Pautas para afrontar problemas conductuales en felinos

El ICOVV da pautas para afrontar problemas conductuales para tratar la agresividad en felinos

17/06/2022

El comportamiento de los felinos, la convivencia con los habitantes de una casa o la forma de interactuar con otros animales domésticos, suele ser motivo recurrente de dudas o problemas en la consulta del veterinario. Los conocimientos a este respecto van más allá de la clínica, entran en el plano ...

El comportamiento de los felinos, la convivencia con los habitantes de una casa o la forma de interactuar con otros animales domésticos, suele ser motivo recurrente de dudas o problemas en la consulta del veterinario. Los conocimientos a este respecto van más allá de la clínica, entran en el plano de la etología. El 24 de mayo, bajo el formato `Diez meses, diez temas´, el Colegio de Valencia (ICOVV) quiso poner luz sobre cómo afrontar estas situaciones. Marina Miralles, cofundadora de Ethoclinic Valencia, aportó dos primeras claves para comenzar a reconducir estos conflictos: los castigos no funcionan pero las modificaciones del entorno, el llamado `enriquecimiento ambiental´ sí ayuda.

Conocer las razones de las reacciones de un felino pasa antes por considerar su etograma. Y este animal tiene como ancestro el Felis lybica o gato salvaje africano, que vive en zonas semi-desérticas, con escasos recursos. Era, por tanto, un cazador solitario con un "comportamiento social limitado básicamente al reproductor pero que también podía ser presa de otros depredadores de mayor tamaño", destacó la etóloga al comenzar el curso. El gato doméstico es pues una especie que ha sufrido cambios en el genoma durante su domesticación y que mantiene comportamientos juveniles aún en edad adulta, como los juegos.

La posición corporal lateral, arqueada, piloerección, orejas hacia atrás, enseñar los dientes, nariz arrugada o la midriasis son -detalló Miralles- la manera con la que proyectan una agresividad de tipo defensiva. El contacto visual directo con las pupilas contraídas, cuerpo hacia delante con orejas extendidas hacia los laterales y la base de la cola arqueada así como movimiento lento de cabeza hacia ambos lados, son pistas de agresividad ofensiva, frente a otro animal o una persona.

Pero el gato también se comunica con el ronroneo -que expresa placer o dolor-, con el maullido para saludar o captar la atención o con bufidos o rugidos para avanzar un comportamiento más beligerante.

Anamnesis
Hacer una anamnesis de un problema conductual exige conocer el entorno, la presencia de niños o personas vulnerables, las rutinas del animal, su origen o las circunstancias de sus primeros meses de vida. "Exige una entrevista en profundidad para obtener la máxima información", insiste la etóloga. "Hay veces que la causa o el agravante de la conducta del animal puede tener un origen orgánico, como podría ser el dolor. Pero en casos de agresividad hay que valorar bien el momento de la visita a la clínica veterinaria, ya que puede suponer un pico de estrés que agrave la agresividad", matiza la veterinaria.

Tipos
Una vez analizados los riesgos del caso, cabría distinguir el tipo de agresividad del que se trata. "Para todos ellos, es beneficioso eliminar los castigos y mejorar su entorno atendiendo a su naturaleza, a su territorialidad, a la necesidad de jugar a cazar, de disponer de espacios propios para el descanso pero también verticales, para que salte y escale, donde poder ocultarse, con utensilios donde se pueda rascar, juguetes dispensadores de comida para alimentar su olfato, areneros suficientes.

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