El declive de muchas especies agrícolas y urbanas, como gorriones o golondrinas, arroja una pérdida de 64 millones de aves en los últimos 20 años.
Esta es una de las conclusiones del balance del programa de ciencia ciudadana SACRE, coordinado por SEO/BirdLife, que cumple en 2016 su vigésimo aniversario. No se trata de especies escurridizas o de rarezas. Son pájaros de barrio y de campo de cultivo, ligados desde siempre a la actividad humana. Y ...
Esta es una de las conclusiones del balance del programa de ciencia ciudadana SACRE, coordinado por SEO/BirdLife, que cumple en 2016 su vigésimo aniversario. No se trata de especies escurridizas o de rarezas. Son pájaros de barrio y de campo de cultivo, ligados desde siempre a la actividad humana. Y están despareciendo. Según los datos de SEO/BirdLife, los declives de las aves comunes -registrados en un 36% de ellas- han provocado la pérdida de más de 64 millones de ejemplares en España desde 1996. Es el balance realizado por el programa SACRE, un proyecto de ciencia ciudadana coordinado por la organización ambiental que, en su vigésimo aniversario, constata la preocupante pérdida de ejemplares de una parte importante de la avifauna, especialmente en especies vinculadas a los medios agrarios y urbanos.
Con los datos proporcionados por 1.000 voluntarios en más de 18.000 jornadas de campo, los técnicos de SEO/BirdLife concluyen que 39 de las especies analizadas se hallan en declive y cuatro de ellas -la codorniz común, el sisón común, el alcaudón real y el escribano cerillo- registran una continuada caída poblacional que podría ser razón suficiente para catalogarlas como especies en peligro. Los datos de SACRE de los últimos 20 años reflejan, por ejemplo, que las poblaciones de golondrina común han caído más de un 44%. Se calcula que la especie ha perdido unos 13 millones de ejemplares en el camino. En el caso del vencejo común -con un declive que supera el 33%- la pérdida podría ser mayor de los 11 millones de efectivos. La perdiz roja, otra conocida del entorno agrario, roza el 40% de caída, con casi 4 millones de aves menos.
La situación es especialmente alarmante en aquellas especies en las que el desplome de efectivos supera el 50% en los últimos 20 años. Son las mencionadas sisón común, con un declive del 71,73%; la codorniz común, que registra un 61,63% de caída; el alcaudón real, con un 56,65%; y el escribano cerrillo, que cierra estas dos décadas con una bajada del 50,46%. Según los datos de SEO/BirdLife, el estado de conservación de estas cuatro especies podría provocar que se incluyeran en la categoría de ‘En peligro’ en una próxima revisión del Libro Rojo de Especies Amenazadas.
Aquellas que presentan un declive en torno al 30%, entre ellas el cernícalo vulgar, el pito real o las ya citadas perdiz roja y golondrina común, podrían engrosar la lista de aves calificadas como ‘Vulnerables’. Hay otras aves con declives inferiores a esa cifra pero en situación preocupante y que podrían originar su inclusión en la categoría ‘Casi amenazadas’. El gorrión común o la urraca común estarían en esta parte de la tabla. En total, el conjunto de aves analizadas por SACRE que se hallan en situación de declive acumulan la pérdida de 64.511.917 ejemplares entre 1996 y 2016.
La evolución conjunta de las poblaciones de las 25 especies asociadas a medios agrícolas analizadas por el SACRE muestra un 23% de declive entre 1998 y 2015. En el medio urbano, las expectativas tampoco son positivas: “Todos estos años de recogida de datos nos dicen que las principales especies que tenemos en este medio también tienen un estado desfavorable de conservación pues en su conjunto muestran un declive del 18% de sus efectivos. La pérdida de millones de ejemplares de aves tan próximas a nosotros como el gorrión común o los vencejos originan esta situación”, prosigue Del Moral.