Nos dirigimos al municipio de Gondomar, en Pontevedra, donde entrevistamos a Ana Pita. Esta veterinaria, que desarrolla su labor en el ámbito rural, lleva dedicándose a lo que más le gusta desde 2004: "Cuando comencé a trabajar en una clínica del municipio atendíamos algún cerdo, oveja, etc., pero, poco a poco, fuimos centrándonos sólo en pequeños animales". Especialista en veterinaria generalista, su actividad diaria se enfoca en la medicina preventiva, medicina interna, cirugías menores y seguimiento de casos más complejos. "Estos últimos solemos derivarlos a compañeros especialistas o con más medios que nosotros", detalla.

El sector de la veterinaria ha cambiado en la última década. Tanto es así que en 2010 había en España 7.880 empresas dedicadas a actividades veterinarias, cifra que en 2019 aumentó a 11.084. ¿Cómo se traduce esto en el perfil del cliente? "Primero en que el propietario de mascotas es cada vez más exigente, lo cual nos obliga a una mayor especialización. Segundo, la llegada de compañeros especialistas que se desplazan a nuestras clínicas para ofrecer sus servicios ayuda a que podamos responder a ese mayor nivel de exigencia".

Pero, considera Ana Pita que este crecimiento también tiene efectos negativos: "El mayor número de clínicas low cost, plataformas de teleasistencia, etc., lleva aparejado mayor número de clientes que demandan servicios a bajo coste, a los que no les importa demasiado la calidad". Sin embargo, para Ana Pita, estos no son clientes que interesen, pues "siempre va a haber alguien más barato que tú". Es por ello que, en este contexto, la educación del propietario es muy importante: "Cuanto más sepa sobre prevención, etología, etc., mejor podrá comprender las necesidades de su mascota".

Ana Pita incide en ello sobre todo en las primeras visitas. "Les traslado la importancia de la prevención tanto de enfermedades transmitidas por vectores, parasitarias, infecciosas, derivadas de la alimentación, como de problemas de comportamiento mediante la educación", explica, y señala que la Covid-19 ha contribuido a que más animales estén vacunados en Galicia: "En nuestra clínica, hemos conseguido aumentar las vacunaciones de rabia. Al ser Galicia una CCAA en la que la vacuna antirrábica no es obligatoria -pese a que siempre la hemos recomendado-, nos costaba más trabajo que tomaran consciencia". De hecho, no hay duda de que los servicios veterinarios han ejercido un papel crucial en la elaboración de una respuesta común frente la pandemia. Aun así, no han sido reconocidos como establecimientos sanitarios. "Que toda la sociedad sepa que somos sanitarios, y que se nos debe respetar como tal. Esto va de la mano de la bajada del IVA", son algunas de las reivindicaciones de Ana Pita y del sector veterinario.

Un sector que tiene su futuro en el desarrollo del concepto One Health: "Es fundamental que nuestros gobiernos estatales, autonómicos y locales interioricen y entiendan este concepto". Sin olvidar, claro, la optimización de la gestión y la dignificación de los sueldos, "que tienen que estar acorde a la categoría profesional del veterinario". Junto ello está la necesidad de poner fin al ya mencionado intrusismo laborar, trabajar por un sector más unido y mayor participación de los veterinarios en bienestar animal. "El resto está en que todos los veterinarios podamos vivir dignamente de nuestro trabajo -cosa que hoy en día no sucede-, ser respetados y conseguir no perder las ganas e ilusión ¡Ojalá seamos capaces de conseguirlo!", concluye.

Puedes leer el artículo completo en el PDF adjunto.