La OA no es solo cosa de perros mayores

Según un reciente estudio de la Universidad de Carolina del Norte, el 40% de los perros menores de cuatro años tendría signos radiológicos de osteoartritis canina. Y de estos, el 60% ya sufriría dolor asociado a la enfermedad.

13/03/2023

La osteoartritis canina (OA) es una enfermedad crónica degenerativa de las articulaciones sinoviales. Es una enfermedad irreversible, por lo que una detección precoz, junto al tratamiento adecuado a largo plazo, es importante para dotar al animal de una buena calidad de vida. Con ello, las exploraciones articulares en las primeras ...

La osteoartritis canina (OA) es una enfermedad crónica degenerativa de las articulaciones sinoviales. Es una enfermedad irreversible, por lo que una detección precoz, junto al tratamiento adecuado a largo plazo, es importante para dotar al animal de una buena calidad de vida. Con ello, las exploraciones articulares en las primeras visitas al veterinario son claves para detectar cualquier posible síntoma.

El signo principal de la osteoartritis canina es el dolor, iniciado en la articulación, pero que afecta a su conjunto debido a su carácter crónico. El dolor derivado de la osteoartritis tiene graves consecuencias en la calidad de vida del animal, limitando su movilidad, pero afectando también a su actitud y estado de ánimo.

Asimismo, tal y como señalan desde Elanco, el dolor de la osteoartritis es un dolor crónico, evolutivo y con picos de reagudización. Se origina en la articulación, pero la sensación de dolor se extiende a músculos, huesos con fenómenos de alodinia e hiperalgasia. Por otra parte, también tiene un impacto directo en la progresión del proceso degenerativo en la osteoartritis al provocar menos movilidad y, en consecuencia, una atrofia en los músculos.

Muy frecuente en perros jóvenes

Si bien existe la creencia de que la osteoartritis es una enfermedad eminentemente de perros mayores, lo cierto es que no es así. Recientemente, la Universidad de Carolina del Norte (EEUU) ha realizado un estudio con 123 perros de ocho meses hasta cuatro años, de razas diferentes y estilos de vida distintos. Y sus principales resultados son claros: la osteoartritis es muy frecuente en perros jóvenes. Así, se detectaron signos radiográficos de osteoartritis en 49 perros, es decir, el 40% del total de los animales participantes. De este 40%, el 60%, es decir, 29 canes, tenía signos clínicos de osteoartritis. Todos los perros involucrados en el estudio se sometieron a valoración clínica, ortopédica y radiográfica por el veterinario. Asimismo, los propietarios completaron un CMI (Clinical Metrology Instrument) validado para comprobar o no la presencia de osteoartritis.

La combinación de los tres resultados permitió determinar la incidencia y la severidad de la osteoartritis, así como la capacidad de los propietarios para detectar síntomas.

La evaluación radiográfica consistió en proyecciones ortogonales de todas las articulaciones apendiculares y vista lateral de la columna vertebral en sedación. La escala era de 11 puntos: 0 puntos para ninguna anomalía radiológica y 10 puntos en anquilosis. En el examen clínico y ortopédico, cada articulación fue evaluada individualmente con una puntuación de la reacción del dolor, siendo 0 sin dolor y 4 puntos, dolor insoportable.

Además, otro aspecto importante es la concienciación de los propietarios que, muchas veces, desconocen los signos clínicos. De hecho, en el mismo estudio, tan solo el 50% de los propietarios con canes con osteoartritis fueron capaces de reconocer los signos clínicos. Y tan solo el 12% de los perros con síntomas identificados por el propietario estaban en tratamiento.

En el tratamiento de la osteoartritis, es fundamental controlar el dolor y la inflamación e ir monitorizando al animal a lo largo del tiempo, ajustando la pauta terapéutica según su evolución clínica.

"Existen algunos tratamientos que encubren el dolor. Sin un abordaje multimodal de la enfermedad y si el animal carece de una masa muscular adecuada, pueden llegar a ser perjudiciales para el animal. Este tipo de tratamientos no deberían ser la primera opción en animales jóvenes sin ser valorada dentro de un protocolo multimodal, sino que debería utilizarse puntualmente como rescate en fases más avanzadas", señalan desde Elanco.

A día de hoy, los únicos fármacos que controlan el dolor y la inflamación son los antiinflamatorios no esteroideos. Hay comprimidos antiinflamatorios indicados para cachorros y perros jóvenes, son un tratamiento suave y no estresante para el animal.

El veterinario es parte de la solución en la labor de divulgación de la enfermedad con el objetivo de concienciar e implicar a los propietarios en su detección temprana y en la continuidad del tratamiento.

Puedes leer el artículo completo en el PDF adjunto.

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