Un estudio da una nueva perspectiva sobre la diversidad de la cabra montés en la Península Ibérica

Liderado por el CRAG, ha analizado dicha diversidad genética en cinco poblaciones. Ha quedado patente la hibridación entre cabra doméstica y montés, de lo que alertan los investigadores sobre los efectos adversos en la conservación de esta especie.

13/10/2021

Un nuevo estudio liderado por un equipo investigador del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG; CSIC-IRTA-UAB-UB), en el que han participado numerosas instituciones científicas españolas, ha evaluado la diversidad genética de la cabra montés (Capra pyrenaica), una especie que presenta poblaciones genéticamente poco variables y altamente diferenciadas. La investigación, publicada ...

Un nuevo estudio liderado por un equipo investigador del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG; CSIC-IRTA-UAB-UB), en el que han participado numerosas instituciones científicas españolas, ha evaluado la diversidad genética de la cabra montés (Capra pyrenaica), una especie que presenta poblaciones genéticamente poco variables y altamente diferenciadas. La investigación, publicada en la revista Evolutionary Applications, indica que el grado de mezcla entre las distintas poblaciones es muy bajo, a pesar de los esfuerzos realizados durante los últimos 50 años para incrementar la diversidad genética de la especie. El estudio ha demostrado también la existencia de individuos resultantes de la hibridación entre cabras montesas y domésticas (Capra hircus), un fenómeno poco frecuente pero que, en la medida de lo posible, debería evitarse para preservar el patrimonio genético de este ungulado salvaje.

La cabra montés es una especie autóctona de la península ibérica que habita en los bosques de media y alta montaña, donde se alimenta de arbustos, matorrales y plantas herbáceas. Durante los siglos XIX y XX, las poblaciones de cabra montés sufrieron reducciones drásticas en el número de individuos debido a la caza excesiva y a la destrucción de su hábitat, a lo cual se sumaron los brotes de sarna y de otras enfermedades endémicas. La disminución de las poblaciones fue de tal magnitud que, de las cuatro subespecies de cabra montés descritas a principios del siglo XX, dos terminaron extinguiéndose.

A partir de los años 80, la creación de la red española de parques naturales y áreas protegidas, junto con la ausencia de depredadores, las políticas de reforestación y el abandono progresivo de las actividades rurales, contribuyó a la recuperación y expansión de las cabras montesas. Con el fin de aumentar la diversidad genética de esta especie, se trasladaron individuos entre diferentes poblaciones (refuerzos) y también se introdujeron en áreas geográficas donde la especie había desaparecido (reintroducciones), pero el impacto de estas estrategias de traslado sobre la diversidad genética de la cabra montés no se había evaluado hasta la fecha.

¿Qué impacto tuvieron las reintroducciones y refuerzos poblacionales?

Para valorar el efecto de los traslados realizadas a finales del siglo pasado, el equipo de investigación analizó la diversidad genética de 118 cabras montesas pertenecientes a poblaciones de Tortosa-Beceite (zona situada entre Cataluña, Aragón y la Comunidad Valenciana), Sierra Nevada (Granada), Muela de Cortes (Valencia), Gredos (centro peninsular) y Batuecas (Salamanca). Una vez obtenidos los genotipos de los animales mediante un chip de ADN, se llevaron a cabo una serie de análisis genético-poblacionales para estudiar la composición genética de estas poblaciones de cabra montés, así como las relaciones entre ellas.

"Hemos observado que estas cinco poblaciones de cabra montés presentan una diversidad genética muy baja debido a las drásticas reducciones poblacionales, y hemos confirmado la existencia de grandes diferencias genéticas entre poblaciones. Sólo tres individuos presentaron evidencias de ser el producto de la mezcla entre poblaciones diferentes, por lo que los traslados que se hicieron durante los últimos 50 años para aumentar la diversidad genética de las poblaciones de cabra montés no dejaron una huella genética suficientemente potente como para ser detectada en las poblaciones actuales. El estrés crónico que los individuos trasladados suelen experimentar con motivo del proceso de captura y la competencia con las poblaciones locales dificultan su adaptación al nuevo hábitat. De hecho, estos podrían haber sido los principales factores que limitaron el impacto de los traslados sobre la diversidad genética de la cabra montés", explica Marcel Amills, líder del trabajo e investigador adscrito al Departamento de Ciencia Animal y de los Alimentos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y al CRAG.

Híbridos entre cabras montesas y domésticas

Resultados publicados con anterioridad indicaban la posible existencia de individuos híbridos entre cabra montés y doméstica, pero se desconocía la frecuencia de estas hibridaciones y su posible contribución al incremento de la variación genética de la cabra montés. De las 118 cabras montesas analizadas en este estudio, solo se han detectado ocho ejemplares con unos perfiles genéticos similares a los de las cabras domésticas, lo que evidencia que son híbridos de cabra doméstica y montés.

"Nuestros resultados indican que los fenómenos de hibridación entre cabras domésticas y montesas pueden producirse en poblaciones naturales, aunque seguramente se trata de sucesos raros, dada la probable existencia de un cierto grado de incompatibilidad reproductiva. Además, los rebaños de cabras domésticas y montesas no suelen entrar en contacto directo. Sin embargo, habría que asegurar que las zonas de distribución de la cabra montés no sean ocupadas por cabras domésticas o asilvestradas, ya que la hibridación de ambas especies podría generar individuos con un bajo potencial adaptativo y una dilución del patrimonio genético de la cabra montés", concluye Amills.

Preservar el futuro de la cabra montés

El ritmo acelerado al que están aumentando las poblaciones de cabra montés desde los años 80 lleva a considerar que su diversidad podría incrementar como consecuencia de dicho proceso de expansión, sin necesidad de intervención humana. Ello es particularmente cierto si se tiene en cuenta, tal y como se ha demostrado en el estudio, el bajo impacto genético de los traslados realizados en tiempos pasados. Serán necesarias nuevas investigaciones para seguir de cerca la evolución demográfica de la cabra montés, indica el equipo detrás del trabajo.

Por otra parte, los resultados apuntan que, aunque muy probablemente no se produzca de manera frecuente, la hibridación con cabras domésticas podría convertirse en una potencial amenaza para la conservación genética de la cabra montés, a lo que se sumarían los efectos adversos asociados a la transmisión de enfermedades infecciosas. Así pues, el equipo investigador señala la necesidad de tomar medidas para limitar la presencia de rebaños de cabras domésticas o asilvestradas en las zonas montañosas habitadas por este icónico ungulado salvaje.

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