión en fila india hasta encontrar un suelo blando para enterrarse y realizar la siguiente muda. Los meses más complicados van de febrero a abril, mientras que durante los meses de julio y agosto es cuando ponen una gran cantidad de huevos en los nidos. Alrededor del mes de septiembre nacen las orugas y es cuando comienzan a verse los bolsones en los extremos de las ramas de los pinos. "La procesionaria es un insecto lepidóptero que tiene un ciclo vital que pasa por diferentes fases. Es al inicio de la primavera cuando aparecen las hileras de orugas en `procesión´ en los parques o zonas donde haya pinos", remarca Conxita Martínez Moreras, veterinaria de AniCura Canis i Felis Hospital Veterinari, en Sant Adrià de Besòs (Barcelona). Y como nos indica la experta, el peligro que estas orugas suponen para las mascotas radica "en que están recubiertas de unos pelillos que, al desprenderse de su cuerpo, producen una reacción urticante cuando contactan con la piel y mucosas oculares u orales de nuestras mascotas".

Las hileras de orugas, al ir formando una procesión y moverse acompasadamente, resultan curiosas para nuestras mascotas, por lo que se acercan a ellas para olisquearlas. Es entonces cuando entran en contacto con los pelillos que contienen las sustancias irritantes, de tal manera que, "si intentan lamerlas o ingerirlas, dichas sustancias producen una fuerte reacción alérgica en las mucosas labiales y en la lengua", destaca Martínez Moreras. Y es cuando se produce dicha intoxicación, con unos síntomas muy evidentes: "La reacción alérgica por contacto suele afectar a diferentes zonas, entre ellas, la piel de las patitas, las mucosas orales o la zona ocular. En la piel de las patas o almohadillas produce una dermatitis localizada. Mientras que en la mucosa oral y la lengua, se produce una reacción inflamatoria muy aguda, que resulta muy molesta y que puede ocasionar úlceras y erosiones de diferente intensidad, según la cantidad de sustancia irritante que ha contactado", matiza. Una intoxicación que no hay que tomar a la ligera, ya que, en casos de extrema gravedad, "se puede producir una inflamación de la zona de la laringe llamada angioedema que puede llegar a obstruir las vías aéreas y requiere de atención urgente", nos comenta la veterinaria, y añade: "Por último, si el contacto afecta a la zona ocular, puede producir una inflamación de los párpados y conjuntiva, es decir, una conjuntivitis, y puede llegar a producir úlceras corneales".

Lavar con cuidado

Cabe señalar que la casuística de intoxicaciones por procesionaria es muy distinta dependiendo del área geográfica donde nos encontremos. El hábitat natural de esta especie es la cuenca mediterránea, así que, sobre todo, será en esta zona donde aparezcan más casos, aunque realmente es típica de aquellas zonas en las que haya pinos. Por eso, ante una posible intoxicación de nuestra mascota por la oruga procesionaria, preguntamos a Conxita Martínez cómo proceder: "Si sospechamos que nuestra mascota ha contactado con una oruga procesionaria, debemos inspeccionar bien y con cuidado (la sustancia irritante de estas orugas también lo es para los humanos) las zonas donde hayan podido contactar y detectar si presenta molestias, por lo general rascado de ojos o del morro, hinchazón de los labios o la lengua, etc., y dirigirnos rápidamente al veterinario más cercano", concluye. Por su parte, en caso de que tengamos que acudir al veterinario, ¿cuáles serían los pasos a dar para desintoxicar al animal? "Lo primero que se debe realizar es intentar eliminar todos los pelillos que puedan estar alojados en las mucosas mediante un lavado exhaustivo con agua templada que inactiva las toxinas. Debe ser un lavado suave sin frotar enérgicamente, ya que eso puede introducir aún más profundamente los pelillos. Muchas veces es necesario realizar una sedación para poder realizar el lavado, produciendo el mínimo estrés para el paciente. Según la gravedad de la situación se realizarán diferentes tratamientos médicos de soporte", afirma Martínez Moreras. De ahí que lo ideal sería seguir una serie de consejos para evitar el contacto de nuestros animales con estos insectos. El más importante, sin duda, sería no llevar a cabo los paseos o juegos en aquellas áreas donde se detecta la presencia de orugas, tanto en forma de bolsas en el alto de los pinos como en hileras en el suelo.

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